Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Salmi 115


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BIBBIA MARTINIEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Credetti; per questo parlai: ma mi fui umiliato oltre modo.1 No nos glorifiques a nosotros, Señor:

glorifica solamente a tu Nombre,

por tu amor y tu fidelidad.

2 Io dissi nella mia perturbazione: Tutti gli uomini sono mendaci.2 ¿Por qué han de decir las naciones:

«¿Dónde está su dios»?

3 Che renderò io al Signore per tutte le cose ch' egli ha date a me?3 Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra,

él hace todo lo que quiere.

4 Prenderò il calice di salute, e invocherò il nome del Signore.4 Los ídolos, en cambio, son plata y oro,

obra de las manos de los hombres.

5 I voti da me fatti al Signore scioglierò alla presenza di tutto il suo popolo: preziosa nel cospetto del Signore è la morte de' santi suoi.5 Tienen boca, pero no hablan,

tienen ojos, pero no ven;

6 Perché io, o Signore, son tuo servo, io tuo servo, e figliuolo di tua ancella.6 tienen orejas, pero no oyen,

tienen nariz, pero no huelen.

7 Tu hai sprezzate le mie ritorte: a te sagrificherò ostia di lode, e invocherò il nome del Signore.7 Tienen manos, pero no palpan,

tienen pies, pero no caminan;

ni un solo sonido sale de su garganta.

8 Scioglierò i voti fatti da me al Signore alla presenza di tutto il suo popolo: nell'atrio della casa del Signore, in mezzo a te, o Gerusalemme.8 Como ellos serán los que los fabrican,

los que ponen en ellos su confianza.

9 Pueblo de Israel, confía en el Señor:

él es tu ayuda y tu escudo;

10 familia de Aarón, confía en el Señor;

él es tu ayuda y tu escudo;

11 confíen en el Señor todos los que lo temen:

él es su ayuda y su escudo.

12 Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga:

bendiga al pueblo de Israel,

bendiga a la familia de Aarón,

13 bendiga a los que temen al Señor,

a los pequeños y a los grandes.

14 Que el Señor los multiplique,

a ustedes y a sus hijos;

15 y sean bendecidos por el Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

16 El cielo pertenece al Señor,

y la tierra la entregó a los hombres.

17 Los muertos ya no alaban al Señor,

ni tampoco a los que bajaron del sepulcro.

18 Nosotros, los vivientes, bendecimos al Señor,

desde ahora y para siempre.

¡Aleluya!