Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Psalmi 18


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VULGATAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 In finem. Psalmus David.1 Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.

2 Cæli enarrant gloriam Dei,
et opera manuum ejus annuntiat firmamentum.
2 Dijo:

Yo te amo, Señor, mi fuerza,

3 Dies diei eructat verbum,
et nox nocti indicat scientiam.
3 Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador,

mi Dios, el peñasco en que me refugio,

mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.

4 Non sunt loquelæ, neque sermones,
quorum non audiantur voces eorum.
4 Invoqué al Señor, que es digno de alabanza

y quedé a salvo de mis enemigos.

5 In omnem terram exivit sonus eorum,
et in fines orbis terræ verba eorum.
5 Las olas de la Muerte me envolvieron,

me aterraron los torrentes devastadores,

6 In sole posuit tabernaculum suum ;
et ipse tamquam sponsus procedens de thalamo suo.
Exsultavit ut gigas ad currendam viam ;
6 me cercaron los lazos del Abismo,

las redes de la Muerte llegaron hasta mí,

7 a summo cælo egressio ejus.
Et occursus ejus usque ad summum ejus ;
nec est qui se abscondat a calore ejus.
7 Pero en mi angustia invoqué al Señor,

grité a mi Dios pidiendo auxilio,

y él escuchó mi voz desde su Templo,

mi grito llegó hasta sus oídos.

8 Lex Domini immaculata, convertens animas ;
testimonium Domini fidele, sapientiam præstans parvulis.
8 Entonces tembló y se tambaleó la tierra;

vacilaron los fundamentos de las montañas, y

se conmovieron a causa de su furor;

9 Justitiæ Domini rectæ, lætificantes corda ;
præceptum Domini lucidum, illuminans oculos.
9 de su nariz se alzó una humareda,

de su boca, un fuego abrasador,

y arrojaba carbones encendidos.

10 Timor Domini sanctus, permanens in sæculum sæculi ;
judicia Domini vera, justificata in semetipsa,
10 El Señor inclinó el cielo, y descendió

con un espeso nubarrón bajo sus pies;

11 desiderabilia super aurum et lapidem pretiosum multum,
et dulciora super mel et favum.
11 montó en el Querubín y emprendió vuelo,

planeando sobre las alas del viento.

12 Etenim servus tuus custodit ea ;
in custodiendis illis retributio multa.
12 Se envolvió en un manto de tinieblas;

un oscuro aguacero y espesas nubes

lo cubrían como un toldo;

13 Delicta quis intelligit ?
ab occultis meis munda me ;
13 las nubes se deshicieron en granizo y centellas

al fulgor de su presencia.

14 et ab alienis parce servo tuo.
Si mei non fuerint dominati, tunc immaculatus ero,
et emundabor a delicto maximo.
14 El Señor tronaba desde el cielo,

el Altísimo hacía oír su voz;

15 Et erunt ut complaceant eloquia oris mei,
et meditatio cordis mei in conspectu tuo semper.
Domine, adjutor meus, et redemptor meus.
15 arrojó sus flechas y los dispersó,

multiplicó sus rayos y sembró la confusión.

16 Al proferir tus amenazas, Señor,

al soplar el vendaval de tu ira,

aparecieron los cauces del mar

y quedaron a la vista los cimientos.

17 El tendió su mano desde lo alto y me tomó,

me sacó de las aguas caudalosas;

18 me libró de mi enemigo poderoso,

de adversarios más fuertes que yo.

19 Ellos me enfrentaron en un día nefasto,

pero el Señor fue mi apoyo:

20 me sacó a un lugar espacioso,

me libró, porque me ama.

21 El Señor me recompensó por mi justicia,

me retribuyó por la inocencia de mis manos:

22 porque seguí fielmente los caminos del Señor,

y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;

23 porque tengo presente todas sus decisiones

y nunca me alejé de sus preceptos.

24 Tuve ante él una conducta irreprochable

y me esforcé por no ofenderlo.

25 El Señor me premió, porque yo era justo

y mis manos eran inocentes a sus ojos.

26 Tú eres bondadoso con los buenos

y eres íntegro con el hombre intachable;

27 eres sincero con los que son sinceros

y te muestras astuto con los falsos.

28 Porque tú salvas al pueblo oprimido

y humillas los ojos altaneros;

29 tú eres mi lámpara, Señor;

Dios mío, tú iluminas mis tinieblas.

30 Contigo puedo asaltar una muralla;

con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.

31 El camino de Dios es perfecto,

la promesa del Señor es digna de confianza.

El Señor es un escudo para los que se refugian en él,

32 porque ¿quién es Dios fuera del Señor?

¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?

33 El es el Dios que me ciñe de valor

y hace intachable mi camino;

34 el que me da la rapidez de un ciervo

y me afianza en las alturas;

35 el que adiestra mis manos para la guerra

y mis brazos para tender el arco de bronce.

36 Me entregaste tu escudo victorioso

y tu mano derecha me sostuvo:

me engrandeciste con tu triunfo,

37 me hiciste dar largos pasos,

y no se doblaron mis tobillos.

38 Perseguí y alcancé a mis enemigos,

no me volví hasta que fueron aniquilados;

39 los derroté y no pudieron rehacerse,

quedaron abatidos bajo mis pies.

40 Tú me ceñiste de valor para la lucha,

doblegaste ante mí a mis agresores;

41 pusiste en fuga a mis enemigos,

y yo exterminé a mis adversarios.

42 Imploraron, pero nadie los salvó;

gritaban al Señor, pero no les respondía.

43 Los deshice como polvo barrido por el viento,

los pisé como el barro de las calles.

44 Tú me libraste de un ejército incontable

y me pusiste al frente de naciones:

pueblos extraños son mis vasallos.

45 Gente extranjera me rinde pleitesía;

apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.

46 Los extranjeros palidecen ante mí

y, temblando, abandonan sus refugios.

47 ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca!

¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,

48 el Dios que venga mis agravios

y pone a los pueblos a mis pies!

49 Tú me liberas de mis enemigos,

me haces triunfar de mis agresores

y me libras del hombre violento.

50 Por eso te alabaré entre las naciones

y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.

51 El concede grandes victorias a su rey

y trata con fidelidad a su Ungido,

a David y a su descendencia para siempre.