Salmos 102

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1 Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante Yahveh.	1 Salmo di David. O anima mia, benedici al Signore; ed etiam tutte le mie interiore benedicano al nome santo suo.
2 Yahveh, escucha mi oración, llegue hasta ti mi grito;	2 Benedici, o anima mia, al Signore; e non ti volere dimenticare le retribuzioni sue.
3 ne ocultes lejos de mí tu rostro el día de mi angustia; tiende hacia mí tu oído, ¡el día en que te invoco, presto, respóndeme!	3 Egli ha misericordia di tutte le tue iniquità; egli sana tutte le tue infirmità.
4 Pues mis días en humo se disipan, mis huesos arden lo mismo que un brasero;	4 Egli dalla morte ricompera la tua vita; egli corona te nelle miserazioni e misericordia.
5 trillado como el heno, mi corazón se seca, y me olvido de comer mi pan;	5 Egli riempie di beni il desio tuo; rinnovarassi come aquila la gioventù tua.
6 ante la voz de mis sollozos, mi piel a mis huesos se ha pegado.	6 Faciente è il Signore misericordia, e giudicio a tutti la ingiuria sostinenti.
7 Me parezco al búho del yermo, igual que la lechuza de las ruinas;	7 A Moisè manifestò le vie sue a' figliuoli d'Israel le volontà sue.
8 insomne estoy y gimo cual solitario pájaro en tejado;	8 Il Signore miseratore è, e misericordioso; longanime, e molto misericordioso.
9 me insultan todo el día mis enemigos, los que me alababan maldicen por mi nombre.	9 Non si adirarà in perpetuo; e in eterno non minaccerà.
10 El pan que como es la ceniza, mi bebida mezclo con mis lágrimas,	10 A noi non fece secondo li nostri peccati; nè ci retribuirà secondo le nostre iniquità.
11 ante tu cólera y tu enojo, pues tú me alzaste y después me has tirado:	11 Però che secondo l'altezza del cielo alla terra, firmò la sua misericordia sopra coloro che il temono.
12 mis días son como la sombra que declina, y yo me seco como el heno.	12 Quanto sta lontano il levante dal ponente, così da noi fece lontane le nostre iniquità.
13 Mas tú, Yahveh, permaneces para siempre, y tu memoria de edad en edad.	13 Come il padre ha misericordia de' figliuoli, così il Signore ha avuto misericordia de' suoi tementi;
14 Tú te alzarás, compadecido de Sión, pues es ya tiempo de apiadarte de ella, ha llegado la hora;	14 per che cognobbe la nostra fragile formazione. Si ricordò come siamo polvere;
15 que están tus siervos encariñados de sus piedras y se compadecen de sus ruinas.	15 così l'uomo, come fieno; e li suoi giorni come il fiore del campo caderanno.
16 Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria;	16 Però che in quello passerà il spirito, e non starà; e più non conoscerà il luogo suo.
17 cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria,	17 Sopra di coloro che il temono, da eterno insino in eterno la misericordia del Signore. E la sua giustizia fia ne' figliuoli de' figliuoli,
18 volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará.	18 a coloro che servano il testamento suo. E ricordansi de' suoi comandamenti, per fare quelli.
19 Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh:	19 Il Signore ha apparecchiato in cielo la sedia sua; e il regno suo a tutti signorizzarà.
20 que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra,	20 Tutti voi, santi suoi, benedicete al Signore, potenti in virtude, che fate l' ordine suo, per udire la voce de' suoi parlari.
21 para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte.	21 Benedicete al Signore, tutte sue virtù; suoi ministri che fate la volontà [sua].
22 Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en Jerusalén,	22 Benedicete al Signore, tutte sue opere, in ogni luogo della signoria sua; e tu, anima mia, benedici al Signore.
23 cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Yahveh.
24 El ha enervado mi fuerza en el camino, ha abreviado mis días.
25 Digo: ¡Dios mío, en la mitad de mis días no me lleves! ¡De edad en edad duran tus años!
26 Desde antiguo, fundaste tú la tierra, y los cielos son la obra de tus manos;
27 ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgastan, como un vestido los mudas tú, y se mudan.
28 Pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años.
29 Los hijos de tus siervos tendrán una morada, y su estirpe ante ti subsistirá.