Scrutatio

Giovedi, 28 marzo 2024 - San Castore di Tarso ( Letture di oggi)

Salmos 32


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1De David. Poema.
¡Dichoso el que es perdonado de su culpa,
y le queda cubierto su pecado!
2Dichoso el hombre a quien Yahveh
no le cuenta el delito,
y en cuyo espíritu no hay fraude.
3Cuando yo me callaba, se sumían mis huesos
en mi rugir de cada día,
4mientras pesaba, día y noche,
tu mano sobre mí;
mi corazón se alteraba como un campo
en los ardores del estío. Pausa.
5Mi pecado te reconocí,
y no oculté mi culpa;
dije: «Me confesaré
a Yahveh de mis rebeldías».
Y tú absolviste mi culpa,
perdonaste mi pecado. Pausa.
6Por eso te suplica todo el que te ama
en la hora de la angustia.
Y aunque las muchas aguas se desborden,
no le alcanzarán.
7Tú eres un cobijo para mí,
de la angustia me guardas,
estás en torno a mí para salvarme. Pausa.
8Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir;
fijos en ti los ojos, seré tu consejero.
9No seas cual caballo o mulo sin sentido,
rienda y freno hace falta para domar su brío,
si no, no se te acercan.
10Copiosas son las penas del impío,
al que confía en Yahveh el amor le envuelve.
11¡Alegraos en Yahveh,
oh justos, exultad,
gritad de gozo, todos los de recto corazón!