Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Salmos 22


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1Del maestro de coro. Sobre «la cierva de la aurora».
Salmo. De David.
2Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¡lejos de mi salvación la voz de mis rugidos!
3Dios mío, de día clamo, y no respondes,
también de noche, no hay silencio para mí.
4¡Mas tú eres el Santo,
que moras en las laudes de Israel!
5En ti esperaron nuestros padres,
esperaron y tú los liberaste;
6a ti clamaron, y salieron salvos,
en ti esperaron, y nunca quedaron confundidos.
7Y yo, gusano, que no hombre,
vergüenza del vulgo, asco del pueblo,
8todos los que me ven de mí se mofan,
tuercen los labios, menean la cabeza:
9«Se confió a Yahveh, ¡pues que él le libre,
que le salve, puesto que le ama!»
10Sí, tú del vientre me sacaste,
me diste confianza a los pechos de mi madre;
11a ti fui entregado cuando salí del seno,
desde el vientre de mi madre eres tú mi Dios.
12¡No andes lejos de mí, que la angustia está cerca,
no hay para mí socorro!
13Novillos innumerables me rodean,
acósanme los toros de Basán;
14ávidos abren contra mí sus fauces;
leones que desgarran y rugen.
15Como el agua me derramo,
todos mis huesos se dislocan,
mi corazón se vuelve como cera,
se me derrite entre mis entrañas.
16Está seco mi paladar como una teja
y mi lengua pegada a mi garganta;
tú me sumes en el polvo de la muerte.
17Perros innumerables me rodean,
una banda de malvados me acorrala
como para prender mis manos y mis pies.
18Puedo contar todos mis huesos;
ellos me observan y me miran,
19repártense entre sí mis vestiduras
y se sortean mi túnica.
20¡Mas tú, Yahveh, no te estés lejos,
corre en mi ayuda, oh fuerza mía,
21libra mi alma de la espada,
mi única de las garras del perro;
22sálvame de las fauces del león,
y mi pobre ser de los cuernos de los búfalos!
23¡Anunciaré tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré!:
24«Los que a Yahveh teméis, dadle alabanza,
raza toda de Jacob, glorificadle,
temedle, raza toda de Israel».
25Porque no ha despreciado
ni ha desdeñado la miseria del mísero;
no le ocultó su rostro,
mas cuando le invocaba le escuchó.
26De ti viene mi alabanza en la gran asamblea,
mis votos cumpliré ante los que le temen.
27Los pobres comerán, quedarán hartos,
los que buscan a Yahveh le alabarán:
«¡Viva por siempre vuestro corazón!»
28Le recordarán y volverán a Yahveh todos los confines de la
tierra,
ante él se postrarán todas las familias de las gentes.
29Que es de Yahveh el imperio, del señor de las naciones.
30Ante él solo se postrarán todos los poderosos de la tierra,
ante él se doblarán cuantos bajan al polvo.
Y para aquél que ya no viva,
31le servirá su descendencia:
ella hablará del Señor a la edad
32venidera,
contará su justicia al pueblo por nacer:
Esto hizo él.