Scrutatio

Mercoledi, 24 aprile 2024 - San Fedele da Sigmaringen ( Letture di oggi)

Salmos 106


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1¡Aleluya!
¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
2¿Quién dirá las proezas de Yahveh,
hará oír toda su alabanza?
3¡Dichosos los que guardan el derecho,
los que practican en todo tiempo la justicia!
4¡Acuérdate de mí, Yahveh,
por amor de tu pueblo;
con tu salvación visítame,
5que vea yo la dicha de tus elegidos,
me alegre en la alegría de tu pueblo,
con tu heredad me felicite!
6Hemos pecado como nuestros padres,
hemos faltado, nos hemos hecho impíos;
7nuestros padres, en Egipto,
no comprendieron tus prodigios.
No se acordaron de tu inmenso amor,
se rebelaron contra el Altísimo junto al mar de Suf.
8El los salvó por amor de su nombre,
para dar a conocer su poderío.
9Increpó al mar de Suf y éste se secó,
los llevó por los abismos como por un desierto,
10los salvó de la mano del que odíaba,
de la mano del enemigo los libró.
11El agua cubrió a sus adversarios,
ni uno solo quedó.
12Entonces ellos tuvieron fe en sus palabras
y sus laudes cantaron.
13Mas pronto se olvidaron de sus obras,
no tuvieron en cuenta su consejo;
14en el desierto ardían de avidez,
a Dios tentaban en la estepa.
15El les concedió lo que pedían,
mandó fiebre a sus almas.
16Y en el campamento, de Moisés tuvieron celos,
de Aarón, el santo de Yahveh.
17Se abre la tierra, traga a Datán,
y cubre a la cuadrilla de Abirón;
18un fuego se enciende contra su cuadrilla,
una llama abrasa a los impíos
19En Horeb se fabricaron un becerro,
se postraron ante un metal fundido,
20y cambiaron su gloria
por la imagen de un buey que come heno.
21Olvidaban a Dios que les salvaba,
al autor de cosas grandes en Egipto,
22de prodigios en el país de Cam,
de portentos en el mar de Suf.
23Hablaba ya de exterminarlos,
si no es porque Moisés, su elegido,
se mantuvo en la brecha en su presencia,
para apartar su furor de destruirlos.
24Una tierra de delicias desdeñaron,
en su palabra no tuvieron fe;
25murmuraron dentro de sus tiendas,
no escucharon la voz de Yahveh.
26Y él, mano en alto, les juró
hacerles caer en el desierto,
27desperdigar su raza entre las naciones,
y dispersarlos por los países.
28Luego se vincularon a Baal Peor
y comieron sacrificios de muertos.
29Así le irritaron con sus obras,
y una plaga descargó sobre ellos.
30Entonces surgió Pinjás, zanjó,
y la plaga se detuvo;
31esto se le contó como justicia
de edad en edad, para siempre.
32En las aguas de Meribá le enojaron,
y mal le fue a Moisés por culpa de ellos,
33pues le amargaron el espíritu,
y habló a la ligera con sus labios.
34No exterminaron a los pueblos
que Yahveh les había señalado,
35sino que se mezclaron con las gentes,
aprendieron sus prácticas.
36Sirvieron a sus ídolos
que fueron un lazo para ellos;
37sacrificaban sus hijos
y sus hijas a demonios.
38Sangre inocente derramaban,
la sangre de sus hijos y sus hijas,
que inmolaban a los ídolos de Canaán,
y fue el país profanado de sangre.
39Así se manchaban con sus obras,
y se prostituían con sus prácticas.
40Entonces se inflamó la cólera de Yahveh contra su pueblo,
y abominó de su heredad.
41Los entregó en mano de las gentes,
y los dominaron los que los odiaban;
42sus enemigos los tiranizaron,
bajo su mano quedaron humillados.
43Muchas veces los libró
aunque ellos, en su propósito obstinados,
se hundían en su culpa;
44y los miró cuando estaban en apuros,
escuchando su clamor.
45Se acordó en favor de ellos de su alianza,
se enterneció según su inmenso amor;
46hizo que de ellos se apiadaran
aquellos que cautivos los tenían.
47¡Sálvanos, Yahveh, Dios nuestro,
reúnenos de entre las naciones,
para dar gracias a tu nombre santo,
y gloriarnos en tu alabanza!
48¡Bendito sea Yahveh, Dios de Israel,
por eternidad de eternidades!
Y el pueblo todo diga: ¡Amén!