Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Salmos 35


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1De David.
Ataca, Yahveh, a los que me atacan,
combate a quienes me combaten;
2embraza el escudo y el pavés,
y álzate en mi socorro;
3blande la lanza y la pica
contra mis perseguidores.
Di a mi alma: «Yo soy tu salvación».
4¡Confusión y vergüenza sobre aquellos
que andan buscando mi vida!
¡Vuelvan atrás y queden confundidos
los que mi mal maquinan!
5¡Sean lo mismo que la paja al viento,
por el ángel de Yahveh acosados;
6sea su camino tiniebla y precipicio,
perseguidos por el angel de Yahveh!
7Pues sin causa me han tendido su red,
han cavado una fosa para mí.
8¡Sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina:
le prenda la red que había tendido,
y en su fosa se hunda!
9Y mi alma exultará en Yahveh,
en su salvación se gozará.
10Dirán todos mis huesos:
Yahveh, ¿quién como tú,
para librar al débil del más fuerte,
al pobre de su expoliador?
11Testigos falsos se levantan,
sobre lo que ignoro me interrogan;
12me pagan mal por bien,
¡desolación para mi alma!
13Yo, en cambio, cuando eran ellos los enfermos, vestido de
sayal,
me humillaba con ayuno,
y en mi interior repetía mi oración;
14como por un amigo o un hermano iba y venía,
como en duelo de una madre,
sombrío me encorvaba.
15Ellos se ríen de mi caída, se reúnen,
sí, se reúnen contra mí;
extranjeros, que yo no conozco,
desgarran sin descanso;
16si caigo, me rodean
rechinando sus dientes contra mí.
17¿Cuánto tiempo, Señor, te quedarás mirando?
Recobra mi alma de sus garras,
de los leones mi vida.
18Te daré gracias en la gran asamblea,
te alabaré entre un pueblo copioso.
19No se rían de mí,
mis enemigos pérfidos,
ni se guiñen sus ojos
los que me odian sin razón.
20Pues no es de paz de lo que hablan
a los pacíficos de la tierra;
mascullan palabras de perfidia,
21abren bien grande su boca contra mí;
dicen: «¡Ja, Ja,
nuestros ojos lo han visto!»
22Tú lo has visto, Yahveh, no te quedes callado,
Señor, no estés lejos de mí;
23despiértate, levántate a mi juicio,
en defensa de mi causa, oh mi Dios y Señor;
24júzgame conforme a tu justicia, oh Yahveh,
¡Dios mío, no se rían de mí!
25No digan en su corazón: «¡Ajá, lo que queríamos!»
No digan: «¡Le hemos engullido!»
26¡Vergüenza y confusión caigan a una
sobre los que se ríen de mi mal;
queden cubiertos de vergüenza y de ignominia
los que a mi costa medran!
27Exulten y den gritos de júbilo
los que en mi justicia se complacen,
y digan sin cesar:
«¡Grande es Yahveh,
que en la paz de su siervo se complace!»
28Y tu justicia musitará mi lengua,
todo el día tu alabanza.