Scrutatio

Martedi, 16 aprile 2024 - Santa Bernadette Soubirous ( Letture di oggi)

Job 30


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1Mas ahora ríense de mí los que son más jóvenes que yo, a cuyos padres no juzgaba yo dignos de mezclar con los perros de mi grey.2Aun la fuerza de sus manos, ¿para qué me servía?; había decaído todo su vigor,3agotado por el hambre y la penuria. Roían las raíces de la estepa, lugar sombrío de ruina y soledad.4Recogían armuelle por los matorrales, eran su pan raíces de retama.5De entre los hombres estaban expulsados, tras ellos se gritaba como tras un ladrón.6Moraban en las escarpas de los torrentes, en las grietas del suelo y de las rocas.7Entre los matorrales rebuznaban, se apretaban bajo los espinos.8Hijos de abyección, sí, ralea sin nombre, echados a latigazos del país.9¡Y ahora soy yo la copla de ellos, el blanco de sus chismes!10Horrorizados de mí, se quedan a distancia, y sin reparo a la cara me escupen.11Porque él ha soltado mi cuerda y me maltrata, ya tiran todo freno ante mí.12Una ralea se alza a mi derecha, exploran si me encuentro tranquilo, y abren hacia mí sus caminos siniestros.13Mi sendero han destruido, para perderme se ayudan, y nada les detiene;14como por ancha brecha irrumpen, se han escurrido bajo los escombros.15Los terrores se vuelven contra mí, como el viento mi dignidad es arrastrada; como una nube ha pasado mi ventura.16Y ahora en mí se derrama mi alma, me atenazan días de aflicción.17De noche traspasa el mal mis huesos, y no duermen las llagas que me roen.18Con violencia agarra él mi vestido, me aferra como el cuello de mi túnica.19Me ha tirado en el fango, soy como el polvo y la ceniza.20Grito hacia ti y tú no me respondes, me presento y no me haces caso.21Te has vuelto cruel para conmigo, tu mano vigorosa en mí se ceba.22Me llevas a caballo sobre el viento, me zarandeas con la tempestad.23Pues bien sé que a la muerte me conduces, al lugar de cita de todo ser viviente.24Y sin embargo, ¿he vuelto yo la mano contra el pobre, cuando en su angustia justicia reclamaba?25¿No he llorado por el que vive en estrechez? ¿no se ha apiadado mi alma del mendigo?26Yo esperaba la dicha, y llegó la desgracia, aguardaba la luz, y llegó la oscuridad.27Me hierven las entrañas sin descanso, me han alcanzado días de aflicción.28Sin haber sol, ando renegrido, me he levantado en la asamblea, sólo para gritar.29Me he hecho hermano de chacales y compañero de avestruces.30Mi piel se ha ennegrecido sobre mí, mis huesos se han quemado por la fiebre.31¡Mi cítara sólo ha servido para el duelo, mi flauta para la voz de plañidores!