Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Job 14


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1el hombre, nacido de mujer, corto de días y harto de tormentos.2Como la flor, brota y se marchita, y huye como la sombra sin pararse.3¡Y sobre un ser tal abres tú los ojos, le citas a juicio frente a ti!4Mas ¿quién podrá sacar lo puro de lo impuro? ¡Ninguno!5Si es que están contados ya sus días, si te es sabida la cuenta de sus meses, si un límite le has fijado que no franqueará,6aparta de él tus ojos, déjale, hasta que acabe, como un jornalero, su jornada.7Una esperanza guarda el árbol: si es cortado, aún puede retoñar, y no dejará de echar renuevos.8Incluso con raíces en tierra envejecidas, con un tronco que se muere en el polvo,9en cuanto siente el agua, reflorece y echa ramaje como una planta joven.10Pero el hombre que muere queda inerte, cuando un humano expira, ¿dónde está?11Podrán agotarse las aguas del mar, sumirse los ríos y secarse,12que el hombre que yace no se levantará, se gastarán los cielos antes que se despierte, antes que surja de su sueño.13¡Ojalá en el seol tú me guardaras, me escondieras allí mientras pasa tu cólera, y una tregua me dieras, para acordarte de mí luego14- pues, muerto el hombre, ¿puede revivir? - todos los días de mi milicia esperaría, hasta que llegara mi relevo!15Me llamarías y te respondería; reclamarías la obra de tus manos.16En lugar de contar mi pasos, como ahora, no te cuidarías más de mis pecados;17dentro de un saco se sellaría mi delito, y blanquearías mi falta.18Ay, como el monte acabará por derrumbarse, la roca cambiará de sitio,19las aguas desgastarán las piedras, inundará una llena los terrenos, así aniquilas tú la esperanza del hombre.20Le aplastas para siempre, y se va, desfiguras su rostro y le despides.21Que sean honrados sus hijos, no lo sabe; que sean despreciados, no se entera.22Tan solo por él sufre su carne, sólo por él se lamenta su alma.