Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 30


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1El que ama a su hijo, le azota sin cesar,
para poderse alegrar en su futuro.
2El que enseña a su hijo, sacará provecho de él,
entre sus conocidos de él se gloriará.
3El que instruye a su hijo, pondrá celoso a su enemigo,
y ante sus amigos se sentirá gozoso.
4Murió su padre, y como si no hubiera muerto,
pues dejó tras de sí un hombre igual que él.
5En su vida le mira con contento,
y a su muerte no se siente triste.
6Contra sus enemigos deja un vengador,
y para los amigos quien les pague sus favores.
7El que mima a su hijo, vendará sus heridas,
a cada grito se le conmoverán sus entrañas.
8Caballo no domado, sale indócil,
hijo consentido, sale libertino.
9Halaga a tu hijo, y te dará sorpresas
juega con él, y te traerá pesares.
10No rías con él, para no llorar
y acabar rechinando de dientes.
11No le des libertad en su juventud,
y no pases por alto sus errores.
12Doblega su cerviz mientras es joven,
tunde sus costillas cuando es niño,
no sea que, volviéndose indócil, te desobedezca,
y sufras por él amargura de alma.
13Enseña a tu hijo y trabaja en él,
para que no tropieces por su desvergüenza.
14Vale más pobre sano y fuerte de constitución
que rico lleno de achaques en su cuerpo.
15Salud y buena constitución valen más que todo el oro,
cuerpo vigoroso más que inmensa fortuna.
16Ni hay riqueza mejor que la salud del cuerpo,
ni contento mayor que la alegría del corazón.
17Mejor es la muerte que una vida amarga,
el descanso eterno que enfermedad permanente.
18Manjares derramados sobre boca cerrada,
eso son las ofrendas de alimentos puestas sobre una
tumba.
19¿De qué le sirve el sacrificio a un ídolo?
¡ni lo comerá ni lo olerá!
Así aquel a quien persigue el Señor,
20que mira con sus ojos y gime.
Escomo un eunuco que oprime a una virgen y gime.
21No entregues tu alma a la tristeza,
ni te atormentes a ti mismo con tus cavilaciones.
22La alegría de corazón es la vida del hombre,
el regocijo del varón, prolongación de sus días.
23Engaña tu alma y consuela tu corazón,
echa lejos de ti la tristeza;
que la tristeza perdió a muchos,
y no hay en ella utilidad.
24Envidia y malhumor los días acortan,
las preocupaciones traen la vejez antes de tiempo.
25Un corazón radiante viene bien en las comidas,
se preocupa de lo que come.