Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 47


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1Después de él surgió Natán
para profetizar en los días de David.
2Como grasa puesta aparte en el sacrificio de comunión,
así David de entre los hijos de Israel.
3Con leones jugó cual con cabritos,
con osos como con corderos.
4¿No mató de joven al gigante,
y quitó el oprobio del pueblo,
blandiendo en la mano la piedra de la honda
y abatiendo la arrogancia de Goliat?
5Pues invocó al Señor Altísimo,
que a su diestra dio vigor,
para aniquilar a un potente guerrero,
y realzar el cuerno de su pueblo.
6Por eso le dieron gloria por diez mil,
y le alabaron con las bendiciones del Señor,
ofreciéndole la diadema de gloria.
7Pues él aplastó a los enemigos del contorno,
aniquiló a los filisteos, sus adversarios,
para siempre quebrantó su cuerno.
8En todas sus obras elevó acción de gracias
al Santo Altísimo en oráculo de gloria.
Con todo su corazón entonó himnos,
mostrando su amor a su Hacedor.
9Ante el altar instituyó salmistas
y con sus voces dio dulzura a los cantos.
10Dio a las fiestas esplendor,
vistosidad acabada a las solemnidades,
cuando ellos alaban el santo nombre del Señor,
cuando resuena desde la aurora el santuario.
11El Señor le perdonó sus pecados
y exaltó su cuerno para siempre:
le otorgó la alianza real,
un trono de gloria en Israel.
12Después de él surgió un hijo sabio,
que gracias a él vivió en holgura.
13Reinó Salomón en días de paz,
Dios le concedió reposo por doquier,
para que levantara una Casa a su nombre
y preparara un santuario eterno.
14¡Qué sabio eras en tu juventud,
lleno de inteligencia como un río!
15Cubrió tu alma la tierra,
la llenaste de proverbios enigmáticos.
16Tu nombre llegó hasta las islas lejanas,
y fuiste amado en medio de tu paz.
17Por tus cantos, tus sentencias, tus proverbios
y tus interpretaciones te admiraron los países.
18En nombre del Señor Dios,
el llamado Dios de Israel,
amontonaste oro como estaño,
como plomo multiplicaste plata.
19Mas reclinaste tu costado en mujeres,
y te dejaste dominar en tu cuerpo.
20Pusiste así tacha a tu gloria,
y profanaste tu linaje,
acarreando la ira sobre tus hijos
y llenándoles de aflicción por tu locura,
21hasta quedar partida en dos la dinastía
y surgir de Efraím un reino apóstata.
22Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia,
no deja que se pierdan sus palabras
ni que se borre la descendencia de su elegido,
el linaje de quien le amó no extirpa.
Por eso dio a Jacob un resto,
y un brote a David salido de él.
23Descansó Salomón con sus padres,
y después de él dejó a uno de su linaje,
lo más loco del pueblo, falto de inteligencia,
Roboam, que apartó de su cordura al pueblo.
24Y Jeroboam, hijo de Nabat, fue el que hizo pecar a Israel,
y señaló a Efraím el camino del pecado.
Desde entonces se multiplicaron sus pecados tanto
que expulsaron al pueblo de su tierra.
25Toda clase de maldades frecuentaron,
hasta que vino sobre ellos el castigo.