Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 13


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1El que toca la pez, se mancha,
el que convive con el orgulloso, se hará como él.
2No tomes sobre ti carga pesada,
con el más fuerte y rico que tú no convivas.
¿Por qué juntar cántaro con caldero?
Este le chocará y aquél se romperá.
3El rico agravia y encima se envalentona,
el pobre es agraviado y encima ha de excusarse.
4Si le eres útil, se servirá de ti,
si eres torpe, te abandonará.
5Si tienes algo, vivirá contigo,
y te despojará sin fatigarse él.
6¿Ha menester de ti? Tratará de engañarte,
te sonreirá y te dará esperanzas;
buenas palabras te dará
y dirá: «¿Qué te hace falta?»
7Te avergonzará en sus festines,
hasta despojarte dos, tres veces,
y para terminar se burlará de ti.
Después, si te ve, te dejará a un lado,
y meneará la cabeza ante ti.
8Guárdate de dejarte engañar,
y de ser humillado por estúpido.
9Cuando te llame un poderoso, quédate a distancia,
que tanto más te llamará.
10No te presentes por ti mismo, no sea que te rechace,
ni te quedes muy lejos, para no pasar inadvertido.
11No pretendas hablar con él de igual a igual,
ni te fíes de sus muchas palabras.
Que con su mucho hablar te pondrá a prueba,
como quien pasa el rato, te examinará.
12Despiadado es quien no guarda tus palabras,
no te ahorrará ni golpes ni cadenas.
13Observa y ponte bien en guardia,
porque caminas junto a tu propia ruina.
15Todo viviente ama a su semejante,
y todo hombre a su prójimo.
16Todo animal según su especie se une,
a su semejante se adhiere el hombre.
17¿Cómo podrá convivir lobo con cordero?
Así el pecador con el piadoso.
18¿Qué paz puede tener la hiena con el perro?
¿qué paz el rico con el indigente?
19Caza de leones son los onagros en el desierto,
así los pobres son presa de los ricos.
20Abonimación para el orgulloso es la humilidad,
así para el rico es abominación el pobre.
21El rico que vacila es sostenido por sus amigos,
al humilde que cae sus amigos le rechazan.
22Cuando el rico resbala, muchos le toman en sus brazos,
dice estupideces, y le justifican;
resbala el humilde, y se le hacen reproches,
dice cosas sensatas, y no se le hace caso.
23Habla el rico, y todos se callan,
y exaltan su palabra hasta las nubes.
Habla el pobre y dicen: «¿Quién es éste?»
y si se equivoca, se le echa por tierra.
24Buena es la riqueza en la que no hay pecado,
mala la pobreza al decir del impío.
25El corazón del hombre modela su rostro
tanto hacia el bien como hacia el mal.
26Signo de un corazón dichoso es un rostro alegre,
la invención de proverbios es penoso ejercicio.