Scrutatio

Martedi, 23 aprile 2024 - San Giorgio ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 29


font

1Quien hace misericordia, presta al prójimo,
quien le apoya con su mano, guarda los mandamientos.
2Presta a tu prójimo cuando se halle en necesidad,
y por tu parte restituye a tiempo al prójimo.
3Mantén tu palabra y ten confianza en él,
y en toda ocasión encontrarás lo que necesitas.
4Muchos consideran el préstamo como una ganga,
y a los que les han socorrido causan sinsabores.
5Hasta que no recibe, besa las manos de su prójimo,
y ante su dinero humilla la voz;
pero al tiempo de la restitución da largas,
responde con palabras negligentes
y echa la culpa a las circustancias.
6Si puede, el otro recibirá apenas la mitad,
y aun lo tendrá como una ganga.
Si no, se quedará sin su dinero,
y se habrá ganado sin necesidad un enemigo,
que le devolverá maldiciones e injurias
y le dará, en vez de gloria, vilipendio.
7Muchos, sin malicia, vuelven las espaldas,
pues temen ser despojados sin necesidad.
8Pero con el humilde muéstrate paciente,
y a tu limosna no des largas.
9En atención al mandamiento, acoge al indigente,
según su necesidad no le despidas vacío.
10Gasta dinero por el hermano y el amigo,
que no se te enroñe bajo la piedra y lo pierdas.
11Coloca tu tesoro según los mandamientos del Altísimo,
y te dará provecho más que el oro.
12Encierra la limosna en tus graneros,
ella te preservará de todo mal.
13Mejor que recio escudo y que pesada lanza
frente al enemigo combatirá por ti.
14El hombre bueno sale fiador de su prójimo,
el que ha perdido la vergüenza, lo deja abandonado.
15No olvides los favores de tu fiador,
pues él se ha expuesto por ti.
16El pecador dilapida los bienes de su fiador,
el ingrato abandona en su corazón al que le ha
salvado.
17La fianza perdió a muchos que iban bien,
los sacudió como ola del mar.
18Echó de su patria a hombres poderosos,
que anduvieron errando por naciones extrañas.
19Pecador que se presta a la fianza
buscando especular, incurre en juicio.
20Acoge al prójimo según tus recursos,
y cuida de no caer tú mismo.
21Lo primero para vivir es agua, pan, vestido,
y casa para abrigarse.
22Más vale vida de pobre bajo techo de tablas
que comida suntuosa en casa de extraños.
23En lo poco y en lo mucho ten buena cara,
y no escucharás reproches de tu huésped.
24Triste vida andar de casa en casa:
donde te hospedes no podrás abrir la boca.
25Hospedarás y darás de beber a desagradecidos,
y encima tendrás que oír cosas amargas:
26«Pasa, huésped, adereza la mesa,
si tienes algo a mano, dame de comer».
27- «Vete, huésped, cede el puesto a uno más digno,
viene a hospedarse mi hermano, necesito la casa».
28Duro es para un hombre de sentimiento
tal desprecio de la casa,
tal insulto propio para un deudor.