Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Salmos 78


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BIBLIABIBBIA RICCIOTTI
1 Poema. De Asaf.
Escucha mi ley, pueblo mío,
tiende tu oído a las palabras de mi boca;
1 - Salmo di Asaf. O Dio, hanno invaso le genti la tua eredità, han contaminato il tuo santo tempio, han ridotto Gerusalemme a un mucchio di rovine!
2 voy a abrir mi boca en parábolas,
a evocar los misterios del pasado.
2 Han buttato i cadaveri de' tuoi serviin pasto agli uccelli del cielo, le carni de' tuoi santi alle fiere della terra.
3 Lo que hemos oído y que sabemos,
lo que nuestros padres nos contaron,
3 Han versato il loro sangue com'acqua, intorno a Gerusalemme, e non v'era chi seppellisse.
4 no se lo callaremos a sus hijos,
a la futura generación lo contaremos:
Las alabanzas de Yahveh y su poder,
las maravillas que hizo;
4 Siam diventati un obbrobrio per i nostri vicini, beffa e scherno per quei che ci stanno all'intorno.
5 él estableció en Jacob un dictamen,
y puso una ley en Israel;
El había mandado a nuestros padres
que lo comunicaran a sus hijos,
5 Sino a quando, o Signore, sarai sempre adirato? arderà come fuoco il tuo sdegno?
6 que la generación siguiente lo supiera,
los hijos que habían de nacer;
y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,
6 Riversa l'ira tua sulle genti che non ti conosconoe sui regni che il tuo nome non invocano!
7 para que pusieran en Dios su confianza,
no olvidaran las hazañas de Dios,
y sus mandamientos observaran;
7 Perchè han divorato Giacobbe e la sua dimora han devastato.
8 para que no fueran, lo mismo que sus padres,
una generación rebelde y revoltosa,
generación de corazón voluble
y de espíritu desleal a Dios.
8 Non ti ricordare delle iniquità nostre antiche, [ma] presto ci prevengano le tue misericordie, perchè miseri noi siamo oltre modo!
9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros,
retrocedieron el día del combate;
9 Aiutaci, o Dio salvatore nostro, e per la gloria del nome tuo, o Signore, liberaci, e sii propizio a' nostri peccati a motivo del tuo nome.
10 no guardaban la alianza hecha con Dios,
rehusaban caminar según su ley;
10 Perchè non si dica tra le Genti: «Dov'è il loro Dio?». Nota sia tra le Genti, davanti ai nostri occhi, la vendetta del sangue sparso de' tuoi servi.
11 tenían olvidados sus portentos,
las maravillas que él les hizo ver:
11 Penetri al tuo cospetto il gemito de' prigionieri: con la potenza del tuo braccio salvai figli della morte.
12 prodigios hizo a la vista de sus padres
en el país de Egipto, en los campos de Tanis.
12 E rendi a' nostri vicini, sette volte tanto nel loro seno, l'oltraggio con cui t'hanno oltraggiato, o Signore!
13 Hendió la mar y los pasó a través,
contuvo las aguas como un dique;
13 E noi, tuo popolo e pecorelle del tuo pascolo, [ti] celebreremo in eterno, di generazione in generazione proclameremo la tua lode!
14 de día los guiaba con la nube,
y cada noche con resplandor de fuego;
15 en el desierto hendió las rocas,
los abrevó a raudales sin medida;
16 hizo brotar arroyos de la peña
y descender las aguas como ríos.
17 Pero ellos volvían a pecar contra él,
a rebelarse contra el Altísimo en la estepa;
18 a Dios tentaron en su corazón
reclamando manjar para su hambre.
19 Hablaron contra Dios;
dijeron: «¿Será Dios capaz
de aderezar una mesa en el desierto?
20 «Ved que él hirió la roca,
y corrieron las aguas, fluyeron los torrentes:
¿podrá de igual modo darnos pan,
y procurar carne a su pueblo?»
21 Entonces Yahveh lo oyó y se enfureció,
un fuego se encendió contra Jacob,
y la Cólera estalló contra Israel,
22 porque en Dios no habían tenido fe
ni confiaban en su salvación.
23 Y a las nubes mandó desde lo alto,
abrió las compuertas de los cielos;
24 hizo llover sobre ellos maná para comer,
les dio el trigo de los cielos;
25 pan de Fuertes comió el hombre,
les mandó provisión hasta la hartura.
26 Hizo soplar en los cielos el solano,
el viento del sur con su poder atrajo,
27 y llovió sobre ellos carne como polvo,
y aves como la arena de los mares;
28 las dejó caer en medio de su campo,
en torno a sus moradas.
29 Comieron hasta quedar bien hartos,
así satisfizo su avidez;
30 mas aún no habían colmado su avidez,
su comida estaba aún en su boca,
31 cuando la cólera de Dios estalló contra ellos:
hizo estragos entre los más fuertes,
y abatió a la flor de Israel.
32 Mas con todo pecaron todavía,
en sus maravillas no tuvieron fe.
33 El consumió sus días con un soplo,
y sus años con espanto.
34 Cuando los mataba, le buscaban,
se convertían, se afanaban por él,
35 y recordaban que Dios era su roca,
su redentor, el Dios Altísimo.
36 Mas le halagaban con su boca,
y con su lengua le mentían;
37 su corazón no era fiel para con él,
no tenían fe en su alianza.
38 El, con todo, enternecido,
borraba las culpas y no exterminaba;
bien de veces su cólera contuvo
y no despertó todo su furor:
39 se acordaba de que ellos eran carne,
un soplo que se va y no vuelve más.
40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto,
le irritaron en aquellas soledades!
41 Otra vez a tentar a Dios volvían,
a exasperar al Santo de Israel;
42 no se acordaron de su mano,
del día en que les libró del adversario;
43 cuando hizo en Egipto sus señales,
en el campo de Tanis sus prodigios.
44 Trocó en sangre sus ríos
y sus arroyos para que no bebiesen.
45 Tábanos les mandó que los comieron,
y ranas que los infestaron;
46 entregó a la langosta sus cosechas,
el fruto de su afán al saltamontes;
47 asoló con granizo sus viñedos,
y con la helada sus sicómoros;
48 entregó sus ganados al pedrisco
y a los rayos sus rebaños.
49 Lanzó contra ellos el fuego de su cólera,
indignación, enojo y destrucción,
tropel de mensajeros de desgracias;
50 libre curso dio a su ira.
No preservó sus almas de la muerte,
a la peste sus vidas entregó;
51 hirió en Egipto a todo primogénito,
las primicias de la raza en las tiendas de Cam.
52 Y sacó a su pueblo como ovejas,
cual rebaño los guió por el desierto;
53 los guió en seguro, sin temor,
mientras el mar cubrió a sus enemigos;
54 los llevó a su término santo,
a este monte que su diestra conquistó;
55 arrojó a las naciones ante ellos;
a cordel les asignó una heredad,
y estableció en sus tiendas las tribus de Israel.
56 Pero ellos le tentaron, se rebelaron contra el Dios Altísimo,
se negaron a guardar sus dictámenes,
57 se extraviaron, infieles, lo mismo que sus padres,
se torcieron igual que un arco indócil:
58 le irritaron con sus altos,
con sus ídolos excitaron sus celos.
59 Dios lo oyó y se enfureció,
desechó totalmente a Israel;
60 abandonó la morada de Silo,
la tienda en que habitaba entre los hombres.
61 Mandó su fuerza al cautiverio,
a manos del adversario su esplendor;
62 entregó su pueblo a la espada,
contra su heredad se enfureció.
63 El fuego devoró a sus jóvenes,
no hubo canto nupcial para sus vírgenes;
64 sus sacerdotes cayeron a cuchillo,
sus viudas no entonaron lamentos.
65 Entonces despertó el Señor como un durmiente,
como un bravo vencido por el vino;
66 hirió a sus adversarios en la espalda,
les infligió un oprobio eterno.
67 Desechó la tienda de José,
y no eligió a la tribu de Efraím;
68 mas eligió a la tribu de Judá,
el monte Sión al cual amaba.
69 Construyó como las alturas del cielo su santuario,
como la tierra que fundó por siempre.
70 Y eligió a David su servidor,
le sacó de los apriscos del rebaño,
71 le trajo de detrás de las ovejas,
para pastorear a su pueblo Jacob,
y a Israel, su heredad.
72 El los pastoreaba con corazón perfecto,
y con mano diestra los guiaba.