Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Salmos 78


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Poema. De Asaf.
Escucha mi ley, pueblo mío,
tiende tu oído a las palabras de mi boca;
1 Poema de Asaf.

Pueblo mío, escucha mi enseñanza,

presta atención a las palabras de mi boca:

2 voy a abrir mi boca en parábolas,
a evocar los misterios del pasado.
2 yo voy a recitar un poema,

a revelar enigmas del pasado.

3 Lo que hemos oído y que sabemos,
lo que nuestros padres nos contaron,
3 Lo que hemos oído y aprendido,

lo que nos contaron nuestros padres,

4 no se lo callaremos a sus hijos,
a la futura generación lo contaremos:
Las alabanzas de Yahveh y su poder,
las maravillas que hizo;
4 no queremos ocultarlo a nuestros hijos,

lo narraremos a la próxima generación:

son las glorias del Señor y su poder,

las maravillas que él realizó.

5 él estableció en Jacob un dictamen,
y puso una ley en Israel;
El había mandado a nuestros padres
que lo comunicaran a sus hijos,
5 El dio una norma a Jacob,

estableció una ley en Israel,

y ordenó a nuestros padres

enseñar estas cosas a sus hijos.

6 que la generación siguiente lo supiera,
los hijos que habían de nacer;
y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos,
6 Así las aprenderán las generaciones futuras

y los hijos que nacerán después;

y podrán contarlas a sus propios hijos,

7 para que pusieran en Dios su confianza,
no olvidaran las hazañas de Dios,
y sus mandamientos observaran;
7 para que pongan su confianza en Dios,

para que no se olviden de sus proezas

y observen sus mandamientos.

8 para que no fueran, lo mismo que sus padres,
una generación rebelde y revoltosa,
generación de corazón voluble
y de espíritu desleal a Dios.
8 Así no serán como sus padres,

una raza obstinada y rebelde,

una raza de corazón inconstante

y de espíritu infiel a Dios:

9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros,
retrocedieron el día del combate;
9 como los arqueros de la tribu de Efraím,

que retrocedieron en el momento del combate.

10 no guardaban la alianza hecha con Dios,
rehusaban caminar según su ley;
10 Ellos no mantuvieron su alianza con Dios,

se negaron a seguir su Ley;

11 tenían olvidados sus portentos,
las maravillas que él les hizo ver:
11 olvidaron sus proezas

y las maravillas que les hizo ver,

12 prodigios hizo a la vista de sus padres
en el país de Egipto, en los campos de Tanis.
12 cuando hizo prodigios a la vista de sus padres,

en la tierra de Egipto, en los campos de Tanis:

13 Hendió la mar y los pasó a través,
contuvo las aguas como un dique;
13 abrió el Mar para darles paso

y contuvo las aguas como un dique;

14 de día los guiaba con la nube,
y cada noche con resplandor de fuego;
14 de día los guiaba con la nube

y de noche, con el resplandor del fuego.

15 en el desierto hendió las rocas,
los abrevó a raudales sin medida;
15 Partió las rocas en el desierto

y les dio de beber a raudales:

16 hizo brotar arroyos de la peña
y descender las aguas como ríos.
16 sacó manantiales del peñasco,

hizo correr las aguas como ríos.

17 Pero ellos volvían a pecar contra él,
a rebelarse contra el Altísimo en la estepa;
17 Pero volvieron a pecar contra él

y a rebelarse contra el Altísimo en el desierto:

18 a Dios tentaron en su corazón
reclamando manjar para su hambre.
18 tentaron a Dios en sus corazones,

pidiendo comida a su antojo.

19 Hablaron contra Dios;
dijeron: «¿Será Dios capaz
de aderezar una mesa en el desierto?
19 Hablaron contra Dios, diciendo:

«¿Acaso tiene Dios poder suficiente

para preparar una mesa en el desierto?

20 «Ved que él hirió la roca,
y corrieron las aguas, fluyeron los torrentes:
¿podrá de igual modo darnos pan,
y procurar carne a su pueblo?»
20 Es verdad que cuando golpeó la roca,

brotó el agua y desbordaron los torrentes;

pero ¿podrá también darnos pan

y abastecer de carne a su pueblo?».

21 Entonces Yahveh lo oyó y se enfureció,
un fuego se encendió contra Jacob,
y la Cólera estalló contra Israel,
21 El Señor, al oírlos, se indignó,

y un fuego se encendió contra Jacob;

su enojo se alzó contra Israel,

22 porque en Dios no habían tenido fe
ni confiaban en su salvación.
22 porque no creyeron en Dios

ni confiaron en su auxilio.

23 Y a las nubes mandó desde lo alto,
abrió las compuertas de los cielos;
23 Entonces mandó a las nubes en lo alto

y abrió las compuertas del cielo:

24 hizo llover sobre ellos maná para comer,
les dio el trigo de los cielos;
24 hizo llover sobre ellos el maná,

les dio como alimento un trigo celestial;

25 pan de Fuertes comió el hombre,
les mandó provisión hasta la hartura.
25 todos comieron en pan de ángeles,

les dio comida hasta saciarlos.

26 Hizo soplar en los cielos el solano,
el viento del sur con su poder atrajo,
26 Hizo soplar desde el cielo el viento del este,

atrajo con su poder el viento del sur;

27 y llovió sobre ellos carne como polvo,
y aves como la arena de los mares;
27 hizo llover sobre ellos carne como polvo

y pájaros como arena del mar:

28 las dejó caer en medio de su campo,
en torno a sus moradas.
28 los dejó caer en medio del campamento,

alrededor de sus carpas.

29 Comieron hasta quedar bien hartos,
así satisfizo su avidez;
29 Ellos comieron y se hartaron,

pues les dio lo que habían pedido;

30 mas aún no habían colmado su avidez,
su comida estaba aún en su boca,
30 pero apenas saciaron su avidez,

cuando aún estaban con la boca llena,

31 cuando la cólera de Dios estalló contra ellos:
hizo estragos entre los más fuertes,
y abatió a la flor de Israel.
31 la ira de Dios se desató contra ellos:

hizo estragos entre los más fuertes

y abatió a lo mejor de Israel.

32 Mas con todo pecaron todavía,
en sus maravillas no tuvieron fe.
32 A pesar de todo, volvieron a pecar

y no creyeron en sus maravillas;

33 El consumió sus días con un soplo,
y sus años con espanto.
33 por eso él acabó sus días como un soplo,

y sus años en un solo instante.

34 Cuando los mataba, le buscaban,
se convertían, se afanaban por él,
34 Cuando los hacía morir, lo buscaban

y se volvían a él ansiosamente;

35 y recordaban que Dios era su roca,
su redentor, el Dios Altísimo.
35 recordaban que Dios era su Roca,

y el Altísimo, su libertador.

36 Mas le halagaban con su boca,
y con su lengua le mentían;
36 Pero lo elogiaban de labios para afuera

y mentían con sus lenguas;

37 su corazón no era fiel para con él,
no tenían fe en su alianza.
37 su corazón no era sincero con él

y no eran fieles a su alianza.

38 El, con todo, enternecido,
borraba las culpas y no exterminaba;
bien de veces su cólera contuvo
y no despertó todo su furor:
38 Pero él, que es compasivo,

los perdonaba en lugar de exterminarlos;

una y otra vez reprimió su enojo

y no dio rienda suelta a su furor:

39 se acordaba de que ellos eran carne,
un soplo que se va y no vuelve más.
39 sabía que eran simples mortales,

un soplo que pasa y ya no vuelve.

40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto,
le irritaron en aquellas soledades!
40 ¡Cuántas veces lo irritaron en el desierto

y lo afligieron en medio de la soledad!

41 Otra vez a tentar a Dios volvían,
a exasperar al Santo de Israel;
41 Volvían a tentar a Dios

y a exasperar al Santo de Israel,

42 no se acordaron de su mano,
del día en que les libró del adversario;
42 sin acordarse de lo que hizo su mano,

cuando los rescató de la opresión.

43 cuando hizo en Egipto sus señales,
en el campo de Tanis sus prodigios.
43 Porque él hizo portentos en Egipto

y prodigios en los campos de Tanis;

44 Trocó en sangre sus ríos
y sus arroyos para que no bebiesen.
44 convirtió en sangre sus canales,

y también sus ríos, para que no bebieran;

45 Tábanos les mandó que los comieron,
y ranas que los infestaron;
45 les mandó tábanos voraces

y ranas que hacían estragos.

46 entregó a la langosta sus cosechas,
el fruto de su afán al saltamontes;
46 Entregó sus cosechas al pulgón

y el fruto de sus trabajos a las langostas;

47 asoló con granizo sus viñedos,
y con la helada sus sicómoros;
47 destruyó sus viñedos con el granizo

y sus higueras con la helada;

48 entregó sus ganados al pedrisco
y a los rayos sus rebaños.
48 desató la peste contra el ganado

y la fiebre contra los rebaños.

49 Lanzó contra ellos el fuego de su cólera,
indignación, enojo y destrucción,
tropel de mensajeros de desgracias;
49 Lanzó contra ellos el ardor de su enojo,

su ira, su furor y su indignación

–un tropel de mensajeros de desgracias–

50 libre curso dio a su ira.
No preservó sus almas de la muerte,
a la peste sus vidas entregó;
50 dando así libre curso a su furor;

no los quiso librar de la muerte,

hizo que la peste acabara con sus vidas.

51 hirió en Egipto a todo primogénito,
las primicias de la raza en las tiendas de Cam.
51 Hirió a los primogénitos de Egipto,

a los hijos mayores de la tierra de Cam;

52 Y sacó a su pueblo como ovejas,
cual rebaño los guió por el desierto;
52 sacó a su pueblo como a un rebaño,

y los guió como a ovejas por el desierto:

53 los guió en seguro, sin temor,
mientras el mar cubrió a sus enemigos;
53 los condujo seguros y sin temor,

mientras el Mar cubría a sus adversarios.

54 los llevó a su término santo,
a este monte que su diestra conquistó;
54 Los llevó hasta su Tierra santa,

hasta la Montaña que adquirió con su mano;

55 arrojó a las naciones ante ellos;
a cordel les asignó una heredad,
y estableció en sus tiendas las tribus de Israel.
55 delante de ellos expulsó a las naciones,

les asignó por sorteo una herencia

e instaló en sus carpas a las tribus de Israel.

56 Pero ellos le tentaron, se rebelaron contra el Dios Altísimo,
se negaron a guardar sus dictámenes,
56 Pero ellos tentaron e irritaron a Dios,

no observaron los preceptos del Altísimo;

57 se extraviaron, infieles, lo mismo que sus padres,
se torcieron igual que un arco indócil:
57 desertaron y fueron traidores como sus padres,

se desviaron como un arco fallido.

58 le irritaron con sus altos,
con sus ídolos excitaron sus celos.
58 Lo afligieron con sus lugares de culto,

le provocaron celos con sus ídolos:

59 Dios lo oyó y se enfureció,
desechó totalmente a Israel;
59 Dios lo advirtió y se llenó de indignación,

y rechazó duramente a Israel.

60 abandonó la morada de Silo,
la tienda en que habitaba entre los hombres.
60 Abandonó la Morada de Silo,

la Carpa donde habitaba entre los hombres;

61 Mandó su fuerza al cautiverio,
a manos del adversario su esplendor;
61 entregó su Fortaleza al cautiverio,

su Arca gloriosa en manos del enemigo

62 entregó su pueblo a la espada,
contra su heredad se enfureció.
62 Entregó su pueblo a la espada,

se enfureció contra su herencia;

63 El fuego devoró a sus jóvenes,
no hubo canto nupcial para sus vírgenes;
63 el fuego devoró a sus jóvenes,

y no hubo canto nupcial para sus vírgenes;

64 sus sacerdotes cayeron a cuchillo,
sus viudas no entonaron lamentos.
64 sus sacerdotes cayeron bajo la espada,

y sus viudas no pudieron celebrar el duelo.

65 Entonces despertó el Señor como un durmiente,
como un bravo vencido por el vino;
65 Pero el Señor se levantó como de un sueño,

como un guerrero adormecido por el vino:

66 hirió a sus adversarios en la espalda,
les infligió un oprobio eterno.
66 él hirió al enemigo con la espada,

le infligió una derrota completa.

67 Desechó la tienda de José,
y no eligió a la tribu de Efraím;
67 Rechazó a los campamentos de José

y no eligió a la tribu de Efraím:

68 mas eligió a la tribu de Judá,
el monte Sión al cual amaba.
68 eligió a la tribu de Judá,

a la montaña de Sión, su predilecta.

69 Construyó como las alturas del cielo su santuario,
como la tierra que fundó por siempre.
69 Construyó su Santuario como el cielo en lo alto,

como la tierra, que cimentó para siempre;

70 Y eligió a David su servidor,
le sacó de los apriscos del rebaño,
70 y eligió a David, su servidor,

sacándolo de entre los rebaños de ovejas.

71 le trajo de detrás de las ovejas,
para pastorear a su pueblo Jacob,
y a Israel, su heredad.
71 Cuando iba detrás de las ovejas, lo llamó

para que fuera pastor de Jacob, su pueblo,

y de Israel, su herencia;

72 El los pastoreaba con corazón perfecto,
y con mano diestra los guiaba.
72 él los apacentó con integridad de corazón

y los guió con la destreza de su mano.