Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Salmos 69


font
BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios..». De
David.
1 Del maestro de coro. Según la melodía de «Los lirios». De David.

2 ¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas
me llegan hasta el cuello!
2 ¡Sálvame, Dios mío,

porque el agua me llega a la garganta!

3 Me hundo en el cieno del abismo,
sin poder hacer pie;
he llegado hasta el fondo de las aguas,
y las olas me anegan.
3 Estoy hundido en el fango del Abismo

y no puedo hacer pie;

he caído en las aguas profundas,

y me arrastra la corriente.

4 Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces,
mis ojos se consumen de esperar a mi Dios.
4 Estoy exhausto de tanto gritar,

y mi garganta se ha enronquecido;

se me ha nublado la vista

de tanto esperar a mi Dios.

5 Son más que los cabellos de mi cabeza
los que sin causa me odian;
más duros que mis huesos
los que me hostigan sin razón.
(¿Lo que yo no he robado tengo que devolver?)
5 Más numerosos que los cabellos de mi cabeza

son los que me odian sin motivo;

más fuertes que mis huesos,

los que me atacan sin razón.

¡Y hasta tengo que devolver

lo que yo no he robado!

6 Tú, oh Dios, mi torpeza conoces,
no se te ocultan mis ofensas.
6 Dios mío, tú conoces mi necedad,

no se te ocultan mis ofensas.

7 ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan,
oh Yahveh Sebaot!
¡No sufran confusión por mí los que te buscan,
oh Dios de Israel!
7 Que no queden defraudados por mi culpa

los que esperan en ti, Señor del universo;

que no queden humillados por mi causa

los que te buscan, Dios de Israel.

8 Pues por ti sufro el insulto,
y la vergüenza cubre mi semblante;
8 Por ti he soportado afrentas

y la vergüenza cubrió mi rostro;

9 para mis hermanos soy un extranjero,
un desconocido para los hijos de mi madre;
9 me convertí en un extraño para mis hermanos,

fui un extranjero para los hijos de mi madre:

10 pues me devora el celo de tu casa,
y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
10 porque el celo de tu Casa me devora,

y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.

11 Si mortifico mi alma con ayuno,
se me hace un pretexto de insulto;
11 Cuando aflijo mi alma con ayunos,

aprovechan para insultarme;

12 si tomo un sayal por vestido,
para ellos me convierto en burla,
12 cuando me visto de penitente,

soy para ellos un motivo de risa;

13 cuento de los que están sentados a la puerta,
y copla de los que beben licor fuerte.
13 los que están a la puerta murmuran contra mí,

y los bebedores me hacen burla con sus cantos.

14 Mas mi oración hacia ti, Yahveh,
en el tiempo propicio:
por tu gran amor, oh Dios, respóndeme,
por la verdad de tu salvación.
14 Pero mi oración sube hasta ti, Señor,

en el momento favorable:

respóndeme, Dios mío, por tu gran amor,

sálvame, por tu fidelidad.

15 ¡Sácame del cieno, no me hunda,
escape yo a los que me odian,
a las honduras de las aguas!
15 Sácame del lodo para que no me hunda,

líbrame de los que me odian

y de las aguas profundas;

16 ¡El flujo de las aguas no me anegue
no me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca!
16 que no me arrastre la corriente,

que no me trague el Abismo,

que el Pozo no se cierre sobre mí.

17 ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad;
en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
17 Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor,

por tu gran compasión vuélvete a mí;

18 no retires tu rostro de tu siervo,
que en angustias estoy, pronto, respóndeme;
18 no te ocultes el rostro a tu servidor,

respóndeme pronto, porque estoy en peligro.

19 acércate a mi alma, rescátala,
por causa de mis enemigos, líbrame!
19 Acércate a mi y rescátame,

líbrame de mis enemigos:

20 Tú conoces mi oprobio,
mi vergüenza y mi afrenta,
ante ti están todos mis opresores.
20 tú conoces mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra,

todos mis enemigos están ante ti.

21 El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay,
consoladores, y no encuentro ninguno.
21 La vergüenza me destroza el corazón,

y no tengo remedio.

Espero compasión y no la encuentro,

en vano busco un consuelo:

22 Veneno me han dado por comida,
en mi sed me han abrevado con vinagre.
22 pusieron veneno en mi comida,

y cuando tuve sed me dieron vinagre.

23 ¡Que su mesa ante ellos se convierta en un lazo,
y su abundancia en una trampa;
23 Que su mesa se convierta en una trampa,

y sus manjares, en un lazo;

24 anúblense sus ojos y no vean,
haz que sus fuerzas sin cesar les fallen!
24 que se nuble su vista y no vean

y sus espaldas se queden sin fuerza.

25 Derrama tu enojo sobre ellos,
los alcance el ardor de tu cólera;
25 Descarga sobe ellos tu indignación,

que los alcance el ardor de tu enojo;

26 su recinto quede hecho un desierto,
en sus tiendas no haya quien habite:
26 que sus poblados se queden desiertos

y nadie habite en sus carpas.

27 porque acosan al que tú has herido,
y aumentan la herida de tu víctima.
27 Porque persiguen al que tú has castigado

y aumentan los dolores del que tú has herido.

28 Culpa añade a su culpa,
no tengan más acceso a tu justicia;
28 Impútales una culpa tras otra,

no los declares inocentes;

29 del libro de la vida sean borrados,
no sean inscritos con los justos.
29 bórralos del Libro de la Vida,

que no sean inscritos con los justos.

30 Y yo desdichado, dolorido,
¡tu salvación, oh Dios, me restablezca!
30 Yo soy un pobre desdichado, Dios mío,

que tu ayuda me proteja:

31 El nombre de Dios celebraré en un cántico,
le ensalzaré con la acción de gracias;
31 así alabaré con cantos el nombre de Dios,

y proclamaré su grandeza dando gracias;

32 y más que un toro agradará a Yahveh,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.
32 esto agradará al Señor más que un toro,

más que un novillo con cuernos y pezuñas.

33 Lo han visto los humildes y se alegran;
¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!
33 Que lo vean los humildes y se alegren,

que vivan los que buscan a Dios:

34 Porque Yahveh escucha a los pobres,
no desprecia a sus cautivos.
34 porque el Señor escucha a los pobres

y no desprecia a sus cautivos.

35 ¡Alábenle los cielos y la tierra,
el mar y cuanto bulle en él!
35 Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar,

y todos los seres que se mueven en ellos;

36 Pues salvará Dios a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá:
habitarán allí y las poseerán;
36 porque Dios salvará a Sión

y volverá a edificar las ciudades de Judá:

37 la heredará la estirpe de sus siervos,
los que aman su nombre en ella morarán.
37 el linaje de sus servidores la tendrá como herencia,

y los que aman su nombre morarán en ella.