Scrutatio

Sabato, 4 maggio 2024 - San Ciriaco ( Letture di oggi)

Salmos 66


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BIBLIALXX
1 Del maestro de coro. Cántico. Salmo.
Aclamad a Dios, la tierra toda,
1 εις το τελος εν υμνοις ψαλμος ωδης
2 salmodiad a la gloria de su nombre,
rendidle el honor de su alabanza,
2 ο θεος οικτιρησαι ημας και ευλογησαι ημας επιφαναι το προσωπον αυτου εφ' ημας διαψαλμα
3 decid a Dios: ¡Qué terribles tus obras!
Por la grandeza de tu fuerza,
tus enemigos vienen a adularte;
3 του γνωναι εν τη γη την οδον σου εν πασιν εθνεσιν το σωτηριον σου
4 toda la tierra se postra ante ti,
y salmodia para ti, a tu nombre salmodia. Pausa.
4 εξομολογησασθωσαν σοι λαοι ο θεος εξομολογησασθωσαν σοι λαοι παντες
5 Venid y ved las obras de Dios,
temible en sus gestas por los hijos de Adán:
5 ευφρανθητωσαν και αγαλλιασθωσαν εθνη οτι κρινεις λαους εν ευθυτητι και εθνη εν τη γη οδηγησεις διαψαλμα
6 él convirtió el mar en tierra firme,
el río fue cruzado a pie.
Allí, nuestra alegría en él,
6 εξομολογησασθωσαν σοι λαοι ο θεος εξομολογησασθωσαν σοι λαοι παντες
7 que por su poder domina para siempre.
Sus ojos vigilan las naciones,
no se alcen los rebeldes contra él. Pausa.
7 γη εδωκεν τον καρπον αυτης ευλογησαι ημας ο θεος ο θεος ημων
8 Pueblos, bendecid a nuestro Dios,
haced que se oiga la voz de su alabanza,
8 ευλογησαι ημας ο θεος και φοβηθητωσαν αυτον παντα τα περατα της γης
9 él, que devuelve nuestra alma a la vida,
y no deja que vacilen nuestros pies.
10 Tú nos probaste, oh Dios,
nos purgaste, cual se purga la plata;
11 nos prendiste en la red,
pusiste una correa a nuestros lomos,
12 dejaste que un cualquiera a nuestra cabeza cabalgara,
por el fuego y el agua atravesamos;
mas luego nos sacaste para cobrar aliento.
13 Con holocaustos entraré en tu Casa,
te cumpliré mis votos,
14 los que abrieron mis labios,
los que en la angustia pronunció mi boca.
15 Te ofreceré pingües holocaustos,
con el sahumerio de carneros,
sacrificaré bueyes y cabritos. Pausa.
16 Venid a oír y os contaré,
vosotros todos los que teméis a Dios,
lo que él ha hecho por mí.
17 A él gritó mi boca,
la alabanza ya en mi lengua.
18 Si yo en mi corazón hubiera visto iniquidad,
el Señor no me habría escuchado.
19 Pero Dios me ha escuchado,
atento a la voz de mi oración.
20 ¡Bendito sea Dios,
que no ha rechazado mi oración
ni su amor me ha retirado!