Scrutatio

Sabato, 4 maggio 2024 - San Ciriaco ( Letture di oggi)

Salmos 55


font
BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De
David.
1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema de David.

2 Escucha, oh Dios, mi oración,
no te retraigas a mi súplica,
2 Dios mío, escucha mi oración,

no seas insensible a mi súplica;

3 dame oídos, respóndeme,
en mi queja me agito.
Gimo
3 atiéndeme y respóndeme.

La congoja me llena de inquietud;

4 ante la voz del enemigo,
bajo el abucheo del impío;
pues vierten sobre mí falsedades
y con saña me hostigan.
4 estoy turbado por los gritos el enemigo,

por la opresión de los malvados:

porque acumulan infamias contra mí

y me hostigan con furor.

5 Se me estremece dentro el corazón,
me asaltan pavores de muerte;
5 Mi corazón se estremece dentro de mi pecho,

me asaltan los horrores de la muerte,

6 miedo y temblor me invaden,
un escalofrío me atenaza.
6 me invaden el temor y el temblor,

y el pánico se apodera de mí.

7 Y digo: ¡Quién me diera alas como a la paloma
para volar y reposar!
7 ¡Quién me diera alas de paloma

para volar y descansar!

8 Huiría entonces lejos,
en el desierto moraría.
8 Entonces huiría muy lejos,

habitaría en el desierto.

9 En seguida encontraría un asilo
contra el viento furioso y la tormenta. Pausa.
9 Me apuraría a encontrar un refugio

contra el viento arrasador y la borrasca.

10 ¡Oh, piérdelos, Señor,
enreda sus lenguas!,
pues veo discordia
y altercado en la ciudad;
10 Confunde sus lenguas, Señor, divídelas,

porque no veo más que violencia

y discordia en la ciudad,

11 rondan día y noche
por sus murallas.
Y dentro de ella falsedad y malicia,
11 rondando día y noche por sus muros.

Dentro de ella hay maldad y opresión,

12 insidias dentro de ella,
jamás se ausentan de sus plazas
la tiranía y el engaño.
12 en su interior hay ruindad;

la crueldad y el engaño

no se apartan de sus plazas.

13 Si todavía un enemigo me ultrajara,
podría soportarlo;
si el que me odia se alzara contra mí,
me escondería de él.
13 Si fuera mi enemigo el que me agravia,

podría soportarlo;

si mi adversario se alzara contra mí,

me ocultaría de él.

14 ¡Pero tú, un hombre de mi rango,
mi compañero, mi íntimo,
14 ¡Pero eres tú, un hombre de mi condición,

mi amigo y confidente,

15 con quien me unía una dulce intimidad,
en la Casa de Dios!
¡Oh, váyanse en tumulto,
15 con quien vivía en dulce intimidad:

juntos íbamos entre la multitud

a la Casa de Dios!

16 caiga la muerte sobre ellos,
vivos en el seol se precipiten,
pues está el mal instalado en medio de ellos!
16 Que la muerte los sorprenda,

que bajen vivos al Abismo,

porque dentro de sus moradas sólo existe la maldad.

17 Yo, en cambio, a Dios invoco,
y Yahveh me salva.
17 Yo, en cambio, invoco a mi Dios,

y el Señor me salvará.

18 A la tarde, a la mañana, al mediodía
me quejo y gimo:
él oye mi clamor.
18 De tarde, de mañana, al mediodía,

gimo y me lamento,

pero él escuchará mi clamor.

19 En paz mi alma rescata
de la guerra que me hacen:
aunque sean muchos contra mí,
19 El puso a salvo mi vida;

se acercó cuando eran muy numerosos

los que estaban contra mí.

20 Dios escucha y los humilla,
él, que reina desde siempre.
Pero ellos sin enmienda,
y sin temor de Dios.
20 Dios, que reina desde siempre,

los oyó y los humilló.

Porque ellos no se corrigen

ni temen a Dios;

21 Cada uno extiende su mano contra sus aliados,
viola su alianza;
21 alzan las manos contra sus aliados

y violan los pactos.

22 más blanda que la crema es su boca,
pero su corazón es sólo guerra;
sus palabras, más suaves que el aceite,
son espadas desnudas.
22 Su boca es más blanda que la manteca,

pero su corazón desea la guerra;

sus palabras son más suaves que el aceite,

pero hieren como espadas.

23 Descarga en Yahveh tu peso,
y él te sustentará;
no dejará que para siempre
zozobre el justo.
23 Confía tu suerte al Señor,

y él te sostendrá:

nunca permitirá que el justo perezca.

24 Y tú, oh Dios, los hundirás
en el pozo de la fosa,
a los hombres de sangre y de fraude,
sin alcanzar la mitad de sus días.
Mas yo confío en ti.
24 Y tú, Dios mío, los precipitarás

en la fosa más profunda.

Los hombres sanguinarios y traidores

no llegarán ni a la mitad de sus días.

Yo, en cambio, confío en ti, Señor.