Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Eclesiástico/Ben Sirá 10


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 El juez sabio adoctrina a su pueblo,
la autoridad del sensato está bien regulada.
1 Un gobernante sabio educa a su pueblo y la autoridad del hombre inteligente se ejerce con orden.
2 Según el juez del pueblo, así serán sus ministros,
como el jefe de la ciudad, todos sus habitantes.
2 Como el gobernante de un pueblo, así son sus ministros, y como el jefe de la ciudad, así son sus habitantes.
3 El rey sin instrucción arruinará a su pueblo,
la ciudad se edifica sobre la prudencia de los
dirigentes.
3 Un rey ignorante es la ruina de su pueblo y una ciudad prospera por la inteligencia de los príncipes.
4 En manos del Señor está el gobierno de la tierra,
a su tiempo suscita para ella al que conviene.
4 En manos del Señor está el dominio de la tierra y, en el momento preciso, le envía el hombre que conviene.
5 En manos del Señor el recto camino del hombre,
él pone su gloria en el escriba.
5 En manos del Señor está el éxito de un hombre y él infundirá su gloria a la persona del legislador.
6 Sea cual fuere su agravio, no guardes rencor al prójimo,
y no hagas nada en un arrebato de violencia.
6 No guardes rencor a tu prójimo por ninguna injuria ni hagas nada en un arrebato de violencia.
7 Odioso es al Señor y a los hombres el orgullo,
para ambos es un yerro la injusticia.
7 La soberbia es odiosa al Señor y a los hombres y la injusticia es ofensiva para ambos.
8 La soberanía pasa de una nación a otra,
por las injusticias, las violencias y el dinero.
8 La realeza pasa de una nación a otra, a causa de la injusticia, la prepotencia y la codicia.
9 ¿Por qué se enorgullece el que es tierra y ceniza?
¡si ya en vida es su vientre podredumbre!
9 ¿De qué se ensoberbece el que es polvo y ceniza, si aún en vida sus entrañas están llenas de podredumbre?
10 La larga enfermedad deja perplejo al médico,
y el que hoy es rey fenecerá mañana.
10 Una larga enfermedad desconcierta al médico, y el que hoy es rey, mañana morirá.
11 Y cuando un hombre muere,
recibe como herencia reptiles, fieras y gusanos.
11 Cuando un hombre muere, recibe como herencia larvas, fieras y gusanos.
12 El comienzo del orgullo del hombre es alejarse del Señor,
cuando de su Hacedor se apartó su corazón.
12 El orgullo comienza cuando el hombre se aparta del Señor y su corazón se aleja de aquel que lo creó.
13 Que el comienzo del orgullo es el pecado,
el que se agarra a él vierte abominación.
Por eso les dio el Señor asombrosos castigos,
y les abatió hasta aniquilarlos.
13 Porque el comienzo del orgullo es el pecado y el que persiste en él, hace llover la abominación: por eso el Señor envió calamidades imprevistas y arrasó a los soberbios hasta aniquilarlos.
14 Los tronos de los príncipes los volteó el Señor,
y en su lugar sentó a los mansos.
14 El Señor derribó los tronos de los poderosos y entronizó a los mansos en lugar de ellos.
15 Las raíces de los orgullosos las arrancó el Señor,
y en su lugar plantó a los humildes.
15 El Señor arrancó de raíz a las naciones y plantó a los humildes en lugar de ellos.
16 Las comarcas de las naciones las arrasó el Señor,
y las destruyó hasta los cimientos de la tierra.
16 El Señor arrasó los territorios de las naciones y las destruyó hasta los cimientos de la tierra.
17 Tomó algunos de ellos y los destruyó,
y borró de la tierra su recuerdo.
17 A Algunos las arrasó y las hizo desaparecer, y borró hasta su recuerdo de la tierra.
18 No se ha hecho para los hombres el orgullo,
ni el furor de la ira para los nacidos de mujer.
18 El orgullo no fue creado para el hombre ni el arrebato de la ira para los nacidos de mujer.
19 ¿Qué raza es honorable? La del hombre.
¿Qué raza es honorable? Los que temen al Señor.
¿Qué raza es despreciable? La del hombre.
¿Qué raza es despreciable? Los que violan sus
mandatos.
19 ¿Qué raza es digna de honor? La raza humana. ¿Qué raza es digna de honor? Los que temen al Señor. ¿Qué raza es despreciable? La raza humana. ¿Qué raza es despreciable? Los que no cumplen la Ley.
20 En medio de sus hermanos es honorable el jefe,
y los que temen al Señor, a los ojos de él.
20 Entre los hermanos se honra al que es su jefe, pero el Señor honra a los que lo temen.
21 [El comienzo de la aceptación es el temor del Señor, y el comienzo del rechazo es el endurecimiento y el orgullo.]
22 Sean ricos, llenos de gloria o pobres,
su orgullo es el temor del Señor.
22 Para el rico, el ilustre o el pobre la única gloria es el temor del Señor.
23 No es justo despreciar al pobre inteligente,
ni procede glorificar al pecador.
23 No es justo despreciar a un pobre inteligente ni está bien glorificar a un hombre pecador.
24 Grande, juez y poderoso reciben honores,
mas no hay mayor entre ellos que el que teme al Señor.
24 El grande, el magistrado y el poderoso son dignos de honra, pero el que teme al Señor es superior a todos ellos.
25 Al siervo sabio los hombres libres sirven,
y el hombre de saber no lo critica.
25 Hombres libres servirán a un esclavo sabio y el hombre que entiende no lo tomará a mal.
26 No te hagas el sabio cuando cumples tu obra,
no te gloríes en el momento de tu aprieto.
26 No te hagas el sabio cuando realizas tu tarea ni te gloríes en el momento de la penuria.
27 Más vale el que trabaja y le sobra de todo
que el que anda gloriándose y carece de pan.
27 Mas vale el que trabaja y vive en la abundancia que el que anda gloriándose y no tiene qué comer.
28 Hijo, gloríate con moderación,
y estímate en lo que vales.
28 Hijo mío, gloríate con la debida modestia y estímate según tu justo valor.
29 Al que peca contra sí mismo, ¿quién le justificará?
¿quién apreciará al que desprecia su vida?
29 ¿Quién justificará al que se daña a sí mismo y quién glorificará al que se desprecia?
30 El pobre es honrado por su saber,
y el rico lo es por su riqueza.
30 Al pobre se lo honra por su saber y al rico por sus riquezas.
31 Quien es estimado en la pobreza, ¡cuánto más en la riqueza!
quien es despreciado en la riqueza, ¡cuánto más en la
pobreza!
31 El que es glorificado en la pobreza, ¡cuánto más lo será en la riqueza! El que es menospreciado en la riqueza, ¡cuánto más lo será en la pobreza!