Scrutatio

Domenica, 28 aprile 2024 - San Luigi Maria Grignion da Montfort ( Letture di oggi)

Mateo 22


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:
2 «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.2 «El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.
3 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.3 Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
4 Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: “Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda.”4 De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas".
5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;5 Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;
6 y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.6 y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
7 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.7 Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
8 Entonces dice a sus siervos: “La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.8 Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
9 Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda.”9 Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren".
10 Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.10 Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
11 «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,11 Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
12 le dice: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?” El se quedó callado.12 "Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". El otro permaneció en silencio.
13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”13 Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes".
14 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».14 Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos».
15 Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra.15 Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones.
16 Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.16 Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie.
17 Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?»17 Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?».
18 Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?18 Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa?
19 Mostradme la moneda del tributo». Ellos le presentaron un denario.19 Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario.
20 Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»20 Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?».
21 Dícenle: «Del César». Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios».21 Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».
22 Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.22 Al oír esto, quedaron admirados y, dejando a Jesús, se fueron.
23 Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaron:23 Aquel mismo día se le acercaron unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, y le propusieron este caso:
24 «Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer de aquél para dar descendencia a su hermano.24 «Maestro, Moisés dijo: "Si alguien muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda".
25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y murió; y, no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y como murió sin tener hijos, dejó su esposa al hermano.
26 Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete.26 Lo mismo ocurrió con el segundo, después con el tercero, y así sucesivamente hasta el séptimo.
27 Después de todos murió la mujer.27 Finalmente, murió la mujer.
28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron».28 Respóndenos: cuando resuciten los muertos, ¿de cuál de los siete será esposa, ya que lo fue de todos?».
29 Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.29 Jesús les dijo: «Están equivocados, porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios.
30 Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo.30 En la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que todos serán como ángeles en el cielo.
31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquellas palabras de Dios cuando os dice:31 Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído la palabra de Dios, que dice:
32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos».32 "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob"? ¡El no es un Dios de muertos, sino de vivientes!».
33 Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina.33 La multitud, que había oído esto, quedó asombrada de su enseñanza.
34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,34 Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar,
35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:35 y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?».
37 El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.37 Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
38 Este es el mayor y el primer mandamiento.38 Este es el más grande y el primer mandamiento.
39 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.39 El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas».
41 Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión:41 Mientras los fariseos estaban reunidos, Jesús les hizo esta pregunta:
42 «¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De David».42 «¿Qué piensan acerca del Mesías? ¿De quién es hijo?». Ellos le respondieron: «De David».
43 Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice:43 Jesús les dijo: «¿Por qué entonces, David, movido por el Espíritu, lo llama "Señor", cuando dice:
44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?44 "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies"?
45 Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»45 Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?».
46 Nadie era capaz de contestarle nada; y desde ese día ninguno se atrevió ya a hacerle más preguntas.46 Ninguno fue capaz de responderle una sola palabra, y desde aquel día nadie se atrevió a hacerle más preguntas.