Scrutatio

Venerdi, 19 aprile 2024 - San Leone IX Papa ( Letture di oggi)

Mateo 24


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1Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo.2Pero él les respondió: «¿Veis todo esto? Yo os aseguro no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida».3Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo».4Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie.5Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos.6Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin.7Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos.8Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento.9«Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.10Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente.11Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos.12Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará.13Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.14«Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.15«Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda),16entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes;17el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa;18y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto.19¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!20Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado.21Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla.22Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días.23«Entonces, si alguno os dice: “Mirad, el Cristo está aquí o allí, no lo creáis.24Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos.25¡Mirad que os lo he predicho!26«Así que si os dicen: “Está en el desierto”, no salgáis; “Está en los aposentos”, no lo creáis.27Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre.28Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.29«Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.30Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.31El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.32«De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.33Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas.34Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.35El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.36Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre.37«Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.38Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca,39y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre.40Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;41dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.42«Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.43Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.44Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.45«¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?46Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.47Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.48Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: “Mi señor tarda”,49y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos,50vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe,51le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.