Scrutatio

Venerdi, 29 marzo 2024 - Santi Simplicio e Costantino ( Letture di oggi)

Mateo 11


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1Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.2Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle:3«¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?»4Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis:5los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva;6¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!»7Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?8¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes.9Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta.10Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino.11«En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.13Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron.14Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir.15El que tenga oídos, que oiga.16«¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:17“Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado.”18Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Demonio tiene.”19Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras».20Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:21«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido.22Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.23Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy.24Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti».25En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.26Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.28«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.29Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.30Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».