Scrutatio

Venerdi, 26 aprile 2024 - San Marcellino ( Letture di oggi)

Mateo 25


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1«Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio.2Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes.3Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite;4las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas.5Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.6Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!”7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.8Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.”9Pero las prudentes replicaron: “No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.”10Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta.11Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”12Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco.”13Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.14«Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda:15a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó.16Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.17Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos.18En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.19Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos.20Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.”21Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”22Llegándose también el de los dos talentos dijo: “Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado.”23Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”24Llegándose también el que había recibido un talento dijo: “Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.25Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.”26Mas su señor le respondió: “Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí;27debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses.28Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos.29Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.30Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.”31«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.32Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.33Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.34Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;36estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.”37Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?38¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?39¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”40Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.”41Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.42Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;43era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.”44Entonces dirán también éstos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”45Y él entonces les responderá: “En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.”46E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna».