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Sabato, 4 maggio 2024 - San Ciriaco ( Letture di oggi)

Salmos 18


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Del maestro de coro. Del siervo de Yahveh, David, que
dirigió a Yahveh las palabras de este cántico el día en que
Yahveh le libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.
1 Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor, que dirigió al Señor las palabras de este canto, cuando él lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.

2 Dijo:
Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza,
(mi salvador, que de la violencia me has salvado).
2 Dijo:

Yo te amo, Señor, mi fuerza,

3 Yahveh, mi roca y mi baluarte,
mi liberador, mi Dios;
la peña en que me amparo,
mi escudo y fuerza de mi salvación,
mi ciudadela y mi refugio.
3 Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador,

mi Dios, el peñasco en que me refugio,

mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte.

4 Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza,
y quedo a salvo de mis enemigos.
4 Invoqué al Señor, que es digno de alabanza

y quedé a salvo de mis enemigos.

5 Las olas de la muerte me envolvían,
me espantaban las trombas de Belial,
5 Las olas de la Muerte me envolvieron,

me aterraron los torrentes devastadores,

6 los lazos del seol me rodeaban,
me aguardaban los cepos de la Muerte.
6 me cercaron los lazos del Abismo,

las redes de la Muerte llegaron hasta mí,

7 Clamé a Yahveh en mi angustia,
a mi Dios invoqué;
y escuchó mi voz desde su Templo,
resonó mi llamada en sus oídos.
7 Pero en mi angustia invoqué al Señor,

grité a mi Dios pidiendo auxilio,

y él escuchó mi voz desde su Templo,

mi grito llegó hasta sus oídos.

8 La tierra fue sacudida y vaciló,
retemblaron las bases de los montes,
(vacilaron bajo su furor);
8 Entonces tembló y se tambaleó la tierra;

vacilaron los fundamentos de las montañas, y

se conmovieron a causa de su furor;

9 una humareda subió de sus narices,
y de su boca un fuego que abrasaba,
(de él salían carbones encendidos).
9 de su nariz se alzó una humareda,

de su boca, un fuego abrasador,

y arrojaba carbones encendidos.

10 El inclinó los cielos y bajó,
un espeso nublado debajo de sus pies;
10 El Señor inclinó el cielo, y descendió

con un espeso nubarrón bajo sus pies;

11 cabalgó sobre un querube, emprendió el vuelo,
sobre las alas de los vientos planeó.
11 montó en el Querubín y emprendió vuelo,

planeando sobre las alas del viento.

12 Se puso como tienda un cerco de tinieblas,
tinieblas de las aguas, espesos nubarrones;
12 Se envolvió en un manto de tinieblas;

un oscuro aguacero y espesas nubes

lo cubrían como un toldo;

13 del fulgor que le precedía se encendieron
granizo y ascuas de fuego.
13 las nubes se deshicieron en granizo y centellas

al fulgor de su presencia.

14 Tronó Yahveh en los cielos,
lanzó el Altísimo su voz;
14 El Señor tronaba desde el cielo,

el Altísimo hacía oír su voz;

15 arrojó saetas, y los puso en fuga,
rayos fulminó y sembró derrota.
15 arrojó sus flechas y los dispersó,

multiplicó sus rayos y sembró la confusión.

16 El fondo del mar quedó a la vista,
los cimientos del orbe aparecieron,
ante tu imprecación, Yahveh,
al resollar el aliento en tus narices.
16 Al proferir tus amenazas, Señor,

al soplar el vendaval de tu ira,

aparecieron los cauces del mar

y quedaron a la vista los cimientos.

17 El extiende su mano de lo alto para asirme,
para sacarme de las profundas aguas;
17 El tendió su mano desde lo alto y me tomó,

me sacó de las aguas caudalosas;

18 me libera de un enemigo poderoso,
de mis adversarios más fuertes que yo.
18 me libró de mi enemigo poderoso,

de adversarios más fuertes que yo.

19 Me aguardaban el día de mi ruina,
más Yahveh fue un apoyo para mí;
19 Ellos me enfrentaron en un día nefasto,

pero el Señor fue mi apoyo:

20 me sacó a espacio abierto,
me salvó porque me amaba.
20 me sacó a un lugar espacioso,

me libró, porque me ama.

21 Yahveh me recompensa conforme a mi justicia,
me paga conforme a la pureza de mis manos;
21 El Señor me recompensó por mi justicia,

me retribuyó por la inocencia de mis manos:

22 porque he guardado los caminos de Yahveh,
y no he hecho el mal lejos de mi Dios.
22 porque seguí fielmente los caminos del Señor,

y no me aparté de mi Dios, haciendo el mal;

23 Porque tengo ante mí todos sus juicios,
y sus preceptos no aparto de mi lado;
23 porque tengo presente todas sus decisiones

y nunca me alejé de sus preceptos.

24 he sido ante él irreprochable,
y de incurrir en culpa me he guardado.
24 Tuve ante él una conducta irreprochable

y me esforcé por no ofenderlo.

25 Y Yahveh me devuelve según mi justicia,
según la pureza de mis manos que tiene ante sus ojos.
25 El Señor me premió, porque yo era justo

y mis manos eran inocentes a sus ojos.

26 Con el piadoso eres piadoso,
intachable con el hombre sin tacha;
26 Tú eres bondadoso con los buenos

y eres íntegro con el hombre intachable;

27 con el puro eres puro,
con el ladino, sagaz;
27 eres sincero con los que son sinceros

y te muestras astuto con los falsos.

28 tú que salvas al pueblo humilde,
y abates los ojos altaneros.
28 Porque tú salvas al pueblo oprimido

y humillas los ojos altaneros;

29 Tú eres, Yahveh, mi lámpara,
mi Dios que alumbra mis tinieblas;
29 tú eres mi lámpara, Señor;

Dios mío, tú iluminas mis tinieblas.

30 con tu ayuda las hordas acometo,
con mi Dios escalo la muralla.
30 Contigo puedo asaltar una muralla;

con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla.

31 Dios es perfecto en sus caminos,
la palabra de Yahveh acrisolada.
El es el escudo
de cuantos a él se acogen.
31 El camino de Dios es perfecto,

la promesa del Señor es digna de confianza.

El Señor es un escudo para los que se refugian en él,

32 Pues ¿quién es Dios fuera de Yahveh?
¿Quién Roca, sino sólo nuestro Dios?
32 porque ¿quién es Dios fuera del Señor?

¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios?

33 El Dios que me ciñe de fuerza,
y hace mi camino irreprochable,
33 El es el Dios que me ciñe de valor

y hace intachable mi camino;

34 que hace mis pies como de ciervas,
y en las alturas me sostiene en pie,
34 el que me da la rapidez de un ciervo

y me afianza en las alturas;

35 el que mis manos para el combate adiestra
y mis brazos para tensar arco de bronce.
35 el que adiestra mis manos para la guerra

y mis brazos para tender el arco de bronce.

36 Tú me das tu escudo salvador,
(tu diestra me sostiene), tu cuidado me exalta,
36 Me entregaste tu escudo victorioso

y tu mano derecha me sostuvo:

me engrandeciste con tu triunfo,

37 mis pasos ensanchas ante mí,
no se tuercen mis tobillos.
37 me hiciste dar largos pasos,

y no se doblaron mis tobillos.

38 Persigo a mis enemigos, les doy caza,
no vuelvo hasta haberlos acabado;
38 Perseguí y alcancé a mis enemigos,

no me volví hasta que fueron aniquilados;

39 los quebranto, no pueden levantarse,
sucumben debajo de mis pies.
39 los derroté y no pudieron rehacerse,

quedaron abatidos bajo mis pies.

40 Para el combate de fuerza me ciñes,
doblegas bajo mí a mis agresores,
40 Tú me ceñiste de valor para la lucha,

doblegaste ante mí a mis agresores;

41 a mis enemigos haces dar la espalda,
extermino a los que me odian.
41 pusiste en fuga a mis enemigos,

y yo exterminé a mis adversarios.

42 Claman, mas no hay salvador,
a Yahveh, y no les responde.
42 Imploraron, pero nadie los salvó;

gritaban al Señor, pero no les respondía.

43 Los machaco como polvo al viento,
como al barro de las calles los piso.
43 Los deshice como polvo barrido por el viento,

los pisé como el barro de las calles.

44 De las querellas de mi pueblo tú me libras,
me pones a la cabeza de las gentes;
pueblos que no conocía me sirven;
44 Tú me libraste de un ejército incontable

y me pusiste al frente de naciones:

pueblos extraños son mis vasallos.

45 los hijos de extranjeros me adulan,
son todo oídos, me obedecen,
45 Gente extranjera me rinde pleitesía;

apenas me oyen nombrar, me prestan obediencia.

46 los hijos de extranjeros desmayan,
y dejan temblando sus refugios.
46 Los extranjeros palidecen ante mí

y, temblando, abandonan sus refugios.

47 ¡Viva Yahveh, bendita sea mi roca,
el Dios de mi salvación sea ensalzado,
47 ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca!

¡Glorificado sea el Dios de mi salvación,

48 el Dios que la venganza me concede
y abate los pueblos a mis plantas!
48 el Dios que venga mis agravios

y pone a los pueblos a mis pies!

49 Tú me libras de mis enemigos,
me exaltas sobre mis agresores,
del hombre violento me salvas.
49 Tú me liberas de mis enemigos,

me haces triunfar de mis agresores

y me libras del hombre violento.

50 Por eso he de alabarte entre los pueblos,
a tu nombre, Yahveh, salmodiaré.
50 Por eso te alabaré entre las naciones

y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre.

51 El hace grandes las victorias de su rey
y muestra su amor a su ungido,
a David y a su linaje para siempre.
51 El concede grandes victorias a su rey

y trata con fidelidad a su Ungido,

a David y a su descendencia para siempre.