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Giovedi, 15 maggio 2025 - Sant'Isidoro agricoltore ( Letture di oggi)

Salmos 73


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Salmo. De Asaf.
En verdad bueno es Dios para Israel,
el Señor para los de puro corazón.
1 Salmo de Asaf.

¡Qué bueno es Dios para Israel,

para los limpios de corazón!

2 Por poco mis pies se me extravían,
nada faltó para que mis pasos resbalaran,
2 Pero casi se desvían mis pasos,

faltó poco para que diera un traspié,

3 celoso como estaba de los arrogantes,
al ver la paz de los impíos.
3 porque tuve envidia de los presuntuosos,

al ver la prosperidad de los malvados.

4 No, no hay congojas para ellos,
sano y rollizo está su cuerpo;
4 Para ellos no hay sufrimientos,

su cuerpo está sano y robusto;

5 no comparten la pena de los hombres,
con los humanos no son atribulados.
5 no comparten las penas de los hombres

ni son golpeados como los demás.

6 Por eso el orgullo es su collar,
la violencia el vestido que los cubre;
6 Por eso, el orgullo es su collar

y la violencia, el manto que los cubre;

7 la malicia les cunde de la grasa,
de artimañas su corazón desborda.
7 la malicia se les sale por los poros,

su corazón rebosa de malos propósitos.

8 Se sonríen, pregonan la maldad,
hablan altivamente de violencia;
8 Se burlan y hablan con maldad;

desde lo alto, amenazan con prepotencia;

9 ponen en el cielo su boca,
y su lengua se pasea por la tierra.
9 su boca se insolenta contra el cielo

y su lengua se pasea por la tierra.

10 Por eso mi pueblo va hacia ellos:
aguas de abundancia les llegan.
10 Por eso, el pueblo de Dios se vuelve hacia ellos,

y beben el agua a raudales.

11 Dicen: «¿Cómo va a saber Dios?
¿Hay conocimiento en el Altísimo?»
11 Ellos dicen: «¿Acaso Dios lo va a saber?

¿Se va a enterar el Altísimo?»

12 Miradlos: ésos son los impíos,
y, siempre tranquilos, aumentan su riqueza.
12 Así son esos malvados

y, siempre tranquilos, acrecientan sus riquezas.

13 ¡Así que en vano guardé el corazón puro,
mis manos lavando en la inocencia,
13 Entonces, ¿en vano mantuve puro mi corazón

y lavé mis manos en señal de inocencia?

14 cuando era golpeado todo el día,
y cada mañana sufría mi castigo!
14 Porque yo era golpeado todo el día

y cada mañana soportaba mi castigo.

15 Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos»,
habría traicionado a la raza de tus hijos;
15 Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos»,

habría traicionado al linaje de tus hijos.

16 me puse, pues, a pensar para entenderlo,
¡ardua tarea ante mis ojos!
16 Yo reflexionaba, tratando de entenderlo,

pero me resultaba demasiado difícil.

17 Hasta el día en que entré en los divinos santuarios,
donde su destino comprendí:
17 ¡Hasta que entré en el Santuario de Dios

y comprendí el fin que les espera!

18 oh, sí, tú en precipicios los colocas,
a la ruina los empujas.
18 Sí, tú los pones en un terreno resbaladizo

y los precipitas en la ruina.

19 ¡Ah, qué pronto quedan hechos un horror,
cómo desaparecen sumidos en pavores!
19 ¡Qué pronto quedan devastados

y acaban consumidos por el horror!

20 Como en un sueño al despertar, Señor,
así, cuando te alzas, desprecias tú su imagen.
20 Son como un sueño al despertar, Señor;

al levantarte, disipas hasta su imagen.

21 Sí, cuando mi corazón se exacerbaba,
cuando se torturaba mi conciencia,
21 Cuando se agriaba mi corazón

y me torturaba en mi interior,

22 estúpido de mí, no comprendía,
una bestia era ante ti.
22 yo era un necio y no comprendía,

era como un animal ante ti.

23 Pero a mí, que estoy siempre contigo,
de la mano derecha me has tomado;
23 Pero yo estoy siempre contigo,

tú me has tomado de la mano derecha;

24 me guiarás con tu consejo,
y tras la gloria me llevarás.
24 me guiarás con tu consejo

y después, me recibirás con gloria.

25 ¿Quién hay para mí en el cielo?
Estando contigo no hallo gusto ya en la tierra.
25 ¿A quién sino a ti tengo yo en el cielo?

Si estoy contigo, no deseo nada en la tierra.

26 Mi carne y mi corazón se consumen:
¡Roca de mi corazón, mi porción, Dios por siempre!
26 Aunque mi corazón y mi carne se consuman,

Dios es mi herencia para siempre

y la Roca de mi corazón.

27 Sí, los que se alejan de ti perecerán,
tú aniquilas a todos los que te son adúlteros.
27 Los que se apartan de ti terminan mal,

tú destruyes a los que te son infieles.

28 Mas para mí, mi bien es estar junto a Dios;
he puesto mi cobijo en el Señor,
a fin de publicar todas tus obras.
28 Mi dicha es estar cerca de Dios:

yo he puesto mi refugio en ti, Señor,

para proclamar todas tus acciones.