Scrutatio

Giovedi, 28 marzo 2024 - San Castore di Tarso ( Letture di oggi)

Efesios 5


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1Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos,2y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma.3La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos.4Lo mismo de la grosería, las necedades o las chocarrerías, cosas que no están bien; sino más bien, acciones de gracias.5Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso - que es ser idólatra - participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.6Que nadie os engañe con vanas razones, pues por eso viene le cólera de Dios sobre los rebeldes.7No tengáis parte con ellos.8Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz;9pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad.10Examinad qué es lo que agrada al Señor,11y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas.12Cierto que ya sólo el mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza;13pero, al ser denunciadas, se manifiestan a la luz.14Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice: Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo.15Así pues, mirad atentamente cómo vivís; que no sea como imprudentes, sino como prudentes;16aprovechando bien el tiempo presente, porque los días son malos.17Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad de Señor.18No os embriaguéis con vino, que es causa de libertinaje; llenaos más bien del Espíritu.19Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor,20dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.21Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo.22Las mujeres a sus maridos, como al Señor,23porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo.24Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.25Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella,26para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra,27y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.28Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.29Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia,30pues somos miembros de su Cuerpo.31Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.32Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.33En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.