Scrutatio

Giovedi, 28 marzo 2024 - San Castore di Tarso ( Letture di oggi)

Efesios 4


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1Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,2con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,3poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.4Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.5Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,6un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.7A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo.8Por eso dice: Subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres.9¿Qué quiere decir «subió» sino que también bajó a las regiones inferiores de la tierra?10Este que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.11El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros,12para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo,13hasta que llegemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.14Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error,15antes bien, siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo,16de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor.17Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente,18sumergido su pensamiento en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su cabeza19los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas.20Pero no es éste el Cristo que vosotros habéis aprendido,21si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús22a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias,23a renovar el espíritu de vuestra mente,24y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad.25Por tanto, desechando la mentira, hablad con verdad cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros.26Si os airáis, no pequéis; no se ponga el sol mientras estéis airados,27ni deis ocasión al Diablo.28El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad.29No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen.30No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención.31Toda acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros.32Sed más bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo.