Scrutatio

Giovedi, 25 aprile 2024 - San Marco ( Letture di oggi)

Proverbios 6


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1Si has salido, hijo mío, fiador de tu prójimo,
si has chocado tu mano con un extraño,
2si te has obligado con las palabras de tu boca,
si de la palabra de tu boca te has dejado prender,
3haz esto, hijo mío, para quedar libre,
pues has caído en manos de tu prójimo:
Vete, póstrate, importuna a tu prójimo;
4no concedas a tus ojos sueño
ni a tus párpados reposo;
5líbrate, como la gacela del lazo,
como el pájaro de la mano del pajarero.
6Vete donde la hormiga, perezoso,
mira sus andanzas y te harás sabio.
7Ella no tiene jefe,
ni capataz, ni amo;
8asegura en el verano su sustento,
recoge su comida al tiempo de la mies.
9¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado?
¿cuándo te levantarás de tu sueño?
10Un poco dormir, otro poco dormitar,
otro poco tumbarse con los brazos cruzados;
11y llegará como vagabundo tu miseria
y como un mendigo tu pobreza.
12Un malvado, un hombre inicuo,
anda con la boca torcida,
13guiña el ojo, arrastra los pies,
hace señas con los dedos.
14Torcido está su corazón, medita el mal,
pleitos siembra en todo tiempo.
15Por eso vendrá su ruina de repente,
de improviso quebrará, y no habrá remedio.
16Seis cosas hay que aborrece Yahveh,
y siete son abominación para su alma:
17ojos altaneros, lengua mentirosa,
manos que derraman sangre inocente,
18corazón que fragua planes perversos,
pies que ligeros corren hacia el mal,
19testigo falso que profiere calumnias,
y el que siembra pleitos entre los hermanos.
20Garda, hijo mío, el mandato de tu padre
y no desprecies la lección de tu madre.
21Tenlos atados siempre a tu corazón,
enlázalos a tu cuello;
22en tus pasos ellos serán tu guía;
cuando te acuestes, velarán por ti;
conversarán contigo al despertar.
23Porque el mandato es una lámpara
y la lección una luz;
camino de vida los reproches y la instrucción,
24para librarte de la mujer perversa,
de la lengua suave de la extraña.
25No codicies su hermosura en tu corazón,
no te cautive con sus párpados,
26porque un mendrugo de pan basta a la prostituta,
pero la casada va a la caza de una vida preciosa.
27¿Puede uno meter fuego en su regazo
sin que le ardan los vestidos?
28¿Puede uno andar sobre las brasas
sin que se le quemen los pies?
29Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo:
no saldrá ileso ninguno que la toque.
30No se desprecia al ladrón cuando roba
para llenar su estómago, porque tiene hambre.
31Mas, si le sorprenden, paga el séptuplo,
tiene que dar todos los bienes de su casa.
32Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato;
un suicida es el que lo hace;
33encontrará golpes y deshonra
y su vergüenza no se borrará.
34Porque los celos enfurecen al marido.
y no tendrá piedad el día de la venganza.
35No hará caso de compensación alguna;
aunque prodigues regalos, no aceptará.