Scrutatio

Giovedi, 18 aprile 2024 - San Galdino ( Letture di oggi)

Proverbios 24


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1No tengas envidia de los malos,
no desees estar con ellos,
2porque su corazón trama violencias,
y sus labios hablan de desgracias.
3Con la sabiduria se construye una casa,
y con la prudencia se afianza;
4con la ciencia se llenan los cilleros
de todo bien precioso y deseable.
5El varón sabio está fuerte,
el hombre de ciencia fortalece su vigor;
6porque con sabios consejos harás la guerra,
y en la abundancia de consejeros está el éxito.
7Muy alta está la sabiduría para el necio:
no abre su boca en la puerta.
8Al que piensa en hacer mal,
se le llama maestro en intrigas.
9La necedad sólo maquina pecados,
el arrogante es abominable a los hombres.
10Si te dejas abatir el día de la angustia,
angosta es tu fuerza.
11Libra a los que son llevados a la muerte,
y a los conducidos al suplicio ¡si los puedieras
retener!
12Si dices: «Mira que no lo sabíamos»,
¿acaso el que pesa los corazones no comprende?
¿el que vigila tu alma, no lo sabe?
El da a cada hombre según sus obras.
13Come miel, hijo mío, porque es buena.
Panal de miel es dulce a tu paladar.
14Pues sábete que así será la sabiduría para tu alma,
y si la hallas, hay un mañana,
y tu esperanza no será aniquilada.
15No pongas, malvado, asechanzas en la mansión del justo,
no hagas violencia a su morada.
16Que siete veces cae el justo, pero se levanta,
mientras los malos se hunden en la desgracia.
17No te alegres por la caída de tu enemigo,
no se goce tu corazón cuando se hunde;
18no sea que lo vea Yahveh y le desagrade,
y aparte de él su ira.
19No te enfurezcas por causa de los malvados,
ni tengas envidia de los malos.
20Porque para el malvado no hay un mañana:
la lámpara de los malos se extinguirá.
21Teme, hijo mío, a Yahveh y al rey,
no te relaciones con los innovadores,
22porque al instante surgirá su calamidad,
y ¿quién sabe el castigo que pueden ambos dar?
23También esto pertenece a los sabios:
Hacer acepción de personas en el juicio no está bien.
24Al que dice al malo: «Eres justo»,
le maldicen los pueblos y le detestan las naciones;
25los que los castigan, viven felices,
y viene sobre ellos la bendición del bien.
26Besa en los labios,
el que responde con franqueza.
27Ordena tus trabajos de fuera
y prepara tus faenas en el campo;
y después puedes construirte tu casa.
28No des testimonio, en vano, contra tu prójimo,
ni engañes con tus labios.
29No digas: «Como él me ha hecho a mí, le haré yo a él,
daré a cada uno según sus obras».
30He pasado junto al campo de un perezoso,
y junto a la viña de un hombre insensato,
31y estaba todo invadido de ortigas,
los cardos cubrían el suelo,
la cerca de piedras estaba derruída.
32Al verlo, medité en mi corazón,
al contemplarlo aprendí la lección:
33«Un poco dormir, otro poco dormitar,
otro poco tumbarse con los brazos cruzados
34y llegará, como vagabundo, tu miseria
y como un mendigo tu pobreza».