Scrutatio

Venerdi, 3 maggio 2024 - Santi Filippo e Giacomo ( Letture di oggi)

Salmos 36


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Del maestro de coro. Del siervo de Yahveh. De David.
1 Del maestro de coro. De David, el servidor del Señor.

2 Un oráculo para el impío es el pecado
en el fondo de su corazón;
temor de Dios no existe
delante de sus ojos.
2 El pecado habla al impío

en el fondo de su corazón;

para él no hay temor de Dios,

3 Con ojo harto lisonjero se mira,
para encontrar y detestar su culpa;
3 porque se mira con tan buenos ojos

que no puede descubrir ni aborrecer su culpa.

4 las palabras de su boca, iniquidad y engaño;
renunció a ser sensato, a hacer el bien.
4 Las palabras de su boca son maldad y traición;

dejó de ser sensato y de practicar el bien;

5 Sólo maquina iniquidad
sobre su lecho;
en un camino que no es bueno se obstina
y no reprueba el mal.
5 en su lecho, sólo piensa hacer el mal,

se obstina en el camino del crimen

y no reprueba al malvado.

6 Oh Yahveh, en los cielos tu amor,
hasta las nubes tu verdad;
6 Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo,

tu fidelidad hasta las nubes.

7 tu justicia, como los montes de Dios,
tus juicios, como el hondo abismo.
A hombres y bestias salvas tú, Yahveh,
7 Tu justicia es como las altas montañas,

tus juicios, como un océano inmenso.

Tú socorres a los hombres y a las bestias:

8 oh Dios, ¡qué precioso tu amor!
Por eso los hijos de Adán,
a la sombra de tus alas se cobijan.
8 ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!

Por eso los hombres se refugian a la sombra de tus alas.

9 Se sacian de la grasa de tu Casa,
en el torrente de tus delicias los abrevas;
9 Se sacian con la abundancia de tu casa,

les das de beber del torrente de tus delicia.

10 en ti está la fuente de la vida,
y en tu luz vemos la luz.
10 En ti está la fuente de la vida,

y por tu luz vemos la luz.

11 Guarda tu amor a los que te conocen,
y tu justicia a los de recto corazón.
11 Extiende tu gracia sobre los que te reconocen,

y tu justicia sobre los rectos del corazón.

12 ¡Que el pie del orgullo no me alcance,
ni la mano de los impíos me avente!
12 ¡Que el pie del orgulloso no me alcance

ni me derribe la mano del malvado!

13 Ved cómo caen los agentes de mal,
abatidos, no pueden levantarse.
13 Miren cómo cayeron los malhechores:

fueron derribados, y ya no podrán levantarse.