Scrutatio

Sabato, 27 aprile 2024 - Santa Zita ( Letture di oggi)

Geremia 4


font
NOVA VULGATAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 “ Si converteris, Israel,
ait Dominus,
ad me convertere;
si abstuleris abominationes tuas a facie mea,
non effugies.
1 Si quieres volver, Israel –oráculo del Señor– vuélvete a mí. Si apartas tus ídolos abominables, no tendrás que huir de mi presencia.
2 Et iurabis: “Vivit Dominus!”
in veritate et in iudicio et in iustitia,
et benedicentur in ipso gentes
et in ipso gloriabuntur.
2 Si juras por la vida del Señor con lealtad, rectitud y justicia, entonces las naciones se bendecirán en él y en él se gloriarán.
3 Haec enim dicit Dominus
viro Iudae et Ierusalem:
Novate vobis novale
et nolite serere super spinas.
3 Porque así habla el Señor a los hombres de Judá y a Jerusalén: Roturen el terreno baldío y no siembren entre espinas.
4 Circumcidimini Domino
et auferte praeputia cordium vestrorum,
viri Iudae et habitatores Ierusalem,
ne forte egrediatur ut ignis indignatio mea
et succendatur, et non sit qui exstinguat,
propter malitiam operum vestrorum.
4 Circuncídense para el Señor y quiten el prepucio de sus corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no se que mi furor estalle como un fuego y queme, sin que nadie lo extinga, a causa de sus malas acciones.
5 Annuntiate in Iuda
et in Ierusalem auditum facite;
et loquimini et canite tuba in terra,
clamate fortiter et dicite:
“Congregamini, et ingrediamur civitates munitas”.
5 ¡Anuncien esto en Judá, proclámenlo en Jerusalén! ¡Toquen la trompeta en el país, griten a voz en cuello y digan: Reúnanse y entremos en las ciudades fortificadas!
6 Levate signum in Sion,
fugite, nolite stare,
quia malum ego adduco ab aquilone
et contritionem magnam.
6 ¡Levanten una seña; hacia el lado de Sión, busquen un refugio, no se detengan! Porque yo hago venir del Norte una desgracia y una gran calamidad.
7 Ascendit leo de cubili suo,
et praedo gentium se levavit;
egressus est de loco suo,
ut ponat terram tuam in solitudinem:
civitates tuae vastabuntur,
remanentes absque habitatore.
7 Un león ha subido de su espesura, un destructor de naciones se ha puesto en marcha, ha salido de su morada, para reducir tu país a la devastación: tus ciudades serán destruidas y quedarán despobladas.
8 Super hoc accingite vos ciliciis,
plangite et ululate,
quia non est aversa ira furoris Domini a nobis.
8 A causa de esto, pónganse un cilicio, laméntense y giman, porque no se ha apartado de nosotros el ardor de la ira del Señor.
9 Et erit in die illa,
dicit Dominus,
peribit cor regis
et cor principum,
et obstupescent sacerdotes,
et prophetae consternabuntur ”.
9 Aquel día –oráculo del Señor– desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los príncipes; los sacerdotes estarán consternados y quedarán atónitos los profetas.
10 Et dixi: “ Heu, Domine Deus!
Ergo decepisti populum istum et Ierusalem
dicens: “Pax erit vobis”;
et ecce pervenit gladius usque ad animam ”.
10 Yo dije: «¡Ah, Señor, realmente has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: «Ustedes tendrán paz», y ahora estamos con la espada a la garganta!».
11 In tempore illo dicetur populo huic et Ierusalem:
“ Ventus urens collium, qui sunt in deserto,
invadit filiam populi mei
non ad ventilandum et ad purgandum.
11 En aquel tiempo, se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento abrasador, sobre los montes desolados, avanza por el desierto hacia la hija de mi pueblo, y no es para aventar y desgranar el trigo:
12 Ventus plenior his veniet mihi,
nunc et ego loquar iudicia mea cum eis ”.
12 es un viento impetuoso que llega para servirme. Ahora, yo mismo, voy a pronunciar juicios contra ellos.
13 Ecce quasi nubes ascendet,
et quasi tempestas currus eius;
velociores aquilis equi illius.
Vae nobis, quoniam vastati sumus!
13 ¡Ahí sube como las nubes, sus carros son como el huracán, sus caballos, más veloces que las águilas! ¡Ay de nosotros, porque somos devastados!
14 Lava a malitia cor tuum,
Ierusalem, ut salva fias;
usquequo morabuntur in te
cogitationes iniquae?
14 ¡Limpia tu corazón de toda maldad, a fin de ser salvada, Jerusalén! ¿Hasta cuándo se albergarán dentro de ti tus pensamientos culpables?
15 Vox enim annuntiantis a Dan
et notam facientis calamitatem de monte Ephraim.
15 Porque una voz anuncia desde Dan, y da la infausta noticia desde la montaña de Efraím.
16 Nuntiate gentibus. Ecce adsunt!
Auditum facite hoc super Ierusalem:
“ Custodes venerunt de terra longinqua
et dederunt super civitates Iudae vocem suam;
16 Háganselo saber a las naciones, proclámenlo contra Jerusalén: Llegan invasores de una tierra lejana y lanzan gritos contra las ciudades de Judá.
17 quasi custodes agrorum facti sunt super eam in gyro,
quia adversus me contumax erat ”,
dicit Dominus.
17 Rodean a Jerusalén como los guardianes de un campo, porque ella se ha rebelado contra mí –oráculo del Señor –
18 Via tua et opera tua
fecerunt haec tibi;
ista malitia tua, quia amara,
quia tetigit cor tuum.
18 Tu conducta y tus acciones te han acarreado todo esto. Ahí está tu mal: ¡Qué amargo es! ¡Cómo te llega al corazón!
19 Viscera mea, viscera mea! Doleo.
Parietes cordis mei!
Turbatur in me cor meum:
non tacebo,
quoniam vocem bucinae audivit anima mea,
clamorem proelii.
19 ¡Mis entrañas, mis entrañas! ¡Me retuerzo de dolor! ¡Las fibras de mi corazón! ¡Mi corazón se conmueve dentro de mí, no puedo callarme! Porque oigo el sonido de la trompeta, el clamor del combate.
20 Contritio super contritionem vocata est,
quoniam vastata est omnis terra,
repente vastata sunt tabernacula mea,
subito tentoria mea.
20 Se anuncia un desastre tras otros, porque está devastado todo el país: mis carpas fueron devastadas de repente, mis pabellones, en un instante.
21 Usquequo videbo vexillum,
audiam vocem bucinae?
21 ¿Hasta cuándo tendré que ver la señal y oír el sonido de la trompeta?
22 “ Quia stultus populus meus:
me non cognoverunt;
filii insipientes sunt et vecordes:
sapientes sunt, ut faciant mala,
bene autem facere nesciunt ”.
22 Ciertamente, mi pueblo es necio, ellos no me conocen; son hijos insensatos, faltos de entendimiento; son sabios para hacer el mal, pero no saben hacer el bien.
23 Aspexi terram, et ecce vacua erat et deserta;
et caelos, et non erat lux in eis.
23 Miro a la tierra, y es un caos, a los cielos, y ya no tienen su luz.
24 Aspexi montes, et ecce movebantur,
et omnes colles conturbati sunt.
24 Miro a las montañas, y ellas tiemblan, se sacuden todas las colinas.
25 Aspexi, et ecce non erat homo,
et omne volatile caeli recesserat.
25 Miro, y no hay ni un solo hombre, y han huido todos los pájaros del cielo.
26 Aspexi, et ecce hortus desertus,
et omnes urbes eius destructae sunt
a facie Domini et a facie irae furoris eius.
26 Miro, y el vergel es un desierto, todas sus ciudades están en ruinas, delante del Señor, delante del ardor de su ira.
27 Haec enim dicit Dominus:
“ Deserta erit omnis terra,
sed tamen consummationem non faciam.
27 Porque así habla el Señor: Todo el país será una desolación, pero no consumaré el exterminio.
28 Super hoc lugebit terra,
et maerebunt caeli desuper,
eo quod locutus sum,
statui et non paenitet me
nec avertar ab eo ”.
28 A causa de esto, el país estará de duelo y se oscurecerán los cielos en lo alto, porque yo hablé y no me arrepentiré, lo decidí y no me retractaré.
29 A voce equitis et mittentis sagittam
fugit omnis civitas;
ingressi sunt silvas condensas
et ascenderunt rupes;
universae urbes derelictae sunt,
et non habitat in eis homo.
29 Al grito de la caballería y los arqueros, huye todo el país: entran en las espesuras, suben a los peñascos, todas las ciudades son abandonadas, no queda un solo habitante.
30 Tu autem, vastata, quid facies?
Cum vestieris te coccino,
cum ornata fueris monili aureo,
et pinxeris stibio oculos tuos,
frustra componeris;
contempserunt te amatores tui,
animam tuam quaerent.
30 Y tú, ¿qué vas a hacer? Aunque te vistas de púrpura y te atavíes con adornos de oro, aunque te pintes los ojos con antimonio, en vano te embellecerás: tus amantes te desprecian, lo que buscan es quitarte la vida.
31 Vocem enim quasi parturientis audivi,
angustias ut puerperae;
vox filiae Sion
intermorientis expandentisque manus suas:
“ Vae mihi, quia defecit anima mea
propter interfectores! ”.
31 Sí, oigo gritos como los de una parturienta, gemidos como los de una primeriza: es la voz de la hija de Sión que pierde el aliento, que extiende las manos: «¡Ay, pobre de mí, estoy exhausta frente a los asesinos!».