Scrutatio

Lunedi, 29 aprile 2024 - Santa Caterina da Siena ( Letture di oggi)

Juan 12


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos.1 Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado.
2 Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.2 Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.
3 Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.3 María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.
4 Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar:4 Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo:
5 «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?»5 «¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
6 Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella.6 Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
7 Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura.7 Jesús le respondió: «Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura.
8 Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis».8 A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre».
9 Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.9 Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado.
10 Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro,10 Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro,
11 porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.11 porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús a causa de él.
12 Al día siguiente, al enterarse la numerosa muchedumbre que había llegado para la fiesta, de que Jesús se dirigía a Jerusalén,12 Al día siguiente, la gran multitud que había venido para la fiesta, se enteró de que Jesús se dirigía a Jerusalén.
13 tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: «¡ Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, y el Rey de Israel!»13 Y, tomando hojas de palmera, salieron a su encuentro y lo aclamaban diciendo: «¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel!».
14 Jesús, habiendo encontrado un borriquillo, se montó en él, según está escrito:14 Al encontrar un asno, Jesús montó sobre él, conforme a lo que está escrito:
15 No temas, hija de Sión; mira que viene tu Rey montado en un pollino de asna.15 "No temas, hija de Sión; ya viene tu rey, montado sobre la cría de una asna".
16 Esto no lo comprendieron sus discípulos de momento; pero cuando Jesús fue glorificado, cayeron en la cuenta de que esto estaba escrito sobre él, y que era lo que le habían hecho.16 Al comienzo, sus discípulos no comprendieron esto. Pero cuando Jesús fue glorificado, recordaron que todo lo que le había sucedido era lo que estaba escrito acerca de él.
17 La gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro de la tumba y le resucitó de entre los muertos, daba testimonio.17 La multitud que había estado con Jesús cuando ordenó a Lázaro que saliera del sepulcro y lo resucitó, daba testimonio de él.
18 Por eso también salió la gente a su encuentro, porque habían oído que él había realizado aquella señal.18 Por eso la gente salió a su encuentro, porque se enteraron del signo que había realizado.
19 Entonces los fariseos se dijeron entre sí: «¿Veis cómo no adelantáis nada?, todo el mundo se ha ido tras él».19 Los fariseos se dijeron unos a otros: «¿Ven que no adelantamos nada? Todo el mundo lo sigue».
20 Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta.20 Entre los que había subido para adorar durante la fiesta, había unos griegos
21 Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús».21 que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús».
22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.22 Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús.
23 Jesús les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre.23 El les respondió: «Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado.
24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.24 Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
25 El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna.25 El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.
26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.26 El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.
27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!27 Mi alma ahora está turbada, ¿Y qué diré: «Padre, líbrame de esta hora? ¡Sí, para eso he llegado a esta hora!
28 Padre, glorifica tu Nombre». Vino entonces una voz del cielo: «Le he glorificado y de nuevo le glorificaré».28 ¡Padre, glorifica tu Nombre!». Entonces se oyó una voz del cielo: «Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar».
29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel».29 La multitud que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel».
30 Jesús respondió: «No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.30 Jesús respondió: «Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes.
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.31 Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera;
32 Y yo cuando sea levando de la tierra, atraeré a todos hacia mí».32 y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí».
33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.33 Jesús decía esto para indicar cómo iba a morir.
34 La gente le respondió: «Nosotros sabemos por la Ley que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que es preciso que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?»34 La multitud le respondió: «Sabemos por la Ley que el Mesías permanecerá para siempre. ¿Cómo puedes decir: «Es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto»? ¿Quién es ese Hijo del hombre?».
35 Jesús les dijo: «Todavía, por un poco de tiempo, está la luz entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que camina en tinieblas, no sabe a dónde va.35 Jesús les respondió: «La luz está todavía entre ustedes, pero por poco tiempo. Caminen mientras tengan la luz, no sea que las tinieblas los sorprendan: porque el que camina en tinieblas no sabe a dónde va.
36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz». Dicho esto, se marchó Jesús y se ocultó de ellos.36 Mientras tengan luz, crean en la luz y serán hijos de la luz». Después de hablarles así, Jesús se fue y se ocultó de ellos.
37 Aunque había realizado tan grandes señales delante de ellos, no creían en él;37 A pesar de los muchos signos que hizo en su presencia, ellos no creyeron en él.
38 para que se cumpliera el oráculo pronunciado por el profeta Isaías: Señor, ¿quién dio crédito a nuestras palabras? Y el brazo del Señor, ¿a quién se le reveló?38 Así debía cumplirse el oráculo del profeta Isaías, que dice: "Señor, ¿quién ha creído en nuestra palabra? ¿A quién fue revelado el poder del Señor"?
39 No podían creer, porque también había dicho Isaías:39 Ellos no podían creer, porque como dijo también Isaías:
40 Ha cegado sus ojos, ha endurecido su corazón; para que no vean con los ojos, ni comprendan con su corazón, ni se conviertan, ni yo los sane.40 "El ha cegado sus ojos y ha endurecido su corazón, para que sus ojos no vean y su corazón no comprenda, para que no se conviertan ni yo los cure".
41 Isaías dijo esto porque vio su gloria y habló de él.41 Isaías dijo esto, porque vio la gloria de Jesús y habló acerca de él.
42 Sin embargo, aun entre los magistrados, muchos creyeron en él; pero, por los fariseos, no lo confesaban, para no ser excluidos de la sinagoga,42 Sin embargo, muchos creyeron en él, aun entre las autoridades, pero a causa de los fariseos no lo manifestaron, para no ser expulsados de la sinagoga.
43 porque prefirieron la gloria de los hombres a la gloria de Dios.43 Preferían la gloria de los hombres a la gloria de Dios.
44 Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado;44 Jesús exclamó: «El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió.
45 y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado.45 Y el que me ve, ve al que me envió.
46 Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas.46 Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
47 Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.47 Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
48 El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día;48 El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
49 porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar,49 Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar;
50 y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí».50 y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó».