Scrutatio

Martedi, 23 aprile 2024 - San Giorgio ( Letture di oggi)

Juan 9


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1Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento.2Y le preguntaron sus discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»3Respondió Jesús: «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios.4Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar.5Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo».6Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego7y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo.8Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: «¿No es éste el que se sentaba para mendigar?»9Unos decían: «Es él». «No, decían otros, sino que es uno que se le parece». Pero él decía: «Soy yo».10Le dijeron entonces: «¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?»11El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me dijo: “Vete a Siloé y lávate.” Yo fui, me lavé y vi».12Ellos le dijeron: «¿Dónde está ése?» El respondió: «No lo sé».13Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego.14Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos.15Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. El les dijo: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo».16Algunos fariseos decían: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado». Otros decían: «Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales?» Y había disensión entre ellos.17Entonces le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?» El respondió: «Que es un profeta».18No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista19y les preguntaron: «¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?»20Sus padres respondieron: «Nosotros sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego.21Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de sí mismo».22Sus padres decían esto por miedo por los judíos, pues los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara excluido de la sinagoga.23Por eso dijeron sus padres: «Edad tiene; preguntádselo a él».24Le llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: «Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador».25Les respondió: «Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo».26Le dijeron entonces: «¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?»27El replicó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos suyos?»28Ellos le llenaron de injurias y le dijeron: «Tú eres discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés.29Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero ése no sabemos de dónde es».30El hombre les respondió: «Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos.31Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha.32Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento.33Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada».34Ellos le respondieron: «Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros?» Y le echaron fuera.35Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?»36El respondió: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»37Jesús le dijo: «Le has visto; el que está hablando contigo, ése es».38El entonces dijo: «Creo, Señor». Y se postró ante él.39Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos».40Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «Es que también nosotros somos ciegos?»41Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: “Vemos” vuestro pecado permanece».