Scrutatio

Giovedi, 28 marzo 2024 - San Castore di Tarso ( Letture di oggi)

Juan 3


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1Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío.2Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él».3Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios».4Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?»5Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.6Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu.7No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto.8El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu».9Respondió Nicodemo: «¿Cómo puede ser eso?»10Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas?11«En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.12Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo?13Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.14Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,15para que todo el que crea tenga por él vida eterna.16Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.17Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.18El que creee en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.19Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.20Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.21Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios».22Después de esto, se fue Jesús con sus discípulos al país de Judea; y allí se estaba con ellos y bautizaba.23Juan también estaba bautizando en Ainón, cerca de Salim, porque había allí mucha agua, y la gente acudía y se bautizaba.24Pues todavía Juan no había sido metido en la cárcel.25Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.26Fueron, pues, donde Juan y le dijeron: «Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él».27Juan respondió: «Nadie puede recibir nada si no se le ha dado del cielo.28Vosotros mismos me sois testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.”29El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud.30Es preciso que él crezca y que yo disminuya.31El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo,32da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta.33El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.34Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida.35El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano.36El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él».