Scrutatio

Lunedi, 29 aprile 2024 - Santa Caterina da Siena ( Letture di oggi)

Sabiduría 6


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Oíd, pues, reyes, y enteded. Aprended, jueces de los confines de la tierra.
1 ¡Escuchen, reyes, y comprendan! ¡Aprendan, jueces de los confines de la tierra!
2 Estad atentos los que gobernáis multitudes y estáis orgullosos de la muchedumbre de vuestros pueblos.
2 ¡Presten atención, los que dominan multitudes y están orgullosos de esa muchedumbre de naciones!
3 Porque del Señor habéis recibido el poder, del Altísimo, la soberanía; él examinará vuestras obras y sondeará vuestras intenciones.
3 Porque el Señor les ha dado el dominio, y el poder lo han recibo del Altísimo: él examinará las obras de ustedes y juzgará sus designios,
4 Si, como ministros que sois de su reino, no habéis juzgado rectamente, ni observado la ley, ni caminado siguiendo la voluntad de Dios,
4 Ya que ustedes, siendo ministros de su reino, no han gobernado con rectitud ni han respetado la Ley ni han obrado según la voluntad de Dios
5 terrible y repentino se presentará ante vosotros. Porque un juicio implacable espera a los que están en lo alto;
5 él caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, ya que un juicio inexorable espera a los que están arriba.
6 al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente examinados.
6 Al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán examinados con rigor.
7 Que el Señor de todos ante nadie retrocede, no hay grandeza que se le imponga; al pequeño como al grande él mismo los hizo y de todos tiene igual cuidado,
7 Porque el Señor de todos no retrocede ante nadie, ni lo intimida la grandeza: él hizo al pequeño y al grande, y cuida de todos por igual,
8 pero una investigación severa aguarda a los que están en el poder.
8 Pero los poderosos serán severamente examinados.
9 A vosotros, pues, soberanos, se dirigen mis palabras para que aprendaís sabiduría y no faltéis;
9 A ustedes, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan la Sabiduría y no incurran en falta;
10 porque los que guarden santamente las cosas santas, serán reconocidos santos, y los que se dejen instruir en ellas, encontrarán defensa.
10 porque los que observen santamente las leyes santas serán reconocidos como santos, y los que se dejen instruir por ellas, también en ellas encontrarán su defensa.
11 Desead, pues, mis palabras; ansiadlas, que ellas os instruirán.
11 Deseen, entonces, mis palabras; búsquenlas ardientemente, y serán instruidos. Encuentro con la Sabiduría
12 Radiante e inmarcesible es la Sabiduría. Fácilmente la contemplan los que la aman y la encuentran los que la buscan.
12 La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan.
13 Se anticipa a darse a conocer a los que la anhelan.
13 Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
14 Quien madruge para buscarla, no se fatigará, que a su puerta la encontrará sentada.
14 El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta.
15 Pensar en ella es la perfección de la prudencia, y quien por ella se desvele, pronto se verá sin cuidados.
15 Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes.
16 Pues ella misma va por todas partes buscando a los que son dignos de ella: se les muestra benévola en los caminos y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.
16 La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.
17 Pues su comienzo es el deseo más verdadero de instrucción, la preocupación por la instrucción es el amor,
17 El comienzo de la Sabiduría es el verdadero deseo de instruirse, querer instruirse, es amarla;
18 el amor es la observancia de sus leyes, la atención a las leyes es la garantía de la incorruptibilidad
18 amarla, es cumplir sus leyes, observar sus leyes, es garantía de incorruptibilidad,
19 y la incorruptibilidad hace estar cerca de Dios;
19 y la incorruptibilidad hace estar cerca de Dios:
20 por tanto, el deseo de la Sabiduría conduce a la realeza.
20 así, el deseo de la Sabiduría conduce a la realeza.
21 Si, pues, gustáis de tronos y cetros, soberanos de los pueblos, apreciad la Sabiduría para reinéis eternamente.
21 Si a ustedes, entonces, soberanos de los pueblos, les agradan los tronos y los cetros, honren a la Sabiduría y reinarán para siempre.
22 Qué es la Sabiduría y cómo ha nacido lo voy a declarar; no os ocultaré los misterios, sino que seguiré sus huellas desde el comienzo de su existencia, pondré su conocimiento al descubierto y no me apartaré de la verdad.
22 ¿Pero qué es la Sabiduría y cuál es su origen? Yo lo voy a anunciar, sin ocultarles sus misterios: me remontaré hasta sus orígenes más remotos, pondré al descubierto su conocimiento, y no me apartaré de la verdad.
23 Tampoco me acompañará en mi camino la envidia mezquina, que nada tiene que ver con la Sabiduría.
23 No me acompañará en el camino la envidia corrosiva, porque ella no tiene nada en común con la Sabiduría.
24 Pues la abundancia de sabios es la salvación del mundo y un rey prudente, la estabilidad del pueblo.
24 Una multitud de sabios es la salvación del mundo, y un rey sensato asegura la estabilidad de su pueblo.
25 Dejaos, pues, instruir por mis palabras: os serán útiles.
25 Por lo tanto, déjense instruir por mis palabras, y esto les resultará provechoso.