Scrutatio

Domenica, 5 maggio 2024 - Beato Nunzio Sulprizio ( Letture di oggi)

Lucas 23


font
BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato.1 Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato.
2 Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey».2 Y comenzaron a acusarlo, diciendo: «Hemos encontrado a este hombre incitando a nuestro pueblo a la rebelión, impidiéndole pagar los impuestos al Emperador y pretendiendo ser el rey Mesías».
3 Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices».3 Pilato lo interrogó, diciendo: «¿Eres tú el rey de los judíos?». «Tú lo dices», le respondió Jesús.
4 Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre».4 Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud: «No encuentro en este hombre ningún motivo de condena».
5 Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí».5 Pero ellos insistían: «Subleva al pueblo con su enseñanza en toda la Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí».
6 Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.6 Al oír esto, Pilato preguntó si ese hombre era galileo.
7 Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.7 Y habiéndose asegurado de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió. en esos días, también Herodes se encontraba en Jerusalén.
8 Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle, por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera.8 Herodes se alegró mucho al ver a Jesús. Hacía tiempo que deseaba verlo, por lo que había oído decir de él, y esperaba que hiciera algún prodigio en su presencia.
9 Le preguntó con mucha palabrería, pero él no respondió nada.9 Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió nada.
10 Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia.10 Entre tanto, los sumos sacerdotes y los escribas estaban allí y lo acusaban con vehemencia.
11 Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.11 Herodes y sus guardias, después de tratarlo con desprecio y ponerlo en ridículo, lo cubrieron con un magnífico manto y lo enviaron de nuevo a Pilato.
12 Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados.12 Y ese mismo día, Herodes y Pilato, que estaban enemistados, se hicieron amigos.
13 Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo13 Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo,
14 y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis.14 y les dijo: «Ustedes me han traído a este hombre, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión. Pero yo lo interrogué delante de ustedes y no encontré ningún motivo de condena en los cargos de que lo acusan;
15 Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte.15 ni tampoco Herodes, ya que él lo ha devuelto a este tribunal. Como ven, este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte.
16 Así que le castigaré y le soltaré».16 Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad».
17 [En cada fiesta, el gobernador acostumbraba a poner en libertad a un preso.]
18 Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: «¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!»18 Pero la multitud comenzó a gritar: «¡Que muera este hombre! ¡Suéltanos a Barrabás!».
19 Este había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato.19 A Barrabás lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por homicidio.
20 Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús,20 Pilato volvió a dirigirles la palabra con la intención de poner en libertad a Jesús.
21 pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!»21 Pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!».
22 Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré».22 Por tercera vez les dijo: «¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad».
23 Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes.23 Pero ellos insistían a gritos, reclamando que fuera crucificado, y el griterío se hacía cada vez más violento.
24 Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.24 Al fin, Pilato resolvió acceder al pedido del pueblo.
25 Soltó, pues, al que habían pedido, el que estaba en la cárcel por motín y asesinato, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.25 Dejó en libertad al que ellos pedían, al que había sido encarcelado por sedición y homicidio, y a Jesús lo entregó al arbitrio de ellos.
26 Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevará detrás de Jesús.26 Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús.
27 Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él.27 Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
28 Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.28 Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
29 Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!29 Porque se acerca el tiempo en que se dirá: "¡Felices las estériles, felices los senos que no concibieron y los pechos que no amamantaron!"
30 Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos!30 Entonces se dirá a las montañas: "¡Caigan sobre nosotros!", y a los cerros: "¡Sepúltennos!"
31 Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»31 Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?».
32 Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él.32 Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados.
33 Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.33 Cuando llegaron al lugar llamado «del Cráneo», lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
34 Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen». Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.34 Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos.
35 Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido».35 El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: «Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!».
36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre,
37 y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»37 le decían: «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!».
38 Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos».38 Sobre su cabeza había una inscripción: «Este es el rey de los judíos».
39 Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»39 Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
40 Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?40 Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él?
41 Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho».41 Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo».
42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino».42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino».
43 Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».43 El le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».
44 Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.44 Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde.
45 El velo del Santuario se rasgó por medio45 El velo del Templo se rasgó por el medio.
46 y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró.46 Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró.
47 Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: «Ciertamente este hombre era justo».47 Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando: «Realmente este hombre era un justo».
48 Y todas las gentes que habían acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho.48 Y la multitud que se había reunido para contemplar el espectáculo, al ver lo sucedido, regresaba golpeándose el pecho.
49 Estaban a distancia, viendo estas cosas, todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea.49 Todos sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea permanecían a distancia, contemplando lo sucedido.
50 Había un hombre llamado José, miembro del Consejo, hombre bueno y justo,50 Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo,
51 que no había asentido al consejo y proceder de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.51 que había disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.
52 Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús52 Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
53 y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto todavía.53 Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.
54 Era el día de la Preparación, y apuntaba el sábado.54 Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
55 Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo,55 Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado.
56 Y regresando, prepararon aromas y mirra. Y el sábado descansaron según el precepto.56 Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.