Scrutatio

Lunedi, 29 aprile 2024 - Santa Caterina da Siena ( Letture di oggi)

Eclesiastés/Qohelet 1


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén.
1 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén.
2 ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad!
2 ¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad!
3 ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol?
3 ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol?
4 Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece.
4 Una generación se va y la otra viene, y la tierra siempre permanece.
5 Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir.
5 El sol sale y se pone, y se dirige afanosamente hacia el lugar de donde saldrá otra vez.
6 Sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve el viento a girar.
6 El viento va hacia el sur y gira hacia el norte; va dando vueltas y vueltas, y retorna sobre su curso.
7 Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los ríos van, allá vuelven a fluir.
7 Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al mismo lugar donde van los ríos, allí vuelven a ir.
8 Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír.
8 Todas las personas están gastadas, más de lo que se puede expresar. ¿No se sacia el ojo de ver y el oído no se cansa de escuchar?
9 Lo que fue, eso será; lo que se hizo, ese se hará. Nada nuevo hay bajo el sol.
9 Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
10 Si algo hay de que se diga: «Mira, eso sí que es nuevo», aun eso ya sucedía en los siglos que nos precedieron.
10 Si hay algo de lo que dicen: «Mira, esto sí que es algo nuevo». en realidad, eso mismo ya existió muchísimo antes que nosotros.
11 No hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de los venideros quedará memoria en los que después vendrán.
11 No queda el recuerdo de las cosas pasadas, ni quedará el recuerdo de las futuras en aquellos que vendrán después.
12 Yo, Cohélet, he sido rey de Israel, en Jerusalén.
12 Yo, Cohélet, he sido rey de Israel, en Jerusalén,
13 He aplicado mi corazón a investigar y explorar con la sabiduría cuanto acaece bajo el cielo. ¡Mal oficio éste que Dios encomendó a los humanos para que en él se ocuparan!
13 y me dediqué a investigar y a explorar con sabiduría todo lo que se hace bajo el cielo: es esta una ingrata tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella.
14 He observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos.
14 Así observé todas las obras que se hacen bajo el sol, y vi que todo es vanidad y correr tras el viento.
15 Lo torcido no puede enderezarse, lo que falta no se puede contar.
15 Lo torcido no se puede enderezar, ni se puede contar lo que falta.
16 Me dije en mi corazón: Tengo una sabiduría grande y extensa, mayor que la de todos mis predecesores en Jerusalén; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y ciencia.
16 Entonces me dije a mí mismo: Yo acumulé una gran sabiduría, más que todos mis predecesores en Jerusalén, y mi corazón ha visto mucha sabiduría y ciencia.
17 He aplicado mi corazón a conocer la sabiduría, y también a conocer la locura y la necedad, he comprendido que aun esto mismo es atrapar vientos,
17 Me dediqué a conocer la sabiduría, la ciencia, la locura y la necedad, y advertí que también eso es correr tras el viento.
18 pues: Donde abunda sabiduría, abundan penas, y quien acumula ciencia, acumula dolor.
18 Porque mucha sabiduría trae mucha aflicción, y el que acumula ciencia, acumula dolor.