Scrutatio

Sabato, 17 maggio 2025 - San Pasquale Baylon ( Letture di oggi)

Hechos de los Apóstoles 24


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Cinco días después bajó el Sumo Sacerdote Ananías con algunos ancianos y un tal Tértulo, abogado, y presentaron ante el procurador acusación contra Pablo.1 Cinco días después, el Sumo Sacerdote Ananías bajó con algunos ancianos y un abogado llamado Tértulo, para presentar delante del gobernador la acusación que tenían contra Pablo.
2 Citado Pablo, Tértulo dio principio a la acusación diciendo: «Gracias a ti gozamos de mucha paz y las mejoras realizadas por tu providencia en beneficio de esta nación,2 Hicieron comparecer a Pablo, y Tértulo presentó la acusación en estos términos: «Excelentísimo Félix: La profunda paz de que gozamos gracias a ti y las reformas que nuestra nación debe a tu gobierno,
3 en todo y siempre las reconocemos, excelentísimo Félix, con todo agradecimiento.3 constituyen para nosotros, siempre y en todas partes, un motivo de inmensa gratitud.
4 Pero para no molestarte más, te ruego que nos escuches un momento con tu característica clemencia.4 Como no queremos importunarte demasiado, te ruego que nos escuches un momento con tu habitual cordialidad.
5 Hemos encontrado esta peste de hombre que provoca altercados entre los judíos de toda la tierra y que es el jefe principal de la secta de los nazoreos.5 Hemos comprobado que este hombre es una verdadera peste: él suscita disturbios entre todos los judíos del mundo y es uno de los dirigentes de la secta de los nazarenos.
6 Ha intentado además profanar el Templo, pero nosotros le apresamos.6 Ha intentado incluso profanar el Templo, y por eso, nosotros lo detuvimos. Queríamos juzgarlo de acuerdo con nuestra Ley,
7 pero intervino el tribuno Lisias, que lo arrancó violentamente de nuestras manos
8 Interrogándole, podrás tú llegar a conocer a fondo todas estas cosas de que le acusamos».8 y ordenó a sus acusadores que comparecieran delante de ti. Si lo interrogas, tú mismo reconocerás que nuestros cargos contra él son bien fundados».
9 Los judíos le apoyaron, afirmando que las cosas eran así.9 Los judíos ratificaron esto, asegurando que era verdad.
10 Entonces el procurador concedió la palabra a Pablo y éste respondió: «Yo sé que desde hace muchos años vienes juzgando a esta nación; por eso con toda confianza voy a exponer mi defensa.10 Cuando el gobernador hizo señas a Pablo de que hablara, este respondió: «Con entera confianza voy a defender mi causa, por sé que gobiernas esta nación desde hace varios años.
11 Tú mismo lo puedes comprobar: No hace más de doce días que yo subí a Jerusalén en peregrinación.11 Como tú mismo puedes averiguarlo, no hace todavía doce días que subí en peregrinación a Jerusalén
12 Y ni en el Templo, ni en las sinagogas ni por la ciudad me han encontrado discutiendo con nadie ni alborotando a la gente.12 y nunca se me vio ni en el Templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad, discutiendo con alguien o amotinando a la gente.
13 Ni pueden tampoco probarte las cosas de que ahora me acusan.13 Ellos tampoco pueden probarte aquello de lo que me acusan ahora.
14 «En cambio te confieso que según el Camino, que ellos llaman secta, doy culto al Dios de mis padres, creo en todo lo que se encuentra en la Ley y está escrito en los Profetas14 Pero sí te confieso que sirvo al Dios de mis padres, siguiendo el Camino que mis acusadores consideran una secta. Creo en todo lo que está contenido en la Ley y escrito en los Profetas,
15 y tengo en Dios la misma esperanza que éstos tienen, de que habrá una resurrección, tanto de los justos como de los pecadores.15 y tengo la misma esperanza en Dios que ellos tienen: la esperanza de que habrá una resurrección de justos y pecadores.
16 Por eso yo también me esfuerzo por tener constantemente una conciencia limpia ante Dios y ante los hombres.16 Por eso trato de conservar siempre una conciencia irreprochable delante de Dios y de los hombres.
17 «Al cabo de muchos años he venido a traer limosnas a los de mi nación y a presentar ofrendas.17 Después de unos cuantos años, vine a traer limosnas a mis compatriotas y a presentar ofrendas.
18 Y me encontraron realizando estas ofrendas en el Templo después de haberme purificado, y no entre tumulto de gente.18 Así fue cómo algunos judíos de la provincia de Asia me encontraron en el Templo: yo me había purificado y no estaba provocando ninguna clase de amotinamiento ni de tumulto.
19 Y fueron algunos judíos de Asia... - que son los que debieran presentarse ante ti y acusarme si es que tienen algo contra mí;19 Son ellos los que hubieran debido presentarse ante ti para acusarme, si tenían alguna queja contra mí.
20 o si no, que digan estos mismos qué crimen hallaron en mí cuando comparecí ante el Sanedrín,20 Por lo menos, que digan los que están aquí de qué delito me encontraron culpable cuando comparecí delante del Sanedrín.
21 a no ser este solo grito que yo lancé estando en medio de ellos: “Yo soy juzgado hoy por vosotros a causa de la resurrección de los muertos».21 A no ser que se trate de lo único que dije, puesto de pie en medio de ellos: «Hoy ustedes me juzgan a causa de la resurrección de los muertos».
22 Félix, que estaba bien informado en lo referente al Camino, les dio largas diciendo: «Cuando baje el tribuno Lisias decidiré vuestro asunto».22 Félix, que estaba muy bien informado de todo lo concerniente al Camino del Señor, postergó la causa, diciendo: «Cuando descienda de Jerusalén el tribuno Lisias, me expediré en este asunto».
23 Y ordenó al centurión que custodiase a Pablo, que le dejase tener alguna libertad y que no impidiese a ninguno de los suyos el asistirle.23 Después ordenó al centurión que custodiara a Pablo, pero dejándole una cierta libertad y sin impedir que sus amigos lo atendieran.
24 Después de unos días vino Félix con su esposa Drusila, que era judía; mandó traer a Pablo y le estuvo escuchando acerca de la fe en Cristo Jesús.24 Algunos días después, se presentó Félix con su mujer Drusila, que era judía. El mandó llamar a Pablo y lo oyó hablar acerca de la fe en Jesucristo.
25 Y al hablarle Pablo de la justicia, del dominio propio y del juicio futuro, Félix, aterrorizado, le interrumpió: «Por ahora puedes marcharte; cuando encuentre oportunidad te haré llamar».25 Pero cuando Pablo se puso a tratar sobre la justicia, la continencia y el juicio futuro, Félix, lleno de temor, le respondió: «Por ahora puedes irte; te volveré a llamar en la primera ocasión».
26 Esperaba al mismo tiempo Félix que Pablo le diese dinero; por eso frecuentemente le mandaba a buscar y conversaba con él.26 Al mismo tiempo, él esperaba que Pablo le diera dinero, y por eso lo hacía llamar frecuentemente para conversar con él.
27 Pasados dos años Félix recibió como sucesor a Porcio Festo; y queriendo congraciarse con los judíos, dejó a Pablo prisionero.27 Al cabo de dos años, Porcio Festo sucedió a Félix; y como este quería congraciarse con los judíos, dejó a Pablo en la prisión.