Scrutatio

Lunedi, 6 maggio 2024 - San Pietro Nolasco ( Letture di oggi)

Marcos 7


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén.1 Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,
2 Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas,2 y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.
3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos,3 Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;
4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -.4 y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?»5 Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?».
6 El les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.6 El les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
7 En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.7 En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres».8 Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».
9 Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición!9 Y les decía: «Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.
10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre y: el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. Pero vosotros decís:10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.
11 Si uno dice a su padre o a su madre: “Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán - es decir: ofrenda -”,11 En cambio, ustedes afirman: «Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro "corbán" –es decir, ofrenda sagrada– todo aquello con lo que podría ayudarte...»
12 ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre,12 En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.
13 anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas».13 Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!».
14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.14 Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.15 Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.
16 Quien tenga oídos para oír, que oiga».16 ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!».
17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola.17 Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola.
18 El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle,18 El les dijo: «¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo,
19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» - así declaraba puros todos los alimentos -.19 porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?». Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.20 Luego agregó: «Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos,21 Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios,
22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.22 los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».23 Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».
24 Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido,24 Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto.
25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies.25 En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies.
26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio.26 Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
27 El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».27 El le respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros».
28 Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños».28 Pero ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos».
29 El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija».29 Entonces él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija».
30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.30 Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.31 Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis.
32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él.32 Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos.
33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.33 Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua.
34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!»34 Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa: «Abrete».
35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.35 Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente.
36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban.36 Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban
37 Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».37 y, en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».