Scrutatio

Venerdi, 29 marzo 2024 - Santi Simplicio e Costantino ( Letture di oggi)

Ezequiel 20


font

1El año séptimo, el día diez del quinto mes, algunos de los ancianos de Israel vinieron a consultar a Yahveh y se sentaron ante mí.2Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:3Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: ¿A consultarme venís? Por mi vida, que no me dejaré consultar por vosotros, oráculo del Señor Yahveh.4¿Vas a juzgarlos? ¿Vas a juzgar, hijo de hombre? Hazles saber las abominaciones de sus padres.5Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: El día que yo elegí a Israel, alcé mi mano hacia la raza de la casa de Jacob, me manifesté a ellos en el país de Egipto, y levanté mi mano hacia ellos diciendo: Yo soy Yahveh, vuestro Dios.6Aquel día alcé mi mano hacia ellos jurando sacarlos del país de Egipto hacia una tierra que había explorado para ellos, que mana leche y miel, la más hermosa de todas las tierras.7Y les dije: Arrojad cada uno los montruos que seducen vuestros ojos, no os contaminéis con las basuras de Egipto; yo soy Yahveh, vuestro Dios.8Pero ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. Ninguno arrojó los monstruos que seducían sus ojos; ninguno abandonó las basuras de Egipto. Pensé entonces, derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi cólera, en medio del país de Egipto.9Pero tuve consideración a mi nombre y procedí de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones entre las que ellos se encontraban, y a la vista de las cuales me había manifestado a ellos, sacándolos del país de Egipto.10Por eso, los saqué del país de Egipto y los conduje al desierto.11Les di mis perceptos y les di a conocer mis normas, por las que el hombre vive, si las pone en práctica.12Y les di además mis sábados como señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy Yahveh, que los santifico.13Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no se condujeron según mis preceptos, rechazaron mis normas por las que vive el hombre, si las pone en práctica, y no hicieron más que profanar mis sábados. Entonces pensé en derramar mi furor sobre ellos en el desierto, para exterminarlos.14Pero tuve consideración a mi nombre, y procedí de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los había sacado.15Y, una vez más alcé mi mano hacia ellos en el desierto, jurando que no les dejaría entrar en la tierra que les había dado, que mana leche y miel, la más hermosa de todas las tierras.16Pues habían despreciado mis normas, no se habían conducido según mis preceptos y habían profanado mis sábados; porque su corazón se iba tras sus basuras.17Pero tuve una mirada de piedad para no exterminarlos, y no acabé con ellos en el desierto.18Y dije a sus hijos en el desierto: No sigáis las reglas de vuestros padres, no imitéis sus normas, no os contaminéis con sus basuras.19Yo soy Yahveh, vuestro Dios. Seguid mis preceptos, guardad mis normas y ponedlas en práctica.20Santificad mis sábados; que sean una señal entre yo y vosotros, para que se sepa que yo soy Yahveh, vuestro Dios.21Pero los hijos se rebelaron contra mí, no se condujeron según mis preceptos, no guardaron ni pusieron en práctica mis normas, aquéllas por las que vive el hombre, si las pone en práctica, y profanaron mis sábados. Entonces pensé en derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi cólera, en el desierto.22Pero retiré mi mano y tuve consideración a mi nombre, procediendo de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los había sacado.23Pero una vez más alcé mi mano hacia ellos, en el desierto, jurando dispersarlos entre las naciones y esparcirlos por los países.24Porque no habían puesto en práctica mis normas, habían despreciado mis preceptos y profanado mis sábados, y sus ojos se habían ido tras las basuras de sus padres.25E incluso llegué a darles preceptos que no eran buenos y normas con las que no podrían vivir,26y los contaminé con sus propias ofrendas, haciendo que pasaran por el fuego a todo primogénito, a fin de infundirles horror, para que supiesen que yo soy Yahveh.27Por eso, hijo de hombre, habla a la casa de Israel. Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: En esto todavía me ultrajaron vuestros padres siéndome infieles.28Yo les conduje a la tierra que, mano en alto, había jurado darles. Allí vieron toda clase de colinas elevadas, toda suerte de árboles frondosos, y en ellos ofrecieron sus sacrificios y presentaron sus ofrendas provocadoras; allí depositaron el calmante aroma y derramaron sus libaciones.29Y yo les dije: ¿Qué es el alto adonde vosotros vais?; y se le puso el nombre de Bamá, hasta el día de hoy.30Pues bien, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: Conque vosotros os contamináis conduciéndoos como vuestros padres, prostituyéndoos detrás de sus monstruos,31presentando vuestras ofrendas, haciendo pasar a vuestros hijos por el fuego; os contamináis con todas vuestras basuras, hasta el día de hoy, ¿y yo voy a dejarme consultar por vosotros, casa de Israel? Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que no me dejaré consultar por vosotros.32Y no se realizará jamás lo que se os pasa por la imaginación, cuando decís: «Seremos como las naciones, como las tribus de los otros países, adoradores del leño y de la piedra».33Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que yo reinaré sobre vosotros, con mano fuerte y tenso brazo, con furor derramado.34Os haré salir de entre los pueblos y os reuniré de los países donde fuisteis dispersados, con mano fuerte y tenso brazo, con furor derramado;35os conduciré al desierto de los pueblos y allí os juzgaré cara a cara.36Como juzgué a vuestros padres en el desierto de Egipto, así os juzgaré a vosotros, oráculo del Señor Yahveh.37Os haré pasar bajo el cayado y os haré entrar por el aro de la alianza;38separaré de vosotros a los rebeldes, a los que se han rebelado contra mí: les haré salir del país en que residen, pero no entrarán en la tierra de Israel, y sabréis que yo soy Yahveh.39En cuanto a vosotros, casa de Israel, así dice el Señor Yahveh: Que vaya cada uno a servir a sus basuras; después, yo juro que me escucharéis y no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y vuestras basuras.40Porque será en mi santa montaña, en la alta montaña de Israel - oráculo del Señor Yahveh - donde me servirá toda la casa de Israel, toda ella en esta tierra. Allí los acogeré amorosamente y allí solicitaré vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas santas.41Como calmante aroma yo os acogeré amorosamente, cuando os haya hecho salir de entre los pueblos, y os reúna de en medio de los países en los que habéis sido dispersados; y por vosotros me mostraré santo a los ojos de las naciones.42Sabréis que yo soy Yahveh, cuando os conduzca al suelo de Israel, a la tierra que, mano en alto, juré dar a vuestros padres.43Allí os acordaréis de vuestra conducta y de todas las acciones con las que os habéis contaminado, y cobraréis asco de vosotros mismos por todas las maldades que habéis cometido.44Sabréis que yo soy Yahveh, cuando actúe con vosotros por consideración a mi nombre, y no con arreglo a vuestra mala conducta y a vuestras corrompidas acciones, casa de Israel, oráculo del Señor Yahveh.