Scrutatio

Giovedi, 18 aprile 2024 - San Galdino ( Letture di oggi)

Ezequiel 10


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1Miré y vi que sobre el firmamento que estaba sobre la cabeza de los querubines aparecía, semejante a la piedra de zafiro, algo como una forma de trono, por encima de ellos.2Y dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre las ruedas, debajo de los querubines, toma a manos llenas brasas ardientes de entre los querubines y espárcelas por la ciudad». Y él entró, ante mis ojos.3Los querubines estaban parados a la derecha de la Casa cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior.4La gloria de Yahveh se elevó de encima de los querubines hacia el umbral de la Casa y la Casa se llenó de la nube, mientras el atrio estaba lleno del resplandor de la gloria de Yahveh.5Y el ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, semejante a la voz del Dios Sadday cuando habla.6Cuando dio esta orden al hombre vestido de lino: «Toma fuego de en medio de las ruedas, de entre los querubines», el hombré fue y se detuvo junto a la rueda;7el querubín alargó su mano de entre los querubines hacia el fuego que había en medio de los querubines, lo tomó y lo puso en las manos del hombre vestido de lino. Este lo tomó y salió.8Entonces apareció en los querubines una especie de mano humana debajo de sus alas.9Miré: había cuatro ruedas al lado de los querubines, cada rueda junto a cada querubín, y el aspecto de las ruedas era como el destello del crisólito.10Las cuatro parecían tener la misma forma, como si una rueda estuviese dentro de la otra.11En su marcha, avanzaban en las cuatro direcciones; no se volvían en su marcha; seguían, en efecto, la dirección del lado adonde miraba la cabeza, y no se volvían en su marcha.12Y todo su cuerpo, su espalda, sus manos y sus alas, así como las ruedas, estaban llenos de destellos todo alrededor; sus ruedas, las de los cuatro.13Oí que a las ruedas se les daba el nombre de «galgal».14Y cada uno tenía cuatro caras: la primera era la cara del querubín, la segunda una cara de hombre, la tercera una cara de león y la cuarta una cara de águila.15Los querubines se levantaron: era el ser que yo había visto sobre el río Kebar.16Cuando los querubines avanzaban, avanzaban las ruedas a su lado; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se volvían tampoco de su lado.17Cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando ellos se elevaban, se elevaban con ellos las ruedas, porque el espíritu del ser estaba en ellas.18La gloria de Yahveh salió de sobre el umbral de la Casa y se posó sobre los querubines.19Los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos, al salir, y las ruedas con ellos. Y se detuvieron a la entrada del pórtico oriental de la Casa de Yahveh; la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos.20Era el ser que yo había visto debajo del Dios de Israel en el río Kebar; y supe que eran querubines.21Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y bajo sus alas formas de manos humanas.22En cuanto a la forma de sus caras, tenían la apariencia de las caras que yo había visto junto al río Kebar. Cada uno marchaba de frente a derecho.