Scrutatio

Lunedi, 29 aprile 2024 - Santa Caterina da Siena ( Letture di oggi)

Sabiduría 12


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 pues tu espíritu incorruptible está en todas ellas.
1 porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas.
2 Por eso mismo gradualmente castigas a los que caen; les amonestas recordándoles en qué pecan para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor.
2 Por eso reprendes poco a poco a los que caen, y los amonestas recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor.
3 A los antiguos habitantes de tu tierra santa
3 A los antiguos habitantes de tu Tierra santa
4 los odiabas, porque cometían las más nefastas acciones, prácticas de hechicería, iniciaciones impías.
4 los aborreciste por sus prácticas detestables, actos de hechicería y ritos impíos.
5 A estos despiadados asesinos de sus hijos, devoradores de entrañas en banquetes de carne humana y de sangre, a estos iniciados en bacanales,
5 A esos crueles asesinos de niños, a esos devoradores de entrañas en banquetes de carne humana y de sangre, a esos iniciados en ritos sangrientos,
6 padres asesinos de seres indefensos, habías querido destruirlos a manos de nuestros padres,
6 a esos padres asesinos de seres indefensos, decidiste hacerlos perecer por las manos de nuestros padres,
7 para que la tierra que te era la más apreciada de todas, recibiera una digna colonia de hijos de Dios.
7 para que esta tierra, la más querida por ti entre todas, recibiera una digna colonia de hijos de Dios.
8 Pero aun con éstos, por ser hombres, te mostraste indulgente, y les enviaste avispas, como precursoras de tu ejército, que les fuesen poco a poco destruyendo.
8 Pero aun a ellos, por ser hombres, los trataste con indulgencia, y enviaste avispas como precursores de tu ejército, para que los exterminaran gradualmente.
9 No porque no pudieses en batalla campal entregar a los impíos en manos de los justos, o aniquilarlos de una vez con feroces fieras o con una palabra inexorable,
9 Ciertamente, tú hubieras podido, en una batalla campal, entregar a los impíos en manos de los justos, o bien aniquilarlos de un solo golpe por medio de animales feroces o por una sentencia inexorable.
10 sino que les concedías, con un castigo gradual, una ocasión de arrepentirse; aun sabiendo que era su natural perverso, su malicia innata, y que jamás cambiaría su manera de pensar
10 En cambio, ejecutando poco a poco tu sentencia, les dabas oportunidad de arrepentirse, aunque no ignorabas que su origen era perverso y su malicia innata y que jamás cambiarían su manera de pensar,
11 por ser desde el comienzo una raza maldita. Tampoco por temor a nadie concedías la impunidad a sus pecados.
11 porque una maldición pesaba sobre esa raza desde el principio. Y no fue por temor de nadie que les ofrecías dejar impunes sus pecados.
12 Pues ¿quién podría decirte: «¿Qué has hecho?» ¿Quién se opondría a tu sentencia? ¿Quién te citaría a juicio por destruir naciones por ti creadas? ¿Quién se alzaría contra ti como vengador de hombres inicuos?
12 ¿Quién podrá decirte: «¿Qué has hecho?». ¿Quién se opondrá a tu sentencia? ¿Quién te hará algún cargo por destruir a las naciones que tú creaste? ¿Quién se levantará contra ti como vengador de los injustos?
13 Pues fuera de ti no hay un Dios que de todas las cosas cuide, a quien tengas que dar cuenta de la justicia de tus juicios;
13 Porque, fuera de ti, no hay otro Dios que cuide de todos, a quien tengas que probar que tus juicios no son injustos;
14 ni hay rey ni soberano que se te enfrente en favor de los que has castigado.
14 ni tampoco hay rey ni soberano que pueda enfrentarse contigo para defender a los que tú has castigado.
15 Sino que, como eres justo, con justicia administras el universo, y miras como extraño a tu poder condenar a quien no merece ser castigado.
15 Como eres justo, riges el universo con justicia, y consideras incompatible con tu poder condenar a quien no merece ser castigado.
16 Tu fuerza es el principio de tu justicia y tu señorío sobre todos los seres te hace indulgente con todos ellos
16 Porque tu fuerza es el principio de tu justicia, y tu dominio sobre todas las cosas te hace indulgente con todos.
17 Ostentas tu fuerza a los que no creen en la plenitud de tu poder, y confundes la audacia de los que la conocen.
17 Tú muestras tu fuerza cuando alguien no cree en la plenitud de tu poder, y confundes la temeridad de aquellos que la conocen.
18 Dueño de tu fuerza, juzgas con moderación y nos gobiernas con mucha indulgencia porque, con sólo quererlo, lo puedes todo.
18 Pero, como eres dueño absoluto de tu fuerza, juzgas con serenidad y nos gobiernas con gran indulgencia, porque con sólo quererlo puedes ejercer tu poder.
19 Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo del hombre, y diste a tus hijos la buena esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.
19 Al obrar así, tú enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo de los hombres y colmaste a tus hijos de una feliz esperanza, porque, después del pecado, das lugar al arrepentimiento.
20 Pues si a los enemigos de tus hijos, merecedores de la muerte, con tanto miramiento e indulgencia los castigaste dándoles tiempo y lugar para apartarse de la maldad,
20 Si a los enemigos de tus hijos, que eran reos de muerte, los castigaste con tanta consideración y miramiento, dándoles el tiempo y el lugar para apartarse de su maldad,
21 ¿con qué consideración no juzgaste a los hijos tuyos, a cuyos padres con juramentos y pactos tan buenas promesas hiciste?
21 ¡con cuántas más precauciones habrás juzgado a tus hijos, tú que con juramentos y alianzas, hiciste a sus padres tan magníficas promesas!
22 Así pues, para aleccionarnos, a nuestros enemigos los flagelas con moderación, para que, al juzgar, tengamos en cuenta tu bondad y, al ser juzgados, esperemos tu misericordia.
22 Así, cuando castigas a nuestros enemigos con moderación, nos instruyes a fin de que, al juzgar a los otros, recordemos tu bondad y, al ser juzgados, contemos con tu misericordia.;
23 Por tanto, también a los que inicuamente habían vivido una vida insensata les atormentaste con sus mismas abominaciones.
23 Por eso, a los que en su locura habían llevado una vida injusta, los atormentaste con sus propias abominaciones,
24 Demasiado, en verdad, se habían desviado por los caminos del error, teniendo por dioses a los más viles y despreciables, animales, dejándose engañar como pequeñuelos inconscientes.
24 porque se habían extraviado demasiado lejos, por los caminos del error, tomando por dioses a los animales más viles y despreciables y dejándose engañar como niños sin juicio.
25 Por eso, como a niños sin seso, les enviaste una irrisión de castigo.
25 Entonces, como a niños que no razonan, les enviaste un castigo irrisorio.
26 Pero los que con una reprimenda irrisoria no se enmendaron, iban a experimentar un castigo digno de Dios.
26 Pero aquellos que no se enmendaron con esa corrección irrisoria soportarán un juicio digno de Dios.
27 A la vista de los seres que les atormentaban y les indignaban, de aquellos seres que tenían por dioses y eran ahora su castigo, abrieron los ojos y reconocieron por el Dios verdadero a aquel que antes se negaban a conocer. Por lo cual el supremo castigo descargó sobre ellos.
27 Exasperados por los animales que los hacían sufrir y viéndose castigados por aquellos a quienes tenían por dioses, reconocieron como Dios verdadero al que antes se negaban a conocer. Por eso se abatió sobre ellos todo el rigor de la condena. Es así, que cayó sobre ellos el peor de los castigos.