Scrutatio

Mercoledi, 24 aprile 2024 - San Fedele da Sigmaringen ( Letture di oggi)

Gálatas 4


font

1Pues yo digo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo;2sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre.3De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo.4Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,5para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.6La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!7De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.8Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses.9Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo?10Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años.11Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros.12Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis.13Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez;14y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a Cristo Jesús.15¿Dónde están ahora los parabienes que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos.16¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad?17El celo que ésos muestran por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis celo por ellos.18Bien está procurarse el celo de otros para el bien, siempre, y no sólo cuando yo estoy entre vosotros,19¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros.20Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros.21Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley?.22Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.23Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa.24Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar,25(pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Jerusalén actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos.26Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre,27pues dice la Escritura: Regocíjate estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada.28Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa.29Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora.30Pero ¿qué dice la Escritura? Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar el hijo de la esclava juntamente con el hijo de la libre.31Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.