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Martedi, 14 maggio 2024 - San Mattia ( Letture di oggi)

Salmos 107


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor!

1 ¡Aleluya!
Dad gracias a Yahveh, porque es bueno,
porque es eterno su amor.
2 Que lo digan los redimidos por el Señor,

los que él rescató del poder del enemigo

2 Que lo digan los redimidos de Yahveh,
los que él ha redimido del poder del adversario,
3 y congregó de todas las regiones:

del norte y del sur, del oriente y el occidente;

3 los que ha reunido de entre los países,
de oriente y de poniente, del norte y mediodía.
4 los que iban errantes por el desierto solitario,

sin hallar el camino hacia un lugar habitable.

4 En el desierto erraban, por la estepa,
no encontraban camino de ciudad habitada;
5 Estaban hambrientos, tenían sed

y ya les faltaba el aliento;

5 hambrientos, y sedientos,
desfallecía en ellos su alma.
6 pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:

6 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro,
y él los libró de sus angustias,
7 los llevó por el camino recto,

y así llegaron a un lugar habitable.

7 les condujo por camino recto,
hasta llegar a ciudad habitada.
8 Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres,

8 ¡Den gracias a Yahveh por su amor,
por sus prodigios con los hijos de Adán!
9 porque él sació a los que sufrían sed

y colmó de bienes a los hambrientos.

9 Porque él sació el alma anhelante,
el alma hambrienta saturó de bienes.
10 Estaban en tinieblas, entre sombras de muerte,

encadenados y en la miseria,

10 Habitantes de tiniebla y sombra,
cautivos de la miseria y de los hierros,
11 por haber desafiado las órdenes de Dios

y despreciado el designio del Altísimo.

11 por haber sido rebeldes a las órdenes de Dios
y haber despreciado el consejo del Altísimo,
12 El los había agobiado con sufrimientos,

sucumbían, y nadie los ayudaba;

12 él sometió su corazón a la fatiga,
sucumbían, y no había quien socorriera.
13 pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:

13 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro,
y él los salvó de sus angustias,
14 los sacó de las tinieblas y las sombras,

e hizo pedazos sus cadenas.

14 los sacó de la tiniebla y de la sombra,
y rompió sus cadenas.
15 Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres,

15 ¡Den gracias a Yahveh por su amor,
por sus prodigios con los hijos de Adán!
16 porque él destrozó las puertas de bronce

y quebró los cerrojos de hierro.

16 Pues las puertas de bronce quebrantó,
y los barrotes de hierro hizo pedazos.
17 Estaban debilitados y oprimidos,

a causa de sus rebeldías y sus culpas;

17 Embotados de resultas de sus yerros,
miserables a causa de sus culpas,
18 la comida les daba náuseas,

y ya tocaban las puertas de la muerte.

18 todo manjar les daba náusea,
tocaban ya a las puertas de la muerte.
19 Pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:

19 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro,
y él los salvó de sus angustias;
20 envió su palabra y los sanó,

salvó sus vidas del sepulcro.

20 su palabra envió para sanarlos
y arrancar sus vidas de la fosa.
21 Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres:

21 ¡Den gracias a Yahveh por su amor,
por sus prodigios con los hijos de Adán!
22 ofrézcanle sacrificios de acción de gracias

y proclamen con júbilo sus obras.

22 Ofrezcan sacrificios de acción de gracias, y sus obras
pregonen con gritos de alegría.
23 Los que viajaron en barco por el mar,

para traficar por las aguas inmensas,

23 Los que a la mar se hicieron en sus naves,
llevando su negocio por las muchas aguas,
24 contemplaron las obras del Señor,

sus maravillas en el océano profundo.

24 vieron las obras de Yahveh,
sus maravillas en el piélago.
25 Con su palabra desató un vendaval,

que encrespaba las olas del océano:

25 Dijo, y suscitó un viento de borrasca,
que entumeció las olas;
26 ellos subían hasta el cielo, bajaban al abismo,

se sentían desfallecer por el mareo,

26 subiendo hasta los cielos, bajando hasta el abismo,
bajo el peso del mal su alma se hundía;
27 se tambaleaban dando tumbos como ebrios,

y su pericia no les valía de nada.

27 dando vuelcos, vacilando como un ebrio,
tragada estaba toda su pericia.
28 Pero en la angustia invocaron al Señor,

y él los libró de sus tribulaciones:

28 Y hacia Yahveh gritaron en su apuro,
y él los sacó de sus angustias;
29 cambió el huracán en una brisa suave

y se aplacaron las olas del mar;

29 a silencio redujo la borrasca,
y las olas callaron.
30 entonces se alegraron de aquella calma,

y el Señor los condujo al puerto deseado.

30 Se alegraron de verlas amansarse,
y él los llevó hasta el puerto deseado.
31 Den gracias al Señor por su misericordia

y por sus maravillas en favor de los hombres:

31 ¡Den gracias a Yahveh por su amor,
por sus prodigios con los hijos de Adán!
32 aclámenlo en la asamblea del pueblo,

alábenlo en el consejo de los ancianos.

32 ¡Ensálcenle en la asamblea del pueblo,
en el concejo de los ancianos le celebren!
33 El hizo de los ríos un desierto

y de los oasis, una tierra estéril;

33 El cambia los ríos en desierto,
y en suelo de sed los manantiales,
34 transformó el suelo fértil en una salina,

por la maldad de sus habitantes.

34 la tierra fértil en salinas,
por la malicia de sus habitantes.
35 Convirtió el desierto en un lago,

y la tierra reseca en un oasis:

35 Y él cambia el desierto en un estanque,
y la árida tierra en manantial.
36 allí puso a los hambrientos,

y ellos fundaron una ciudad habitable.

36 Allí asienta a los hambrientos,
y ellos fundan una ciudad habitada.
37 Sembraron campos y plantaron viñas,

que produjeron frutos en las cosechas;

37 Y siembran campos, plantan viñas,
que producen sus frutos de cosecha.
38 él los bendijo y se multiplicaron,

y no dejó que les faltara el ganado.

38 El los bendice y crecen mucho
y no deja que mengüen sus ganados.
39 Cuando eran pocos, y estaban abatidos

por el peso de la desgracia y la aflicción,

39 Menguados estaban, y abatidos
por la tenaza del mal y la aflicción.
40 el que cubre de vergüenza a los príncipes

y los extravía por un desierto sin huellas,

40 El que vierte desprecio sobre príncipes,
los hacía errar por caos sin camino.
41 levantó a los pobres de la miseria

y multiplicó sus familias como rebaños.

41 Mas él recobra de la miseria al pobre,
aumenta como un rebaño las familias;
42 Que los justos lo vean y se alegren,

y enmudezcan todos los malvados.

42 los hombres rectos lo ven y se recrean,
y toda iniquidad cierra su boca.
43 El que es sabio, que retenga estas cosas

y comprenda la misericordia del Señor.

43 ¿Hay algún sabio? ¡Que garde estas cosas,
y comprenda el amor de Yahveh!