1 Tu esperanza se vería defraudada: con sólo mirarlo quedarías aterrado. | 1 ¡Sería vana tu esperanza porque su vista sola aterra! |
2 ¿No es demasiado feroz para excitarlo? ¿Quién podría resistir ante él | 2 No hay audaz que lo despierte, ¿y quién podrá resistir ante él? |
3 ¿Quién lo enfrentó, y quedó sano y salvo? ¡Nadie debajo de los cielos! | 3 ¿Quién le hizo frente y quedó salvo? ¡Ninguno bajo la capa de los cielos! |
4 No dejaré de mencionar sus miembros, hablaré de su fuerza incomparable. | 4 Mencionaré también sus miembros, hablaré de su fuerza incomparable. |
5 ¿Quién rasgó el exterior de su manto o atravesó su doble coraza? | 5 ¿Quién rasgó la delantera de su túnica y penetró en su coraza doble? |
6 ¿Quién forzó las puertas de sus fauces? ¡En torno de sus colmillos reina el terror! | 6 ¿Quién abrió las hojas de sus fauces? ¡Reina el terror entre sus dientes! |
7 Su dorso es una hilera de escudos, trabados por un sello de piedra. | 7 Su dorso son hileras de escudos, que cierra un sello de piedra. |
8 Se aprietan unos contra otros, ni una brisa pasa en medio de ellos. | 8 Están apretados uno a otro, y ni un soplo puede pasar entre ellos. |
9 Están adheridos entre sí, forman un bloque y no se separan. | 9 Están pegados entre sí y quedan unidos sin fisura. |
10 Su estornudo arroja rayos de luz, sus ojos brillan como los destellos de la aurora. | 10 Echa luz su estornudo, sus ojos son como los párpados de la aurora. |
11 De sus fauces brotan antorchas, chispas de fuego escapan de ellas. | 11 Salen antorchas de sus fauces, chispas de fuego saltan. |
12 Sale humo de sus narices como de una olla que hierve sobre el fuego. | 12 De sus narices sale humo, como de un caldero que hierve junto al fuego. |
13 Su aliento enciende los carbones, una llamarada sale de su boca. | 13 Su soplo enciende carbones, una llama sale de su boca. |
14 En su cerviz reside la fuerza y cunde el pánico delante de él. | 14 En su cuello se asienta la fuerza, y ante él cunde el espanto. |
15 Sus carnes son macizas: están pegadas a él y no se mueven. | 15 Son compactas las papadas de su carne: están pegadas a ella, inseparables. |
16 Su corazón es duro como una roca, resistente como una piedra de molino. | 16 Su corazón es duro como roca, resistente como piedra de molino. |
17 Cuando se yergue, tiemblan las olas, se retira el oleaje del mar. | 17 Cuando se yergue, se amedrentan las olas, y las ondas del mar se retiran. |
18 La espada lo toca, pero no se clava, ni tampoco la lanza, el dardo o la jabalina. | 18 Le alcanza la espada sin clavarse, lo mismo la lanza, jabalina o dardo. |
19 El hierro es como paja para él, y el bronce, como madera podrida. | 19 Para él e hierro es sólo paja, el bronce, madera carcomida. |
20 Las flechas no lo hacen huir, las piedras de la honda se convierten en estopa. | 20 No le ahuyentan los disparos del arco, cual polvillo le llegan las piedras de la honda. |
21 La maza le parece una brizna de hierba y se ríe del estruendo del sable. | 21 Una paja le parece la maza, se ríe del venablo que silba. |
22 Tiene por debajo tejas puntiagudas, se arrastra como un rastrillo sobre el barro. | 22 Debajo de él tejas puntiagudas: un trillo que va pasando por el lodo. |
23 Hace hervir las aguas profundas como una olla, convierte el mar en un pebetero. | 23 Hace del abismo una olla borbotante, cambia el mar en pebetero. |
24 Deja detrás de él una estela luminosa: el océano parece cubierto de una cabellera blanca. | 24 Deja tras sí una estela luminosa, el abismo diríase una melena blanca. |
25 No hay en la tierra nadie igual a él, ha sido hecho para no temer nada. | 25 No hay en la tierra semejante a él, que ha sido hecho intrépido. |
26 Mira de frente a los más encumbrados, es el rey de las bestias más feroces. | 26 Mira a la cara a los más altos, es rey de todos los hijos del orgullo. |