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Sabato, 4 maggio 2024 - San Ciriaco ( Letture di oggi)

Ezequiel 21


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:1 La palabra del Señor me llegó en estos términos:
2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el mediodía, destila tus palabras hacia el sur, profetiza contra el bosque de la región del Négueb.2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro en dirección al sur, vaticina hacia el sur y profetiza contra el bosque del campo del Négueb.
3 Dirás al bosque del Négueb: Escucha la palabra de Yahveh. Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo te prendo fuego, que devorará todo árbol verde y todo árbol seco; será una llama que no se apagará, y arderá todo, desde el Négueb hasta el Norte.3 Tú dirás al bosque del Négueb: Escucha la palabra del Señor. Así habla el Señor: Yo voy a prenderte fuego, y él consumirá todo árbol verde y todo árbol seco. La llama ardiente no se extinguirá y arderá toda la superficie, desde el Négueb hasta el norte.
4 Todo el mundo verá que yo, Yahveh, lo he encendido; y no se apagará.4 Y todos los mortales verán que yo, el Señor, soy el que encendí ese fuego, que no se extinguirá.
5 - Yo dije: ¡Ah, Señor Yahveh!, ésos andan diciendo de mí: «¿No es éste un charlatán de parábolas?» -5 Yo exclamé: ¡Ay, Señor! Ellos andan diciendo de mí: «¡Este no es más que un fabulador!».
6 Entonces, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:6 La palabra del Señor me llegó en estos términos:
7 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, destila tus palabras hacia su santuario y profetiza contra la tierra de Israel.7 Hijo del hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, vaticina contra sus santuarios y profetiza contra la tierra de Israel.
8 Dirás a la tierra de Israel: Así dice el Señor Yahveh: Aquí estoy contra ti; voy a sacar mi espada de la vaina y extirparé de ti al justo y al malvado.8 Tú dirás a la tierra de Israel: Así habla el Señor: Aquí estoy contra ti: yo sacaré mi espada de su vaina y extirparé de ti al justo y al impío.
9 Para extirpar de ti al justo y al malvado va a salir mi espada de la vaina, contra toda carne, desde el Négueb hasta el Norte.9 Porque quiero extirpar de ti al justo y al impío, por eso saldrá mi espada de su vaina contra todos ustedes, desde el sur hasta el norte.
10 Y todo el mundo sabrá que yo, Yahveh, he sacado mi espada de la vaina; no será envainada.10 Y todos los mortales sabrán que yo, el Señor, he sacado mi espada de su vaina, y no volverá a ser envainada.
11 Y tú, hijo de hombre, lanza gemidos, con corazón quebrantado. Lleno de amargura, lanzarás gemidos ante sus ojos.11 Y tú, hijo de hombre, gime; agobiado por el dolor, gime amargamente a la vista de ellos.
12 Y si acaso te dicen: «¿Por qué esos gemidos?», dirás: «Por causa de una noticia a cuya llegada todos los corazones desfallecerán, desmayarán todos los brazos, todos los espíritus se amilanarán, y todas las rodillas se irán en agua. Ved que ya llega; es cosa hecha, oráculo del Señor Yahveh».12 Y cuando te pregunten: «¿Por qué gimes?», tú les responderás: Es por una noticia. Apenas llegue, desfallecerán todos los corazones, se paralizarán todas las manos, decaerán todos los espíritus y flaquearán todas las rodillas. Y a está por llegar, ya va a suceder –oráculo del Señor–.
13 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:13 La palabra del Señor me llegó en estos términos:
14 Hijo de hombre, profetiza. Dirás: Así dice el Señor. Di: ¡Espada, espada! Afilada está, bruñida.14 Profetiza, hijo de hombre, y di: Así habla el Señor: ¡Una espada, una espada afilada y bruñida!
15 Para la matanza está afilada, para centellear está bruñida...15 Afilada para provocar una masacre, bruñida para fulgurar como el rayo,
16 Se la ha hecho bruñir para empuñarla; ha sido afilada la espada, ha sido bruñida para ponerla en mano de matador.16 Se la hizo bruñir para empuñarla: la espada fue afilada y bruñida para ponerla en mano de un verdugo.
17 Grita, da alaridos, hijo de hombre, porque está destinada a mi pueblo, a todos los príncipes de Israel destinados a la espada con mi pueblo. Por eso golpéate el pecho,17 ¡Grita, laméntate, hijo de hombre, porque ella se alza contra mi pueblo, contra todos los príncipes de Israel, entregados a la espada junto con mi pueblo! Por eso, golpéate el pecho,
18 pues la prueba está hecha... oráculo del Señor Yahveh.18 porque es el momento de la prueba... –oráculo del Señor–.
19 Y tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas. ¡Golpee la espada dos, tres veces, la espada de las víctimas, la espada de la gran víctima, que les amenaza en torno!19 Y tú, hijo de hombre, profetiza, golpea con las palmas de tus manos. Que la espada duplique y triplique sus golpes: ella es la espada de las matanzas, la gran espada de la matanza que los tiene acorralados.
20 A fin de que desmaye el corazón y abunden las ocasiones de caída, en todas las puertas he puesto yo matanza por la espada, hecha para centellear, bruñida para la matanza.20 Para que desfallezcan los corazones y haya muchas víctimas, yo he puesto en todas las puertas una espada, hecha para fulgurar como el rayo, bruñida para provocar una masacre.
21 ¡Toma un rumbo: a la derecha, vuélvete a la izquierda, donde tus filos sean requeridos!21 ¡Muestra tu filo a la derecha, toma posición a la izquierda, donde quiera seas dirigida!
22 Yo también batiré palmas, saciaré mi furor. Yo, Yahveh, he hablado.22 Yo también golpearé con las palmas de mis manos y aplacaré mi furor. Yo, el Señor, he hablado.
23 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:23 La palabra del Señor me llegó en estos términos:
24 Y tú, hijo de hombre, marca dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia, que salgan los dos del mismo país, y marca una señalización, márcala en la cabecera del camino de la ciudad;24 Y tú, hijo de hombre, traza dos caminos para que llegue la espada del rey de Babilonia. Los dos caminos arrancarán de un mismo país. A la entrada de cada camino, pondrás una señal indicando la dirección de una ciudad.
25 trazarás el camino para que venga la espada hacia Rabbá de los ammonitas y hacia Judá, a la fortaleza de Jerusalén.25 Tú trazarás el camino para que la espada llegue a Rabá de los amonitas, y a Judá, que tiene su plaza fuerte en Jerusalén.
26 Porque el rey de Babilonia se ha detenido en el cruce, en la cabecera de los dos caminos, para consultar a la suerte. Ha sacudido las flechas, ha interrogado a los terafim, ha observado el hígado.26 Porque el rey de Babilonia se ha detenido en la encrucijada, allí donde se bifurcan los caminos, para consultar los presagios: sacude las flechas, consulta a los ídolos y examina el hígado de las víctimas.
27 En su mano derecha está la suerte de Jerusalén: para situar arietes, dar la orden de matanza, lanzar el grito de guerra, situar arietes contra las puertas, levantar un terraplén, hacer trincheras.27 En su mano derecha está el presagio que señala «Jerusalén», para ordenar la matanza, lanzar el grito de guerra, colocar arietes contra las puertas, levantar terraplenes y construir torres de asalto.
28 Para ellos y a sus ojos, no es más que un vano presagio: se les había dado un juramento. Pero él recuerda las culpas por las que caerán presos.28 A los habitantes de Jerusalén les parecerá que ese presagio es falso, porque tienen a su favor un juramento solemne. Pero él les recordará su delito, y serán capturados.
29 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Por haber hecho recordar vuestras culpas, descubriendo vuestros crímenes, haciendo aparecer vuestros pecados en todas vuestras acciones, y porque así se os ha recordado, caeréis presos en su mano.29 Por eso, así habla el Señor: Porque ustedes, al ser descubiertas sus rebeldías, al ponerse en evidencia los pecados que han cometido en todas sus acciones, han hecho que se les recordara su delito; y por que se han acordado de ustedes, por eso, serán capturados.
30 En cuanto a ti, vil criminal, príncipe de Israel, cuya hora ha llegado con la última culpa,30 En cuanto a ti, infame malvado, príncipe de Israel, cuyo día ha llegado al mismo tiempo que la expiación final,
31 así dice el Señor Yahveh: La tiara se quitará, se depondrá la corona, todo será transformado; lo humilde será elevado, lo elevado será humillado.31 así habla el Señor: ¡Saquen el turbante, quiten la diadema! Esto ya no será más así: lo humilde será elevado, lo excelso será humillado.
32 Ruina, ruina, ruina, eso es lo que haré con él, como jamás la hubo, hasta que llegue aquel a quien corresponde el juicio y a quien yo se lo entregaré.32 ¡Ruinas, ruinas, todo lo convierto en ruinas! Pero esto no sucederá hasta que llegue aquel a quien le pertenece el juicio, y a él se lo daré.
33 Y tú, hijo de hombre, profetiza y di: Así dice el Señor Yahveh a los ammonitas y sus burlas. Dirás: ¡La espada, la espada está desenvainada para la matanza, bruñida para devorar, para centellear33 Y tú, hijo de hombre, profetiza. Tú dirás: Así habla el Señor acerca de los amonitas y de sus sarcasmos. Tú dirás: ¡Una espada, una espada! Desenvainada para la masacre, bruñida para devorar, para fulgurar como el rayo,
34 - mientras se tienen para ti visiones vanas, y para ti se presagia la mentira -, para degollar a los viles criminales cuya hora ha llegado con la última culpa!34 para descargarla sobre el cuello de los infames malvados, cuyo día llegará al mismo tiempo que la expiación final, mientras se tienen acerca de ti visiones ilusorias y se predice la mentira.
35 Vuélvela a la vaina. En el lugar donde fuiste creada, en tu tierra de origen, te juzgaré yo;35 ¡Vuelve la espada a la vaina! En el mismo lugar donde fuiste creado, en tu país de origen, yo te juzgaré.
36 derramaré sobre ti mi ira, soplaré contra ti el fuego de mi furia, y te entregaré en manos de hombres bárbaros, agentes de destrucción.36 Derramaré mi indignación sobre ti, atizaré contra ti el fuego de mi furor, y te entregaré en manos de gente brutal, artífices del exterminio.
37 Serás pasto del fuego, tu sangre correrá en medio del país, no quedará de ti recuerdo alguno, porque yo, Yahveh, he hablado.37 Serás presa del fuego, tu sangre correrá en medio del país, y no quedará ni el recuerdo de ti, porque yo, el Señor, he hablado.