Scrutatio

Giovedi, 2 maggio 2024 - Sant´ Atanasio ( Letture di oggi)

Sabiduría 16


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Por eso, mediante seres semejantes, fueron justamente castigados; una multitud de bichos les sometieron a tormento.
1 Por eso, con toda justicia fueron castigados con seres semejantes y atormentados con una infinidad de bichos.
2 En vez de tal castigo, concediste favores a tu pueblo: para satisfacer su voraz apetito, les preparaste como alimento un manjar exquisito: codornices;
2 En lugar de ese castigo, fuiste benévolo con tu pueblo, y para satisfacer su voraz apetito, le preparaste como alimento un manjar exquisito: ¡las codornices!
3 para que aquéllos, aun ansiando el alimento, por el asqueroso aspecto de los bichos que les enviabas, hasta el apetito natural perdiesen, y éstos, pasadas unas breves privaciones, viniesen a gustar manjares exquisitos.
3 Así los egipcios, a pesar de su deseo de comer, perdieron el apetito natural, ante el aspecto repugnante de los animales enviados contra ellos; tu pueblo, en cambio, sometido a privación por poco tiempo, participó de un manjar exquisito.
4 Era razón que aquéllos, los opresores, sufrieran un hambre irremediable, mientras a éstos bastaba mostrarles la clase de tormento que sus enemigos padecían.
4 Porque era necesario que a aquellos opresores les sobreviniera una penuria inevitable y que a estos sólo se les hiciera ver cómo eran atormentados sus enemigos.
5 Incluso cuando cayó sobre ellos la ira terrible de animales feroces, cuando por mordeduras de sinuosas serpientes perecían, no persistió tu cólera hasta el fin.
5 Incluso cuando se desencadenó sobre tu pueblo el furor terrible de animales feroces, y ellos perecían por la mordedura de serpientes huidizas, tu ira no duró hasta el extremo.
6 Como advertencia se vieron atribulados por breve tiempo, pues tenían una señal de salvación como recuerdo del mandamiento de tu Ley;
6 A manera de advertencia, fueron atribulados por poco tiempo, teniendo ya una prenda de salvación para que recordaran el mandamiento de tu Ley;
7 y el que a ella se volvía, se salvaba, no por lo que contemplaba, sino por ti, Salvador de todos.
7 en efecto, aquel que se volvía hacia ella era salvado, no por lo que contemplaba, sino por ti, el Salvador de todos.
8 De este modo convenciste a nuestros enemigos de que tú eres el que libras de todo mal:
8 Así demostraste a nuestros enemigos que eres tú el que libra de todo mal:
9 a ellos picaduras de langostas y moscas los mataban, - y bien merecían que bichos tales los castigasen - sin que remedio hallaran para su vida;
9 ellos murieron por la picadura de langostas y moscas, y no se podía encontrar un remedio para sus vidas, porque merecían ser castigados por esos animales.
10 a tus hijos, en cambio, ni dientes de serpientes venenosas los vencieron, pues vino tu misericordia en su socorro y los sanó.
10 Pero contra tus hijos, ni siquiera pudieron los dientes de las serpientes venenosas, porque tu misericordia vino a su encuentro y los sanó.
11 Las mordeduras - pronto curadas - les recordaban tus preceptos no fuera que, cayendo en profundo olvido, se vieran excluidos de tu liberalidad.
11 Para que se acordaran de tus palabras, eran aguijoneados y se curaban rápidamente, no sea que cayeran en un profundo olvido y así quedaran excluidos de tu acción bienhechora.
12 Ni los curó hierba ni emplasto alguno, sino tu palabra, Señor, que todo lo sana.
12 Y no los sanaron las hierbas ni los ungüentos sino tu palabra, Señor, que todo lo cura.
13 Pues tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas del Hades y de allí subir.
13 Porque tú tienes poder sobre la vida y la muerte, haces bajar a las puertas del Abismo y haces subir de allí.
14 El hombre, en cambio, puede matar por su maldad, pero no hacer tornar al espíritu que se fue, ni liberar al alma ya acogida en el Hades.
14 El hombre, en su malicia, puede matar, pero no hace volver el espíritu una vez que se fue, ni libera al alma recibida por el Abismo.
15 Es imposible escapar de tu mano.
15 Es imposible escapar de tu mano.
16 Los impíos que rehusaban conocerte fueron fustigados por la fuerza de tu brazo; lluvias insólitas, granizadas, aguaceros implacables los persigueron y el fuego los devoró.
16 Los impíos que rehusaban conocerte fueron golpeados por la fuerza de tu brazo: los acosaron lluvias insólitas, granizadas, aguaceros implacables, y el fuego los consumió.
17 Y lo más extraño era que con el agua, que todo lo apaga, el fuego cobraba una violencia mayor. El universo, en efecto, combate en favor de los justos.
17 Pero lo más extraño era que en el agua, que todo lo apaga, el fuego se encendía más, porque el universo combate en defensa de los justos.
18 Las llamas unas veces se amansaban para no consumir a los animales enviados contra los impíos, y darles a entender, por lo que veían, que el juicio de Dios les hostigaba;
18 Unas veces, las llamas se apaciguaban para no abrasar a los animales enviados contra los impíos, y para que, al verlas, estos se sintieran perseguidos por un juicio de Dios.
19 pero otras, aun en medio de las aguas, abrasaban con fuerza superior a la del fuego para destruir las cosechas de una tierra inicua.
19 Otras veces, dentro mismo del agua, las llamas ardían con una fuerza superior a la del fuego, para destruir las cosechas de una tierra injusta.
20 A tu pueblo, por el contrario, le alimentaste con manjar de ángeles; les suministraste, sin cesar desde el ciel un pan ya preparado que podía brindar todas las delicias y satisfacer todos los gustos.
20 En lugar de esto, nutriste a tu pueblo con un alimento de ángeles, y sin que ellos se fatigaran, les enviaste desde el cielo un pan ya preparado, capaz de brindar todas las delicias y adaptado a todos los gustos.
21 El sustento que les dabas revelaba tu dulzura con tus hijos pues, adaptándose al deseo del que lo tomaba, se tranformaba en lo que cada uno quería.
21 Y el sustento que les dabas manifestaba tu dulzura hacia tus hijos, porque, adaptándose al gusto del que lo comía, se transformaba según el deseo de cada uno.
22 Nieve y hielo resistían al fuego sin fundirse, para que supieran que el fuego, para destruir las cosechas de sus enemigos, entre el granizo abrasaba y fulguraba entre la lluvia,
22 La nieve y el hielo resistían al fuego sin derretirse, a fin de que supieran que solamente los frutos de los enemigos eran destruidos por el fuego que ardía en medio del granizo y fulguraba bajo la lluvia;
23 mientras que, para que los justos pudieran sustentarse, hasta de su natural poder se olvidaba.
23 mientras que, por el contrario, ese mismo fuego olvidaba hasta su propio poder, para respetar el alimento de los justo.
24 Porque la creación, sirviéndote a ti, su Hacedor, se embravece para castigo de los inicuos y se amansa en favor de los que en ti confían.
24 Porque la creación, que está al servicio de ti, su Creador, se pone en tensión para castigar a los injustos y se distiende para beneficiar a los que confían en ti.
25 Por eso, también entonces, cambiándose en todo, servía a tu liberalidad que a todos sustenta, conforme al deseo de los necesitados.
25 Por eso también entonces, transformándose completamente, ella estaba al servicio de tu generosidad, que a todos alimenta, de acuerdo con el deseo de los que te suplicaban.
26 De este modo enseñabas a tus hijos queridos, Señor, que no son las diversas especies de frutos los que alimentan al hombre, sino que es tu palabra la que mantiene a los que creen en ti.
26 Así los hijos que tú has amado, Señor, debían aprender que no son las diversas clases de frutos los que alimentan al hombre, sino que es tu palabra la que sostiene a los que creen en ti.
27 El fuego no alcanzaba a disolver lo que sencillamente derretía el calor de un breve rayo de sol.
27 Porque lo que el fuego no lograba destruir se derretía al simple calor de un tenue rayo de sol,
28 Con ello le enseñabas que debían adelantarse al sol para darte gracias y recurrir a ti al rayar el día,
28 para que se pusiera bien de manifiesto que hay que anticiparse al sol para darte gracias y encontrarse contigo al despuntar el día.
29 pues la esperanza del ingrato como escarcha invernal se derrite y corre como agua inútil.
29 Pero la esperanza del ingrato se diluirá como la escarcha invernal y correrá como agua inservible.