Scrutatio

Martedi, 30 aprile 2024 - San Pio V ( Letture di oggi)

1 Samuel 2


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BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Entonces Ana dijo esta oración: «Mi corazón exulta en Yahveh, mi cuerno se levanta en Dios, mi boca se dilata contra mis enemigos, porque me he gozado en tu socorro.1 Entonces Ana oró, diciendo: «Mi corazón se regocija en el Señor, tengo la frente erguida gracias a mi Dios. Mi boca se ríe de mis enemigos, porque tu salvación me ha llenado de alegría.
2 No hay Santo como Yahveh, (porque nadie fuera de ti), ni roca como nuestro Dios.2 No hay Santo como el Señor, porque no hay nadie fuera de ti, y no hay Roca como nuestro Dios.
3 No multipliquéis palabras altaneras. No salga de vuestra boca la arrogancia. Dios de sabiduría es Yahveh, suyo es juzgar las acciones.3 No hablen con tanta arrogancia, que la insolencia no les brote de la boca, porque el Señor es el Dios que lo sabe todo, y es él quien valora las acciones.
4 El arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se ciñen de fuerza.4 El arco de los valientes se ha quebrado, y los vacilantes se ciñen de vigor;
5 Los hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo. La estéril da a luz siete veces, la de muchos hijos se marchita.5 los satisfechos se contratan por un pedazo de pan, y los hambrientos dejan de fatigarse; la mujer estéril da a luz siete veces, y la madre de muchos hijos se marchita.
6 Yahveh da muerte y vida, hace bajar al seol y retornar.6 El Señor da la muerte y la vida, hunde en el Abismo y levanta de él.
7 Yahveh enriquece y despoja, abate y ensalza.7 El Señor da la pobreza y la riqueza, humilla y también enaltece.
8 Levanta del polvo al humilde, alza del muladar al indigente para hacerle sentar junto a los nobles, y darle en heredad trono de gloria, pues de Yahveh los pilares de la tierra y sobre ellos ha sentado el universo.8 El levanta del polvo al desvalido y alza al pobre de la miseria, para hacerlos sentar con los príncipes y darles en herencia un trono de gloria; porque del Señor son las columnas de la tierra y sobre ellas afianzó el mundo.
9 Guarda los pasos de sus fieles, y los malos perecen en tinieblas, (pues que no por la fuerza triunfa el hombre).9 El protege los pasos de sus fieles, pero los malvados desaparecerán en las tinieblas, porque el hombre no triunfa por su fuerza.
10 Yahveh, ¡quebrantados sus rivales! el Altísimo truena desde el cielo. Yahveh juzga los confines de la tierra, da pujanza a su Rey, exalta el cuerno de su Ungido».10 Los rivales del Señor quedan aterrados, el Altísimo truena desde el cielo. El Señor juzga los confines de la tierra; él fortalece a su rey y exalta la frente de su Ungido».
11 Partió Elcaná para Ramá, y el niño se quedó para servir a Yahveh a las órdenes del sacerdote Elí.11 Luego Elcaná se fue a su casa en Ramá, y el niño quedó al servicio del Señor, a las órdenes del sacerdote Elí.
12 Los hijos de Elí eran unos malvados que no conocían a Yahveh12 Los hijos de Elí eran unos canallas, que no reconocían al Señor
13 ni las normas de los sacerdotes respecto del pueblo: cuando alguien ofrecía un sacrificio, venía el criado del sacerdote, mientras se estaba cociendo la carne, con el tenedor de tres dientes en la mano,13 ni respetaban los deberes de los sacerdotes para con el pueblo. Cada vez que alguien ofrecía un sacrificio, venía el servidor del sacerdote con un tenedor de tres dientes en la mano, mientras se cocía la carne.
14 lo hincaba en el caldero o la olla, en la cacerola o el puchero, y todo lo que sacaba el tenedor, el sacerdote se lo quebada; y así hacían con todos los israelitas que iban allí, a Silo.14 Entonces lo metía en la olla o el caldero, en la cacerola o el tazón, y todo lo que recogía con el tenedor, se lo guardaba el sacerdote para él. Así hacían con todos los israelitas que iban a Silo.
15 Incluso antes de que quemasen la grasa, venía el criado del sacerdote y decía al que sacrificaba: «Dame carne para asársela al sacerdote, no te aceptará carne hervida, sino solamente carne cruda».15 Incluso antes que se quemara la grasa, venía el servidor del sacerdote y decía a la persona que ofrecía el sacrificio: «Dale al sacerdote carne para asar, él no aceptará de ti carne cocida, sino sólo cruda».
16 Y si el hombre le decías: «Primero se quema la grasa, y después tomarás cuanto se te antoje», le respondía: «No, me lo darás ahora o lo tomo por la fuerza».16 Y si el hombre le decía: «Primero hay que quemar la grasa, después, llévate lo que quieras», el servidor replicaba: «No, o me la das ahora mismo, o me la llevo por la fuerza».
17 El pecado de los jóvenes era muy grande ante Yahveh, porque trataban con desprecio la ofrenda hecha a Yahveh.17 El pecado de esos ayudantes era muy grave delante del Señor, porque deshonraban las ofrendas del Señor.
18 Estaba Samuel al servicio de Yahveh, muchacho vestido con efod de lino.18 Samuel servía en la presencia del Señor; era un niño, y llevaba ceñido el efod de lino.
19 Le hacía su madre un vestido pequeño que le llevaba de año en año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio anual.19 Su madre le hacía un pequeño manto, y se lo traía cada año, cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual.
20 Bendecía luego Elí a Elcaná y a su mujer diciendo: «Que Yahveh te conceda descendencia de esta mujer, a cambio del préstamo que ella ha cedido a Yahveh». Y ellos se volvían a su lugar.20 Entonces Elí bendecía a Elcaná y a su mujer, diciendo: «Que el Señor te conceda una descendencia de esta mujer, a cambio de aquel que fue cedido al Señor». Luego se volvían a su casa.
21 En efecto, Yahveh visitó a Ana, que concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas; el niño Samuel crecía ante Yahveh.21 El Señor intervino en favor de Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, el joven Samuel crecía junto al Señor.
22 Elí era muy anciano; oyó todo cuanto sus hijos hacían a todo Israel,22 Elí era ya muy viejo, y oyó hablar de todo lo que hacían sus hijos a Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que prestaban servicio a la entrada de la Carpa del Encuentro.
23 y les dijo: «¿Por qué os portáis de ese modo que yo mismo he oído comentar a todo el pueblo?23 Entonces les dijo: «¿Por qué hacen esas cosas? Oigo hablar de todo el pueblo de las malas acciones que ustedes cometen.
24 No, hijos míos, los rumores que oigo no son buenos...24 No, hijos míos, no es nada bueno el rumor que se hace correr entre el pueblo del Señor.
25 Si un hombre peca contra otro hombre, Dios será el árbitro; pero si el hombre peca contra Yahveh ¿quién intercederá por él?» Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque Yahveh deseaba hacerles morir.25 Si un hombre peca contra otro hombre, Dios interviene como árbitro; pero si un hombre peca contra el Señor, ¿quién puede interceder por él?». Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el Señor quería hacerlos morir.
26 Cuanto al niño Samuel, iba creciendo y haciéndose grato tanto a Yahveh como a los hombres.26 En cambio, el joven Samuel iba creciendo, y era apreciado por Dios y por los hombres.
27 Vino un hombre de Dios a Elí y le dijo: Así ha dicho Yahveh. Claramente me he revelado a la casa de tu padre, cuando ellos estaban en Egipto al servicio de la casa de Faraón.27 Un hombre de Dios se presentó a Elí y le dijo: «Así habla el Señor: Yo me revelé a la familia de tu padre, cuando ellos estaban en Egipto, bajo el poder de la casa del Faraón.
28 Y le elegí entre todas las tribus de Israel para ser mi sacerdote, para subir a mi altar, incensar la ofrenda y llevar el efod en mi presencia, y he concedido a la casa de tu padre parte en todos los sacrificios por el fuego de los hijos de Israel.28 Elegí a tu padre entre todas las tribus de Israel, para que fuera mi sacerdote y subiera a mi altar, para que hiciera arder el incienso y llevara el efod en mi presencia. Y asigné a la familia de tu padre todas las ofrendas que hacen quemar los israelitas.
29 ¿Por qué pisoteáis el sacrificio y la oblación que yo he ordenado y pesan tus hijos más que yo, cebándoos con lo mejor de todas las oblaciones de mi pueblo Israel?29 ¿Por qué entonces pisotean mi sacrificio y mi ofrenda, que yo prescribí para mi Morada? ¿Por qué honras a tus hijos más que a mí, haciéndolos engordar con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?
30 Por eso - palabra de Yahveh, Dios de Israel - yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían siempre en mi presencia, pero ahora - palabra de Yahveh - me guardaré bien de ello. Porque a los que me honran, yo les honro, pero los que me desprecian son viles.30 Por eso, el Señor, el Dios de Israel, pronuncia este oráculo: Yo había dicho que tu familia caminaría siempre en mi presencia. Pero ahora –oráculo de Señor– ¡lejos de mí todo eso! Porque yo honro a los que me honran, pero los que me desprecian son humillados.
31 He aquí que vienen días en que amputarán tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de suerte que en tu casa los hombres no lleguen a madurar.31 Llegan los días en que amputaré tu brazo y el de la familia de tu padre, de manera que no habrá más ancianos en tu casa.
32 Tú mirarás al lado de la Morada todo el bien que yo haga a Israel y nunca habrá hombres maduros en tu casa.32 Tú verás un rival en la Morada; y aunque todo le vaya bien a Israel, nunca habrá ancianos en tu casa.
33 Conservaré a alguno de los tuyos cabe mi altar para que sus ojos se consuman y su alma se marchite, pero la mayor parte de los tuyos perecerá por la espada de los hombres.33 Sin embargo, mantendré a algunos de tus descendientes cerca de mi altar, para que se consuman tus ojos y se desgaste tu vida; pero todos los vástagos de tu casa morirán en la flor de la edad.
34 Será para ti señal lo que va a suceder a tus dos hijos Jofní y Pinjás: en el mismo día morirán los dos.34 Y te servirá de señal lo que les sucederá a tus hijos Jofní y Pinjás: ambos morirán el mismo día.
35 Yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos, le edificaré una casa permanente y caminará siempre en presencia de mi ungido.35 En cambio, yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón y a mis deseos. Yo le edificaré una casa duradera, y él caminará en presencia de mi Ungido todos los días de su vida.
36 El que quedare de tu casa vendrá a postrarse ante él para conseguir algún dinero o una torta de pan y dirá: “Destíname, por favor, a una función sacerdotal cualquiera, para que tenga un bocado de pan que comer.”»36 Y todos los que subsistan de tu casa irán a postrarse delante de él por una moneda de plata y una miga de pan, y le dirán: Admíteme, por favor, a cualquiera de las funciones sacerdotales, para que tenga un pedazo de pan que comer».