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Martedi, 14 maggio 2024 - San Mattia ( Letture di oggi)

Salmos 69


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EL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOSBIBLIA
1 Del maestro de coro. Según la melodía de «Los lirios». De David.

1 Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios..». De
David.
2 ¡Sálvame, Dios mío,

porque el agua me llega a la garganta!

2 ¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas
me llegan hasta el cuello!
3 Estoy hundido en el fango del Abismo

y no puedo hacer pie;

he caído en las aguas profundas,

y me arrastra la corriente.

3 Me hundo en el cieno del abismo,
sin poder hacer pie;
he llegado hasta el fondo de las aguas,
y las olas me anegan.
4 Estoy exhausto de tanto gritar,

y mi garganta se ha enronquecido;

se me ha nublado la vista

de tanto esperar a mi Dios.

4 Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces,
mis ojos se consumen de esperar a mi Dios.
5 Más numerosos que los cabellos de mi cabeza

son los que me odian sin motivo;

más fuertes que mis huesos,

los que me atacan sin razón.

¡Y hasta tengo que devolver

lo que yo no he robado!

5 Son más que los cabellos de mi cabeza
los que sin causa me odian;
más duros que mis huesos
los que me hostigan sin razón.
(¿Lo que yo no he robado tengo que devolver?)
6 Dios mío, tú conoces mi necedad,

no se te ocultan mis ofensas.

6 Tú, oh Dios, mi torpeza conoces,
no se te ocultan mis ofensas.
7 Que no queden defraudados por mi culpa

los que esperan en ti, Señor del universo;

que no queden humillados por mi causa

los que te buscan, Dios de Israel.

7 ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan,
oh Yahveh Sebaot!
¡No sufran confusión por mí los que te buscan,
oh Dios de Israel!
8 Por ti he soportado afrentas

y la vergüenza cubrió mi rostro;

8 Pues por ti sufro el insulto,
y la vergüenza cubre mi semblante;
9 me convertí en un extraño para mis hermanos,

fui un extranjero para los hijos de mi madre:

9 para mis hermanos soy un extranjero,
un desconocido para los hijos de mi madre;
10 porque el celo de tu Casa me devora,

y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.

10 pues me devora el celo de tu casa,
y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
11 Cuando aflijo mi alma con ayunos,

aprovechan para insultarme;

11 Si mortifico mi alma con ayuno,
se me hace un pretexto de insulto;
12 cuando me visto de penitente,

soy para ellos un motivo de risa;

12 si tomo un sayal por vestido,
para ellos me convierto en burla,
13 los que están a la puerta murmuran contra mí,

y los bebedores me hacen burla con sus cantos.

13 cuento de los que están sentados a la puerta,
y copla de los que beben licor fuerte.
14 Pero mi oración sube hasta ti, Señor,

en el momento favorable:

respóndeme, Dios mío, por tu gran amor,

sálvame, por tu fidelidad.

14 Mas mi oración hacia ti, Yahveh,
en el tiempo propicio:
por tu gran amor, oh Dios, respóndeme,
por la verdad de tu salvación.
15 Sácame del lodo para que no me hunda,

líbrame de los que me odian

y de las aguas profundas;

15 ¡Sácame del cieno, no me hunda,
escape yo a los que me odian,
a las honduras de las aguas!
16 que no me arrastre la corriente,

que no me trague el Abismo,

que el Pozo no se cierre sobre mí.

16 ¡El flujo de las aguas no me anegue
no me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca!
17 Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor,

por tu gran compasión vuélvete a mí;

17 ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad;
en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
18 no te ocultes el rostro a tu servidor,

respóndeme pronto, porque estoy en peligro.

18 no retires tu rostro de tu siervo,
que en angustias estoy, pronto, respóndeme;
19 Acércate a mi y rescátame,

líbrame de mis enemigos:

19 acércate a mi alma, rescátala,
por causa de mis enemigos, líbrame!
20 tú conoces mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra,

todos mis enemigos están ante ti.

20 Tú conoces mi oprobio,
mi vergüenza y mi afrenta,
ante ti están todos mis opresores.
21 La vergüenza me destroza el corazón,

y no tengo remedio.

Espero compasión y no la encuentro,

en vano busco un consuelo:

21 El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay,
consoladores, y no encuentro ninguno.
22 pusieron veneno en mi comida,

y cuando tuve sed me dieron vinagre.

22 Veneno me han dado por comida,
en mi sed me han abrevado con vinagre.
23 Que su mesa se convierta en una trampa,

y sus manjares, en un lazo;

23 ¡Que su mesa ante ellos se convierta en un lazo,
y su abundancia en una trampa;
24 que se nuble su vista y no vean

y sus espaldas se queden sin fuerza.

24 anúblense sus ojos y no vean,
haz que sus fuerzas sin cesar les fallen!
25 Descarga sobe ellos tu indignación,

que los alcance el ardor de tu enojo;

25 Derrama tu enojo sobre ellos,
los alcance el ardor de tu cólera;
26 que sus poblados se queden desiertos

y nadie habite en sus carpas.

26 su recinto quede hecho un desierto,
en sus tiendas no haya quien habite:
27 Porque persiguen al que tú has castigado

y aumentan los dolores del que tú has herido.

27 porque acosan al que tú has herido,
y aumentan la herida de tu víctima.
28 Impútales una culpa tras otra,

no los declares inocentes;

28 Culpa añade a su culpa,
no tengan más acceso a tu justicia;
29 bórralos del Libro de la Vida,

que no sean inscritos con los justos.

29 del libro de la vida sean borrados,
no sean inscritos con los justos.
30 Yo soy un pobre desdichado, Dios mío,

que tu ayuda me proteja:

30 Y yo desdichado, dolorido,
¡tu salvación, oh Dios, me restablezca!
31 así alabaré con cantos el nombre de Dios,

y proclamaré su grandeza dando gracias;

31 El nombre de Dios celebraré en un cántico,
le ensalzaré con la acción de gracias;
32 esto agradará al Señor más que un toro,

más que un novillo con cuernos y pezuñas.

32 y más que un toro agradará a Yahveh,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.
33 Que lo vean los humildes y se alegren,

que vivan los que buscan a Dios:

33 Lo han visto los humildes y se alegran;
¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!
34 porque el Señor escucha a los pobres

y no desprecia a sus cautivos.

34 Porque Yahveh escucha a los pobres,
no desprecia a sus cautivos.
35 Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar,

y todos los seres que se mueven en ellos;

35 ¡Alábenle los cielos y la tierra,
el mar y cuanto bulle en él!
36 porque Dios salvará a Sión

y volverá a edificar las ciudades de Judá:

36 Pues salvará Dios a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá:
habitarán allí y las poseerán;
37 el linaje de sus servidores la tendrá como herencia,

y los que aman su nombre morarán en ella.
37 la heredará la estirpe de sus siervos,
los que aman su nombre en ella morarán.