Scrutatio

Sabato, 4 maggio 2024 - San Ciriaco ( Letture di oggi)

2 Corintios 5


font
BIBLIAEL LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS
1 Porque sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los cielos.1 Nosotros sabemos, en efecto, que si esta tienda de campaña –nuestra morada terrenal– es destruida, tenemos una casa permanente en el cielo, no construida por el hombre, sino por Dios.
2 Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste,2 Por eso, ahora gemimos deseando ardientemente revestirnos de aquella morada celestial;
3 si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos.3 porque una vez que nos hayamos revestido en ella, ya no nos encontraremos desnudos.
4 ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser devestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.4 Mientras estamos en esta tienda de campaña, gemimos angustiosamente, porque no queremos ser desvestidos, sino revestirnos, a fin de que lo que es mortal sea absorbido por la vida.
5 Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu.5 Y aquel que nos destinó para esto es el mismo Dios que nos dio las primicias del Espíritu.
6 Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor,6 Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor;
7 pues caminamos en la fe y no en la visión...7 porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente.
8 Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.8 Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor;
9 Por eso, bien en nuestro cuerpo, bien fuera de él, nos afanamos por agradarle.9 en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo.
10 Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal.10 Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal.
11 Por tanto, conociendo el temor del Señor, tratamos de persuadir a los hombres, pues ante Dios estamos al descubierto, como espero que ante vuestras conciencias también estemos al descubierto.11 Por lo tanto, compenetrados del temor del Señor, tratamos de persuadir a los hombres. Dios ya nos conoce plenamente, y espero que también ustedes nos conozcan de la misma manera.
12 No volvemos a recomendarnos ante vosotros; solamente queremos daros ocasión para gloriaros de nosotros y así tengáis cómo responder a los que se glorían de lo exterior, y no de lo que está en el corazón.12 No pretendemos volver a recomendarnos delante de ustedes: solamente queremos darles un motivo para que se sientan orgullosos de nosotros y puedan responder a los que se glorían de lo exterior y no de lo que hay en el corazón.
13 En efecto, si hemos perdido el juicio, ha sido por Dios; y si somos sensatos, lo es por vosotros.13 En efecto, si hemos procedido como insensatos, lo hicimos por Dios; y si somos razonables, es por ustedes.
14 Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron.14 Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto.
15 Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.15 Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
16 Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así.16 Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así.
17 Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo.17 El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.
18 Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.18 Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con él por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
19 Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación.19 Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación.
20 Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!20 Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios.
21 A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él.21 A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él.